La vacuna contra el cáncer colorrectal pasó con éxito su primer ensayo en humanos
La vacuna contra el cáncer colorrectal pasó su primer ensayo clínico, reportó la revista Journal for ImmunoTherapy of Cancer. Después de la prueba la mitad de los diez participantes tiene anticuerpos o los linfocitos T citotóxicos, que pertenecen al sistema inmunológico y se conocen como T-killers.
El cáncer colorrectal, o del intestino grueso y recto, es el tercer tipo de cáncer más común después del cáncer pulmonar y cáncer de mama. Según la OMS, en 2012 sobre 1.4 millones tenían ese tipo de enfermedad, de los que 700.000 murieron. Entre los factores de riesgo se cuenta el consumo del alcohol, carne roja o productos semielaborados. También se incluyen enfermedades inflamatorias del intestino, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
En las primeras etapas de la enfermedad, cuando el tumor está pequeño o localizado y no hay metástasis, es posible hacer la cirugía sin quimioterapia posterior. Cuando hay cáncer avanzado, es necesario hacer quimioterapia. También en esa etapa se recurre a la inmunoterapia, concretamente usan el anticuerpo monoclonal que bloquea PD-1 — la proteína responsable por la restricción de actividad inmune. Sin embargo, los pacientes que se han curado después de la inmunoterapia a veces sufren recaídas varios meses o años más tarde.
Adicionalmente, del 30% al 50% de los enfermos que fueron diagnosticados con cáncer en las primeras etapas también se enfrentan con las recaídas.
Para prevenir el cáncer colorrectal secundario los científicos estadounidenses bajo la dirección de Adam E. Snook de la Universidad de Virginia crearon una vacuna. Usaron GUCY2C, una proteína que se encuentra naturalmente en las células del epitelio intestinal.
Los estudios pre-clínicos con ratones comprobaron que gracias a la vacuna los animales producían los anticuerpos o los linfocitos T citotóxicos que reaccionan a GUCY2C. Los ratones en consecuencia lograron deshacerse de las metástasis del cáncer colorrectal en sus pulmones e hígado.
Reacción prometedora
En la última prueba participaron los diez voluntarios que tenían el cáncer colorrectal de las etapas I o II. Les extirparon los tumores a todos, y ninguno tenía quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia. Su edad oscilaba entre los 49 y los 76 años. Primero les vacunaron, y después regresaban en 30, 90 y 180 días para realizar un nuevo reconocimiento.
Tras la vacunación los cuerpos de la mitad de los participantes empezaron a producir los anticuerpos o T-killers. A pesar de la ausencia de efectos secundarios serios, dos pacientes sentían los escalofríos, a otros dos les dolía la mano después de la inyección y el último tenía fiebre. Ahora los científicos piensan que la vacuna podría también ayudar a los pacientes con el cáncer del estómago, esófago o páncreas. Es posible que esos tumores también produzcan la proteína GUCY2C y respondan a la vacuna.
El año pasado los científicos mostraron que las vacunas, basadas en propias células de unas pacientes con el cáncer de ovario, también son seguras y probablemente eficientes. Las mujeres que recibieron unas vacunas y la quimioterapia tenían mayor opción de vivir más de dos años.
Fuente: nmas1.org