Nanoanticuerpos de llamas: una nueva arma contra el COVID-19
Científicos descubren que los nanoanticuerpos de llamas neutralizan efectivamente diversas variantes del virus
En un mundo que sigue lidiando con los efectos de la pandemia de COVID-19, la ciencia continúa buscando soluciones innovadoras para enfrentar el virus.
Un equipo internacional de investigadores, en conjunto con el INTA, ha dado un paso significativo al descubrir que los nanoanticuerpos derivados de llamas pueden ser efectivos en la neutralización de diversas variantes del SARS-CoV-2, incluyendo la variante ómicron.
El potencial de los camélidos en la ciencia
Los camélidos, como los camellos, llamas y alpacas, no solo son importantes para las comunidades rurales andinas por su lana y carne, sino que también están demostrando ser valiosos en el ámbito científico. Estos animales, adaptados a las duras condiciones de los Andes, poseen un sistema inmunológico único que produce los nanoanticuerpos utilizados en esta investigación.
La inmunización de llamas con proteínas del SARS-CoV-2 permitió seleccionar los nanoanticuerpos más efectivos, un proceso llevado a cabo en el INTA.
La magia de los nanoanticuerpos
También conocidos como VHH o ‘nanobodies’, los nanoanticuerpos son derivados de anticuerpos presentes en los mencionados camélidos. A diferencia de los anticuerpos convencionales, estos nanoanticuerpos son significativamente más pequeños, lo que les permite infiltrarse más eficientemente en los tejidos y bloquear al virus con mayor eficacia.
Este estudio, liderado por el INTA en colaboración con la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y el Instituto Politécnico de Virginia, muestra que los nanoanticuerpos pueden neutralizar varias variantes del SARS-CoV-2, demostrando un potencial notable para el tratamiento del COVID-19.
Un trabajo colaborativo internacional
Este avance no hubiera sido posible sin la colaboración de múltiples instituciones y científicos. Desde Argentina, el equipo de INTA, con la destacada participación de Viviana Parreño, Marina Bok y otros expertos, se unió a investigadores de la UBA y del Instituto Politécnico de Virginia en Estados Unidos.
La colaboración se extendió a Canadá, con el apoyo tecnológico del NRCC, y a Estados Unidos, con la participación del NIH. Esta red de cooperación internacional fue clave para llevar a cabo los ensayos en ratones y desarrollar la tecnología necesaria para la producción de nanoanticuerpos.
Resultados prometedores
Los resultados del estudio son alentadores. Los nanoanticuerpos no solo neutralizaron eficazmente las variantes alfa, beta, delta y ómicron del SARS-CoV-2, sino que también lograron reducir la carga viral en los pulmones y el cerebro de los ratones infectados. Esta capacidad es particularmente importante para combatir la encefalitis por COVID-19, una complicación cerebral grave y rara del virus.
Uno de los nanoanticuerpos desarrollados mostró una protección del 80% en ratones expuestos a la cepa original de Wuhan, mientras que otros fueron efectivos contra la variante ómicron. Estos hallazgos sugieren que los nanoanticuerpos podrían ofrecer una nueva vía de tratamiento para las infecciones por SARS-CoV-2, especialmente en casos severos que afectan el sistema nervioso central.
Hacia un futuro más seguro
El trabajo incansable de estos científicos tiene como objetivo final desarrollar nuevos tratamientos que puedan salvar vidas. La urgencia de la situación, con la continua aparición de nuevas variantes del virus, hace que este tipo de investigaciones sean cruciales. “Nuestro objetivo es ayudar al desarrollo de un nuevo tratamiento contra el SARS-CoV-2″, afirma Parreño, quien lleva más de una década dedicada al estudio de los nanoanticuerpos.
Fuente: infobae.com