La verdad sobre el sarcoma de Kaposi, un cáncer raro, y su relación con el VIH
El sarcoma de Kaposi (SK) es un tipo de cáncer que nace de los vasos sanguíneos y linfáticos. Suele aparecer en la piel en forma de manchas o de nódulos de color rojizo oscuro que, al principio, pueden confundirse con moratones. Al contrario que estos, el SK no tiende a desaparecer, sino a aumentar tanto en número de lesiones, como en su tamaño.
Así nos lo explica en una entrevista con Europa Press Infosalus el doctor Ricardo Cubedo, oncólogo médico y jefe de Sarcomas y Cáncer Hereditario del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid, quien subraya que esta patología también puede afectar a órganos internos como los pulmones o el tubo digestivo, algo que quizás no se sepa tanto. «Los principales síntomas son esas lesiones en la piel, pero cuando afecta a órganos internos, puede causar tos, dolor abdominal, sangrado intestinal, anemia crónica o dificultades para respirar», remarca este referente en oncología médica en España. Es más, destaca que una de las particuliaridades del SK es que, a diferencia de otros cánceres, que suelen originarse en un sitio y luego expandirse, éste suele aparecer en varias partes del cuerpo simultáneamente: «Esto sucede porque afecta a los vasos sanguíneos, que están presentes en todos lados. Así que puedes tener lesiones en las piernas, en la cara y, al mismo tiempo, en algún órgano interno, como el pulmón o el hígado».
Un cáncer raro
El SK se considera «raro» tan sólo por su baja incidencia estadística, que en España está en torno a un caso por cada cuarto de millón de habitantes, tal y como reconoce el doctor Cubedo. Sin embargo, sí advierte de que es mucho más frecuente en países del África ecuatorial como Uganda, Kenia, Tanzania, o República Democrática del Congo.
«En los años 80 y 90 hubo en todos los países occidentales, incluida España, una epidemia de SK en relación con la pandemia del SIDA. Hoy en día, la incidencia del SK en las personas infectadas por HIV es baja en los países desarrollados, en torno a 1 de cada 100.000», apunta.
Su relación con el VPH
El sarcoma de Kaposi está relacionado con el herpesvirus humano 8 (HHV-8): «Este virus es el responsable de desencadenar la formación de las lesiones que caracterizan al SK, especialmente en personas cuyo sistema inmunitario está debilitado, como enfermos de SIDA o personas trasplantadas».
Resalta a su vez que el sarcoma de kaposi forma parte de una familia de cánceres que están causados por virus, y que incluye el cáncer de cuello de útero y algunos de garganta (virus del papiloma humano o HPV), cáncer de hígado (virus de la hepatitis B y C), y algunos linfomas (virus de Epstein-Barr), entre otros. «El HHV-8 sólo infecta a humanos, por lo que el Sarcoma de Kaposi es una variedad de cáncer que no aparece en ningún animal», apostilla.
Mantiene igualmente que el HHV-8 infecta a muchas personas de forma latente, parece que contagiándose a través de contacto cercano y prolongado, y también a través de las relaciones sexuales. «La infección latente no produce enfermedad. Es necesario que se asocie algún otro factor como la inmunosupresión. HHV-8, además del SK, puede producir otras dos variedades raras de cáncer linfático, el linfoma de cavidades corporales, y la enfermedad multicéntrica de Castleman», subraya el especialista del MD Anderson Cancer Center.
Aquí detalla este oncólogo médico que el SK clásico suele aparecer en personas mayores, sobre todo de origen mediterráneo o de Europa del Este; mientras que el SK endémico es frecuente en África subsahariana, donde el HHV-8 es más prevalente. «El SK epidémico afecta a personas con VIH, sobre todo antes de la era de los antirretrovirales. Por último, el SK iatrogénico es el que se diagnostica en personas que toman inmunosupresores, como después de un trasplante», agrega el especialista del MD Anderson Cancer Center.
En este sentido, recuerda el doctor Cubedo que los pacientes con VIH tienen un mayor riesgo de desarrollar SK, sobre todo si no están recibiendo tratamiento antirretroviral: «La razón es que el VIH debilita mucho el sistema inmunitario, lo que permite la activación del virus HHV-8, que es el causante de esta variedad de sarcoma. Con los tratamientos antirretrovirales actuales para el VIH, el riesgo ha disminuido muchísimo, y el sarcoma de Kaposi es mucho menos frecuente que antes».
El diagnóstico y su tratamiento
Con todo ello, este experto resalta que el diagnóstico se sospecha al observar las lesiones, que suelen ser bastante características, y se confirma mediante una biopsia. «La extensión interna de la enfermedad requiere de endoscopias y de escáneres», agrega.
En cuanto al tratamiento señala que éste depende de la extensión del cáncer y del estado del sistema inmunitario del paciente. «En los casos relacionados con VIH, el tratamiento antirretroviral por sí solo puede reducir o incluso hacer desaparecer las lesiones. En el caso de los pacientes trasplantados, puede también bastar un ajuste a la baja de los tratamientos inmunosupresores», indica.
En otros casos, o si lo anterior no basta, este oncólogo médico mantiene que existen tratamientos específicos de quimioterapia, aunque algunas lesiones muy circunscritas se pueden manejar con tratamientos locales, como el láser
Fuente: infosalus.com