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Estudio de 10 años sobre Fukushima muestra que incluso dosis bajas de radiación pueden contribuir a la diabetes

Una nueva investigación presentada en la reunión anual de este año de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), sugiere que la exposición a dosis bajas de radiación puede contribuir a aumentar el riesgo de diabetes.

En el estudio del doctor Huan Hu y el doctor Toshiteru Ohkubo, del Instituto Nacional Japonés de Seguridad y Salud en el Trabajo, participaron más de 6.000 de los cerca de 20.000 trabajadores de emergencias que respondieron al accidente de radiación en la central nuclear de Fukushima Daiichi, afectada por un enorme tsunami en marzo de 2011. Tras las explosiones en la central nuclear se liberaron al medio ambiente cantidades considerables de materiales radiactivos.

En 2014 se creó el Estudio epidemiológico de los efectos sobre la salud de los trabajadores de emergencias de Fukushima (NEWS, por sus siglas en inglés) para aclarar los efectos a largo plazo de la radiación sobre la salud entre los trabajadores de emergencias.

Pocos estudios en humanos han examinado el impacto de la exposición a la radiación en el desarrollo de la diabetes, especialmente a dosis bajas. Para saber más, los investigadores examinaron la asociación entre la exposición a dosis bajas de radiación y el riesgo de diabetes en 5.326 trabajadores de emergencias varones (edad media 46 años) que participaron en el estudio NEWS.

Entre marzo y diciembre de 2011, se midió la exposición a la radiación de cada trabajador de emergencias utilizando un dosímetro de alarma de bolsillo para la exposición externa y un contador de cuerpo entero para la exposición interna.

Los participantes en el estudio se sometieron a exámenes médicos periódicos que incluían más de 70 componentes, como azúcar en sangre, lípidos, análisis de orina, biomarcadores de inflamación, pruebas de la función tiroidea y exámenes oculares.

Entre 2012 y 2021, 392 participantes desarrollaron diabetes, definida como un nivel de glucosa plasmática rápida de al menos 126 mg/dL, un nivel de HbA1c de al menos 6,5% o un diagnóstico autodeclarado de diabetes.

Los investigadores evaluaron la asociación entre la diabetes incidente y la exposición acumulada a la radiación tras ajustar una amplia gama de posibles factores de confusión, como la edad, el índice de masa corporal, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la actividad física en el tiempo libre, el empleo en la central nuclear, la dislipidemia (niveles anormalmente altos de grasas en la sangre) y la hipertensión arterial.

El análisis reveló que, en comparación con la exposición acumulada más baja a dosis bajas de radiación (0-4 milisieverts [mSv]), el riesgo de desarrollar diabetes era un 6% mayor para los trabajadores expuestos a 5-9 mSv, y un 47% y un 33% mayor para los expuestos a 10-19 mSv y 20-49 mSv, respectivamente.

Sin embargo, no se detectó un riesgo elevado en los expuestos a dosis de radiación de 50 mSv o superiores, probablemente debido al pequeño tamaño de la muestra en este grupo.

“Nuestros hallazgos sugieren un mayor riesgo de diabetes entre los trabajadores de emergencias nucleares por niveles bajos de radiación –explica el doctor Hu, autor principal–. Aunque los posibles mecanismos siguen siendo poco claros, los informes sugieren que la radiación puede afectar negativamente a las células pancreáticas responsables de la producción de insulina, contribuyendo potencialmente a la diabetes”.

“Además, existe una relación entre la exposición a la radiación y el aumento de la inflamación, un factor bien conocido de resistencia a la insulina y desarrollo de diabetes –apostilla–. El seguimiento continuado de los participantes en NEWS proporcionará una imagen aún más clara del riesgo de diabetes a dosis bajas de radiación”.

Según avanza, “a medida que surjan más casos de diabetes dentro de nuestro grupo de estudio, nuestro conjunto de datos ampliado permitirá realizar análisis más sólidos, lo que permitirá a los investigadores evaluar mejor la relación entre la exposición a la radiación y el riesgo de diabetes”.

En Europa, la exposición media a la radiación de fondo procedente de fuentes naturales, como el gas radón en los hogares y los rayos cósmicos procedentes del espacio exterior, oscila entre unos 2,7 mSv anuales en el Reino Unido y más de 7 mSv anuales para algunos grupos de personas en Finlandia.

En comparación, una sola radiografía de tórax expone a un paciente a unos 0,1 mSv de radiación, y una sola mamografía a 0,4 mSv. Algunas otras pruebas de diagnóstico por imagen tienen exposiciones más elevadas, como una tomografía computarizada de toda la columna vertebral (10 mSv) y una tomografía por emisión de positrones (25 mSv).

Los autores señalan que los resultados muestran asociaciones observacionales más que causa-efecto y apuntan a varias limitaciones, como la ausencia de datos sobre los tipos de diabetes, la posible confusión residual por factores no tenidos en cuenta o las imprecisiones en las mediciones que afectan a la relación entre riesgo de diabetes y exposición a la radiación.

Además, subrayan la importancia de tener en cuenta el sesgo de selección debido a la participación de sólo el 30% de los trabajadores de urgencias en el estudio NEWS. El diseño retrospectivo también introduce factores como el sesgo de información, que debe tenerse en cuenta a la hora de interpretar los resultados.

Por último, los autores ofrecen su “sincero agradecimiento a los trabajadores de emergencias que hicieron frente al incidente de la central nuclear de Fukushima Daiichi, tanto por sus heroicos esfuerzos para minimizar los riesgos como por su participación voluntaria en el estudio NEWS, que contribuye a nuestra comprensión de los efectos de la radiación sobre la salud y la seguridad pública”.

Fuente: infosalus.com