El peculiar sistema inmunitario del feto
En el segundo trimestre de gestación, el feto muestra una extraordinaria actividad. Está desarrollando la piel y los huesos, la capacidad de oír y deglutir, y está poniendo a punto su primer movimiento intestinal. Ahora, un estudio recién publicado en Nature ha revelado que los fetos están también adquiriendo un sistema inmunitario funcional, uno que reconoce las proteínas extrañas pero que es menos propenso a reaccionar que el sistema maduro. Los resultados se suman a un importante conjunto de datos que demuestran que el sistema inmunitario fetal es más activo de lo que se pensaba.
Un feto en desarrollo se halla constantemente expuesto a proteínas y células ajenas, las que le transfiere la madre a través de la placenta. En los humanos, tal exposición resulta más extensa que en muchos otros mamíferos, comenta el inmunólogo Mike McCune, de la Universidad de California en San Francisco, que no participó en el estudio. Por esta razón, los ratones de laboratorio han demostrado ser un modelo ineficaz para estudiar el desarrollo del sistema inmunitario humano fetal.
Conocer en profundidad su desarrollo podría revelar la causa de algunos abortos espontáneos, además de explicar enfermedades como la preeclampsia, que se asocia con respuestas inmunitarias anómalas al embarazo y provoca hasta el 40 por ciento de los nacimientos prematuros. Y los especialistas en trasplantes de órganos se interesan por saber cómo el feto y la madre se toleran mutuamente sin que en ninguno de ellos se desencadene una reacción. Albergan la esperanza de que con ese conocimiento se podrán hallar formas de suprimir la respuesta inmunitaria en los trasplantes.
Uno de los autores del trabajo, Jerry Chan, obstetra y ginecólogo del Hospital KK para Mujeres y Niños, en Singapur, deseaba conocer a fondo el sistema inmunitario fetal con el fin de desarrollar tratamientos de células madre y terapias génicas para fetos que sufren trastornos genéticos. Su equipo quería averiguar si existía alguna etapa de desarrollo en la que pudieran administrarse tales tratamientos sin el riesgo de que desencadenaran una reacción inmunitaria.
Para ello, Chan se asoció con el inmunólogo Florent Ginhoux, de la Agencia para la Ciencia, Tecnología e Investigación, en Singapur, para estudiar las células dendríticas, unas células inmunitarias que descomponen las sustancias extrañas y presentan fragmentos de ellas a otras células inmunitarias denominadas linfocitos T. Algunos de estos son activados a continuación para que destruyan las sustancias extrañas.
Los investigadores descubrieron que los fetos humanos ya presentaban células dendríticas funcionales a las 13 semanas de gestación. Pero, a pesar de que se comportaban como sus equivalentes adultas, la respuesta de tales células a las proteínas ajenas no era la misma: en lugar de marcar el material extraño para su aniquilación, las células fetales tendían a activar un tipo especial de linfocitos T, denominados linfocitos T reguladores, que atenúan la respuesta inmunitaria. Ello podría reflejar la necesidad de evitar una reacción catastrófica contra las células maternas.
Los resultados ponen de relieve el hecho de que el sistema inmunitario fetal no es solo una versión inmadura, menos activa que la adulta, sino que posee una función diferenciada de esta.
Según McCune, este nuevo conocimiento podría impulsar numerosas áreas de investigación. «Es importante entender la función del sistema inmunitario fetal humano para que podamos tratar fetos con disfunciones», comenta. «Y analizar las células adultas y neonatales resulta, como sabemos ahora, irrelevante. El sistema inmunitario fetal es diferente».
Fuente: investigacionyciencia.es