Las inyecciones que hacen cosquillas
¿Una inyección que no pincha ni duele? El sueño de quienes sienten poco entusiasmo por recibir medicinas en su cuerpo por medio de agujas y les gustaría decirle “adiós y hasta nunca” a los molestos pinchazos, está a punto de hacerse realidad.
Investigadores de la Universidad de Emory y del Instituto de Tecnología de Georgia, ambos en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, han probado con éxito un parche que se adhiere a la piel y permite administrarse uno mismo una vacuna sin sufrir dolor, a través de una serie de agujas muy finas, que se disuelven después de un tiempo de haber sido utilizadas.
Los científicos estadounidenses han ensayado este nuevo método de administración indolora en 100 personas, en lo que técnicamente se denomina «ensayo clínico en fase 1», con una inmunización contra la gripe, aunque aseguran que en el futuro este parche podría tener usos más diversificados. «Las microagujas podrían ser utilizadas para las vacunas contra la pandemia de gripe así como en otras inmunizaciones» declara a Efe la doctora Nadine Rouphael, profesora asociada de Medicina de la Universidad de Emory e investigadora principal en el primer estudio clínico del nuevo parche dérmico.
Otra fuente próxima a la investigación ha adelantado, que la compañía Micron Biomedical (BM), junto con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidense, comenzarán en 2018-2019 una serie de estudios financiados por la Fundación Gates para aplicar el parche de microagujas en vacunas para el sarampión, la rubéola y la poliomielitis.
Múltiples aplicaciones, grandes ventajas
Micron Biomedical, en la que tienen intereses económicos algunos de los inventores del parche de microagujas, está licenciando patentes relacionadas con este estudio y desarrollando productos farmacéuticos y promoviendo nuevos ensayos clínicos basados en esta tecnología, según Georgia Tech y la propia empresa.
La organización Unicef ya ha concedido fondos a BM, Georgia Tech y el CDC, para que colaboren en el desarrollo conjunto y en los ensayos clínicos de un parche de microagujas para una vacuna sarampión-rubeola, con el objetivo de que lo apruebe la Organización Mundial de la Salud, según informa esta compañía.
Los investigadores de Emory y Georgia Tech han comprobado en su ensayo que la vacunación mediante este parche tipo «band-aid» ha sido segura y eficaz en la generación de anticuerpos contra la gripe, y que los participantes del estudio la toleraron bien y la prefirieron utilizar una aguja hipodérmica o por vía intranasal, según Georgia Tech.
Por eso, estos científicos creen que el empleo de este método indoloro podría aumentar significativamente el número de personas que reciben cada año la vacuna antigripal. «Disponer de la opción de una vacuna contra la gripe que pueda autoadministrarse con facilidad y sin dolor, podría aumentar la cobertura y protección de esta importante inmunización», según la doctora Rouphael, especialista en enfermedades infecciosas.
La vacuna de microagujas también permitiría ahorrar dinero dado que puede transportarse y almacenarse sin refrigeración, aseguran los investigadores de Georgia. «Las actuales vacunas para la gripe tienen que almacenarse en una refrigerador y ser administradas por un profesional sanitario mediante una aguja hipodérmica, que después de utilizada debe ser desechada de una manera segura», explica Mark Prausnitz, profesor de ingeniería química y biomolecular en Georgia Tech y coautor principal del ensayo clínico.
Llega por correo y una vez usado se disuelve
«Este parche adhesivo podría recogerlo el paciente en la farmacia, llevarlo a su casa, ponérselo sobre la piel durante unos minutos y después despegarlo y desecharlo de forma segura.
El producto también se puede almacenar fuera del refrigerador e incluso podría ser enviado por correo a la gente», añade Prausnitz. Contiene un centenar de agujas delgadas como el cabello en un cuadrado con una superficie inferior a la de la yema de un dedo meñique, según Micron Biomedical (BM), quien indican también que se retira de la cápsula protectora donde viene alojado y se aplica presionándolo contra la piel, como una tirita o curita.
Una vez adherido el parche, sus microagujas penetran las capas superficiales de la piel sin ocasionar dolor y se disuelven rápidamente, liberando la droga o vacuna que llevan incorporada. Al cabo de unos minutos, el parche es retirado de la epidermis, sin dejar restos que pinche o corten, ya que las microagujas se han disuelto en el tejido epidérmico, añade BM.
Al ser administrados en las capas externas de la piel, los medicamentos provocan una mejor respuesta inmunológica del organismo y al actuar sobre los capilares sanguíneos situados debajo de la epidermis, también se mejoran los efectos de ciertos fármacos, según la compañía de Atlanta.
Añaden que este sistema posibilita disminuir la dosis del principio activo administrado, y reducir o eliminar la necesidad de refrigerar los medicamentos debido a que es muy estable a temperatura ambiente, y además es apto para administrar una gran variedad de compuestos inactivos o activos biológicamente.
Como las microagujas penetran solo en las capas superiores de la piel, sin alcanzar las terminaciones nerviosas más profundas, este parche es indoloro, lo que puede ayudar a eliminar el miedo asociado con las inyecciones y permitirá que una persona se autoadministre una vacuna con poco o nulo entrenamiento, concluyen desde BM.
Fuente: EFE