Un fallo neuronal explica algunas supuestas facultades psíquicas
Una nueva investigación ha desenmascarado un mecanismo cerebral que en ocasiones nos lleva a confundir la realidad con la ficción. Ocurre, por ejemplo, cuando tenemos la sensación de que hemos oído el timbre de la puerta o del teléfono, justo antes de que empezara a sonar.
Esta apreciación se confunde frecuentemente con la idea de que las personas que han vivido experiencias de este tipo tienen una facultad especial, que podemos llamar clarividencia o habilidades psíquicas.
Pero en realidad se trata de un mecanismo cognitivo que nos confunde, de un error en el tiempo neuronal, ya que lo que pasa en realidad es que el consciente recibe milisegundos más tarde lo que el cerebro ya ha registrado con anterioridad.
Es decir, que primero percibimos la información del cerebro (ha sonado el timbre) y después el sonido físico del timbre, debido a un error en el tiempo que necesitan las neuronas para comunicarse la información. Este fallo neuronal impide que el consciente registre simultáneamente ambos sucesos. Y al percibirlos separadamente, pensamos que somos clarividentes.
Sin embargo, no hay, en estos casos, ninguna facultad psíquica, sino un contratiempo cerebral. Lo explican los autores de esta investigación en un artículo publicado en The Washington Post, si bien los resultados de su trabajo se publicaron previamente en PNAS.
Jugando con luces
El experimento que les permitió llegar a esta conclusión consistió en reunir a un grupo de voluntarios para que adivinaran cuál de cinco casillas blancas de un tablero se iba a convertir en roja. Era como intentar adivinar cuándo iba a cambiar la señal de un semáforo.
Una de cada cinco veces, la mayoría de los voluntarios informó haber adivinado correctamente cuál casilla iba a cambiar de color antes de que ocurriera, hasta que los investigadores aceleraron la prueba.
Si una de las casillas tarda aproximadamente 250 milisegundos en volverse roja, aumenta la probabilidad de que los voluntarios aseguren haber acertado en su predicción. Pero lo que ha pasado en realidad es algo muy diferente: pensaban que habían predicho algo que ya había sucedido, aunque el consciente no había tenido tiempo de registrarlo.
Según los investigadores, los errores en este mecanismo de sincronización neuronal pueden explicar por qué algunas personas creen que son clarividentes o lectores de mentes: es posible que ya hayan registrado la respuesta de una persona antes de ser conscientes de la experiencia.
“Es como pensar que sabes que está por llover, y luego sentir las primeras gotas”, explica el autor principal y psicólogo de Yale, Adam Bear, en un comunicado. “Su pensamiento puede haber sido influenciado subconscientemente por esas gotas, sin embargo, usted las experimenta conscientemente más tarde”.
Creencias paranormales
También descubrieron que las personas que viven estas experiencias consideran que tienen facultades especiales si, además, creen en la brujería, el vudú o el ocultismo, o en la capacidad de leer la mente de otras personas, y piensan que son diferentes a los demás.
Los investigadores comprobaron que los sujetos que obtuvieron puntuaciones altas en una escala de creencias de este tipo, tienen más probabilidades de decir que predicen con precisión la aparición de la casilla roja, incluso en intervalos de tiempo superiores a 250 milisegundos.
Así pudieron establecer una conexión entre los errores de sincronización neuronal y las creencias en fenómenos paranormales, es decir, que las personas que tienen estas creencias confunden más frecuentemente el error de sincronización neuronal con capacidades extraordinarias.
Concluyen los investigadores que confundir el pensamiento y la percepción puede ser un importante impulsor del pensamiento distorsionado. Por supuesto, es sólo un componente más de cómo las personas pueden llegar a desarrollar puntos de vista inusuales, y a veces francamente delirantes, sobre el mundo, algo que en ocasiones deriva en una enfermedad mental.
Este trabajo ofrece indicios de un nuevo mecanismo por el cual déficits básicos en la maquinaria del cerebro involucrados en la percepción del tiempo podrían afectar a las creencias más arraigadas de algunas personas, y ofrece la esperanza de que algún día podamos identificar mejor quién está en mayor riesgo de cometer estos errores, concluyen los investigadores.
Fuente: tendencias21.net