La sensibilidad humana a los altos niveles de urato se debe a la mutación del gen de la uricasa, que lo convirtió en un pseudogen no funcional hace millones de años. Ahora, científicos norteamericanos han logrado reactivarlo mediante tecnología CRISPR-Cas9 con resultados esperanzadores para hacer frente a enfermedades como la gota y los cálculos renales, aunque también se ha sugerido su vinculación con la hipertensión y patologías cardiovasculares.
El ácido úrico, producto de desecho que se acumula en la sangre, cuando se eleva produce lo que se conoce como hiperuricemia, relacionada con diversos problemas de salud, entre ellos, el riesgo de gota y cálculos renales, aunque también se ha sugerido su vinculacióncon la hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
En este terreno, científicos de la Universidad Estatal de Georgia (EEUU) podrían haber encontrado una solución ancestral para tratarla, según publican en la revista ‘Scientific Reports’. Su trabajo está centrado en la susceptibilidad de los humanos a la acumulación de urato (ácido úrico) debido a la pérdida, hace millones de años, de la enzima uricasa funcional, capaz de oxidar esta molécula altamente insoluble. Antes de la pseudogenización, el gen de la uricasa acumuló mutaciones de forma gradual, disminuyendo lentamente su actividad, dejando a los humanos más vulnerables, en este sentido.
Ahora, estos científicos han investigado con ayuda de la tecnología CRISPR-Cas9 o «tijeras moleculares» sobre los resultados de introducir un gen de uricasa antiguo reconstruido en células hepáticas humanas para poder observar el funcionamiento de dicha enzima. Los investigadores quedaron satisfechos con los resultados obtenidos, ya que el ácido úrico disminuyó y se previno la acumulación de grasa en las células hepáticas inducida por la fructosa.
Para comprobar si el gen se comportaría de la misma manera en condiciones más complejas, el equipo pasó de utilizar células hepáticas simples a esferoides hepáticos tridimensionales. Estos tejidos en miniatura, cultivados en laboratorio, imitan el funcionamiento de los órganos en el cuerpo. El gen de la uricasa reactivado también redujo el ácido úrico en estos tejidos. La enzima también se localizó en los peroxisomas, diminutos compartimentos intracelulares donde la uricasa realiza su función normalmente. Este hallazgo sugiere que la terapia podría ser segura en sistemas vivos, no solo en células aisladas.
Mejora terapéutica
Los tratamientos actuales para la gota no son efectivos para todos, y algunos pacientes reaccionan mal a las terapias con uricasa sintética. Un enfoque basado en CRISPR podría evitar estos problemas al restaurar la uricasa dentro de las células hepáticas», señaló al respecto Eric Gaucher, profesor de biología en la Universidad Estatal de Georgia, y coautor del estudio. «Nuestro enfoque de edición genética podría permitir a los pacientes vivir sin gota y potencialmente prevenir la enfermedad del hígado graso», agregó.
Si este método resulta seguro, según el prof. Gaucher, podría transformar el tratamiento de la gota y las enfermedades metabólicas relacionadas. Sin embargo, aún quedan obstáculos. «La edición genética aún plantea importantes problemas de seguridad. Una vez resueltos, la sociedad se enfrentará a polémicos debates éticos sobre quién debería y quién no tener acceso a ella», concluyó el prof. Gaucher.
Fuente: immedicohospitalario.es


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