Nació sin vagina, pero gracias a la piel de un animal ahora esta brasileña puede tener intimidad
El avance de la ciencia y el ingenio humano no dejan de asombrar al hombre, y acaso por eso es que un procedimiento quirúrgico revolucionario en Brasil ha cautivado a millones alrededor del mundo.
Se trata de una novedosa cirugía de reconstrucción vaginal a una joven brasileña nacida con una rara enfermedad congénita que consiste en la ausencia de vagina y útero, pero con ovarios normales. Se le denomina Síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser.
Fue durante la adolescencia que, si bien Jucilene Marhino comenzó a sentir dolores menstruales, nunca apareció el sangrado que evidencia el inicio del ciclo menstrual. Tenía 15 años cuando recibió la devastadora noticia: la apertura de su vagina estaba cubierta por tejido y carecía de órganos reproductores, le informaron los médicos.
“Lloré mucho cuando lo supe”, recordó la joven de 23 años, en declaraciones recogidas por el New York Post.
“Pensé que era el fin del mundo. Siempre soñé con tener un bebé propio y ahora tenía que aceptar que no sería posible”.
La adolescente cayó en una profunda depresión, cuadro clínico que empeoró aún más cuando su novio se mofó de ella y la abandonó después de haber descubierto su secreto.
Pero, el año pasado, la ciencia le devolvió la esperanza a Jucilene y a otras pacientes que sufren de este trastorno, el cual afecta a una de cada 5,000 mujeres.
Marhino fue sometida con éxito a una operación experimental realizada por científicos de la Universidad Federal de Ceará. Y se convirtió en la primera mujer del mundo a la que le reconstruyen la vagina con piel de pescado, específicamente tilapia de agua dulce.
El ginecólogo Leonardo Bezerra encabezó la operación, descrita por él como más rápida, económica y menos agresiva que el método convencional, el cual consiste en labrar un canal entre el espacio recto-vesical.
“La cirugía se realiza abriendo un espacio entre la vagina y el ano, forrándolo con piel de tilapia. Después del procedimiento, se coloca un molde con la forma de la vagina, dejando un espacio abierto para impedir que las paredes de la ‘nueva vagina’ se junten nuevamente”, explicó Bezerra al periódico Globo.
Las células de los tejidos de la paciente, al hacer contacto con las células de la tilapia, forman un tejido con células igual al de una vagina real y ocurre una incorporación total de la piel del pescado, prosiguió el médico.
El cuerpo de la joven absorbió la piel de tilapia —que previamente había sido esterilizada a fin de erradicar virus, escamas y olores— y esta se transformó en un tejido celular, permitiendo la abertura para el tracto genital.
Tras un proceso de recuperación de tres meses, en el que experimentó sangramientos internos leves, en octubre pasado le fue permitido tener relaciones sexuales con su novio, Marcus Santos, de 24 años.
“En un comienzo estaba muy asustada de hacerlo porque pensaba que me podía doler y me preocupé que pudiera dañar la abertura”, confesó Marhino en sus primeras declaraciones esta semana, ofrecidas a FocusOn News. “Pero fue un momento fantástico, porque todo funcionó perfectamente. No hubo dolor, solo placer y satisfacción”.
Y, como nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, ella finalmente siente lo que nunca tuvo. “Me sentí tan bien de tener algo que la mayoría de las mujeres dan por normal”, observó.
Fuente: elnuevoherald.com