Nueva arma contra el cáncer de hígado
El nivolumab, un medicamento que ya se aplica en el tratamiento del cáncer de piel, pulmón y riñón, ha resultado también eficaz en la terapia de los enfermos de cáncer de hígado avanzado. Así lo demuestra un estudio realizado por un equipo de médicos españoles que lo ha probado en 262 pacientes con la colaboración de 39 centros hospitalarios de 11 países.
En el 15% de los pacientes tratados con este fármaco se consiguió reducir el tumor. En la mitad de ellos se consiguió estabilizar la enfermedad durante más de 17 meses. Además, en algunos casos, el tumor desapareció por completo.
“Es llamativo que la supervivencia a 12 meses esté por encima del 50%, entre un 55% y un 60%, lo que es sorprendente en este tipo de cáncer. El fármaco está produciendo un beneficio clínico claro”, ha afirmado en declaraciones a EL MUNDO el coautor del estudio, Ignacio Melero, codirector del Servicio de Inmunología e Inmunoterapia de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) e investigador del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA).
Los resultados del ensayo clínico, publicados en la revista The Lancet, han sido presentados este viernes en el Congreso Internacional del Hígado de Amsterdam, por el investigador de la CUN Bruno Sangro, quien también lidera el estudio.
Los doctores se muestran muy contentos con este avance en la terapia del cáncer hepático. “Las publicaciones que hacen ilusión son las que, como ésta, cambian la práctica de tratamiento de un cáncer como el del hígado, que es la segunda causa de muerte por cáncer en el mundo”, ha expresado Melero, quien destaca además la importancia de que este logro se halla desarrollado en nuestro país.
En España, la incidencia de la enfermedad es moderada, con cinco o 10 casos por cada 100.000 habitantes y año, frente a los 800.000 nuevos casos de tumor hepático avanzado (hepatocarcinoma) que se dan a escala global.
Este tipo de tumores se da sobre todo en personas que ya tienen el hígado dañado, como es el caso de la cirrosis que sufren algunos pacientes de hepatitis B y C, o los que consumen alcohol en exceso.
Cómo actúa el fármaco
La existencia de un tumor maligno altera el sistema inmune de un enfermo, que recibe una señal de inactivación. Las inmunoterapias, como es el caso del nivolumab, intentan bloquear esa señal que deprime las defensas, para que éstas puedan ejercer su función y atacar al tumor.
El nivolumab en un anticuerpo monoclonal humano (que se ha fabricado exclusivamente para el hombre), que potencia la respuesta de las células de defensa llamadas linfocitos T. Estas células podrán retomar, gracias al medicamento, la respuesta que el tumor tenía inhibida y por tanto luchar contra él.
Sin embargo, cuando un fármaco aumenta la actividad del sistema inmune, se corre el riesgo de que el paciente genere anticuerpos contra sí mismo y se desencadene una reacción autoinmune muy peligrosa. Este posible efecto secundario no ocurrió en el caso del nivolumab. Sólo un 1% de los pacientes manifestó algún tipo de reacción adversa que, en todo caso, no fue importante como para suspender el tratamiento.
“Teníamos mucho miedo”, asegura Melero. “Íbamos con mucha cautela porque el hígado de estos pacientes ya viene dañado y debido a los mecanismos de destrucción de la respuesta inmunitaria, podíamos precipitar una hepatitis fulminante. Aumentamos la dosis y la aplicamos en diferentes momentos, esperando varias semanas. Intentábamos no provocar efectos adversos autoinmunes como ocurre con el melanoma, el cáncer de pulmón, o los tumores de cabeza y de cuello.
Fuente. elmundo.es