Los hígados tienen el potencial de funcionar durante más de 100 años
Existe un subconjunto pequeño, pero creciente, de hígados trasplantados con una edad acumulada de más de 100 años, según investigadores del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas (UT) y de TransMedics, en Estados Unidos. Estos resultados, presentados en el Foro Científico del Congreso Clínico 2022 del Colegio Americano de Cirujanos (ACS), podrían ayudar a aumentar la edad de los posibles donantes, ampliando así el grupo de donantes en el futuro.
Los investigadores estudiaron estos hígados para identificar las características que permitieran determinar por qué estos órganos son tan resistentes, lo que allana el camino para considerar la posibilidad de ampliar el uso de donantes de hígado de edad avanzada. Utilizaron el STARfile de la Red Unida para la Compartición de Órganos (UNOS) para identificar los hígados que tenían una edad acumulada (edad inicial total en el momento del trasplante más la supervivencia tras el mismo) de al menos 100 años. De los 253.406 hígados trasplantados entre 1990 y 2022, 25 hígados cumplían los criterios de ser hígados centurión, es decir, aquellos con una edad acumulada superior a los 100 años.
“Nos fijamos en la supervivencia previa al trasplante (esencialmente, la edad del donante) y en el tiempo que el hígado sobrevivió en el receptor –explica el autor principal del estudio, Yash Kadakia, estudiante de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Southwestern–. Estratificamos estos extraordinarios hígados con una supervivencia de más de 100 años e identificamos los factores del donante, del receptor y del trasplante implicados en la creación de esta combinación única en la que el hígado pudo vivir hasta los 100 años”.
En el caso de estos llamados hígados centurión, la edad media del donante era significativamente mayor, 84,7 años, en comparación con los 38,5 años de los trasplantes de hígado no centurión. Los investigadores señalaron que para que un hígado llegara a los 100 años, esperaban encontrar un donante de mayor edad media, así como donantes más sanos. En particular, los donantes del grupo centurión tenían una menor incidencia de diabetes y menos infecciones en el donante.
“Anteriormente tendíamos a evitar el uso de hígados de donantes de edad avanzada –recuerda la coautora del estudio, Christine S. Hwang, profesora asociada de cirugía del Centro Médico UT Southwestern–. Si podemos averiguar qué es lo especial entre estos donantes, podríamos conseguir potencialmente más hígados disponibles para ser trasplantados y tener buenos resultados”.
Los donantes de hígado centurión tenían menos transaminasas, que son enzimas que desempeñan un papel clave en el hígado. Las transaminasas elevadas pueden causar problemas en los trasplantes de hígado. Además, los receptores de hígados centurión tenían puntuaciones MELD significativamente más bajas (17 para el grupo centuriado, 22 para el grupo no centuriado). Una puntuación MELD más alta indica que un paciente necesita un trasplante con mayor urgencia.
“Los donantes estaban optimizados, los receptores estaban optimizados, y se necesita esa intersección única de factores para obtener un resultado realmente bueno”, explica Kadakia.
Los investigadores descubrieron que ningún injerto del grupo de los centuriones se perdió por falta de función primaria o por complicaciones vasculares o biliares. No hubo diferencias significativas en las tasas de rechazo a los 12 meses entre el grupo con centurión y el grupo sin centurión. Además, los resultados del grupo con centurión tuvieron una supervivencia del aloinjerto y del paciente significativamente mejor.
“La existencia de aloinjertos de más de 100 años es reveladora de la espectacular resistencia del hígado a los acontecimientos senescentes”, concluyen los autores del estudio.
“Los hígados son órganos increíblemente resistentes –asegura Kadakia–. Estamos utilizando donantes de mayor edad, tenemos mejores técnicas quirúrgicas, tenemos avances en la inmunosupresión y tenemos un mejor emparejamiento de los factores del donante y del receptor. Todo ello nos permite obtener mejores resultados”.
Fuente: infosalus.com