Los gadgets seducen: de la estimulación transcraneal a los sensores de glucosa
La ciencia aún no ofrece datos concluyentes sobre el efecto real de la neuromodulación
Una de las prácticas que Albert Carrio, profesor de Filosofía del Derecho en la UPF, cree necesario analizar como posible dopaje tecnológico es la estimulación eléctrica transcraneal por corriente directa (tDCS). Se trata de un método de neuromodulación no invasivo del cerebro que consiste en aplicar descargas eléctricas en determinadas áreas del cráneo para excitarlas. Comenzó usándose en el ámbito de la psiquiatría y la psicología para tratar diferentes trastornos, como la depresión, y de ahí ha dado el salto al mundo de la fisioterapia y del rendimiento deportivo.
Hace años que profesiones de diferentes disciplinas deportivas -desde atletas hasta ciclistas– prueban esta estimulación cerebral con el fin de mejorar la atención, retrasar o reducir la fatiga y, en definitiva, poder entrenar y rendir más. Algunas empresas incluso comercializan dispositivos portátiles para uso de deportistas amateur.
Carrio alerta que estas técnicas se usan para incrementar la resistencia y disminuir la fatiga sin que haya todavía estudios que verifiquen su efecto a medio y largo plazo en la salud del deportista. Darías Holgado, investigador del Centro Mente, Cerebro y Comportamiento de la UGR y del Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad de Lausanne, asegura que, por no haber, no hay evidencias sobre sus efectos positivos para el rendimiento.
La estimulación eléctrica transcraneal por corriente directa (tDCS) se podría considerar un dopaje electrónico
Holgado ha probado la neuroestimulación en ciclistas. “Reclutamos 36 ciclistas muy entrenados y les aplicamos estimulación transcraneal durante veinte minutos antes de una contrarreloj, y no encontramos ningún efecto: rendían igual que cuando se les aplicaba placebo”, resume. Añade que también realizaron pruebas cognitivas para ver si las descargas eléctricas mejoraban el procesamiento, “y tampoco vimos impacto”.
Hay otros estudios sobre el uso de la tDCS en deportistas que sí han obtenido resultados positivos en términos de mejora de la atención y menor cansancio. “Que haya resultados positivos no quiere decir que sean concluyentes, porque también se hacen pruebas que no encuentran resultados y no se divulgan, así que no se ofrece una imagen completa y real sobre los efectos de esta tecnología”, opina Holgado.
El psicólogo Oriol Mercadé tampoco ve “ciencia empírica” que avale la eficacia de la estimulación transcraneal, y considera que, a la hora de modular el cerebro, es más útil el neurofeedback , el facilitar señales que faciliten a la persona cambios de conducta y aprendizajes.
Pero los supuestos de tecnodopaje no se agotan con la tDCS. También ha llamado la atención de quienes temen que los gadgets tecnológicos acaben por desvirtuar el deporte el uso de sensores similares a los que utilizan los diabéticos para controlar la glucosa prácticamente en tiempo real por parte de atletas que quieren aumentar su rendimiento. Se trata de biosensores que marcan el nivel de glucemia para que los atletas puedan decidir sobre su nutrición, incluido cuándo repostar para mantener el máximo rendimiento.
Fuente: lavanguardia.com