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Estudio clínico muestra potencial del LSD para reducir la ansiedad

El estudio ha revelado que el compuesto redujo de forma significativa los síntomas de ansiedad en pacientes con trastornos moderados y severos

El LSD, una de las drogas psicodélicas más controvertidas del siglo XX, vuelve a colocarse en el centro de la investigación científica.

Un estudio de etapa intermedia publicado en Journal of the American Medical Association reveló que el compuesto redujo de forma significativa los síntomas de ansiedad en pacientes con trastornos moderados y severos, con efectos que se mantuvieron hasta por tres meses.

El ensayo, desarrollado por la farmacéutica Mindmed, incluyó a casi 200 personas que recibieron diferentes dosis de LSD o un placebo bajo supervisión médica.

Los resultados fueron notables: a las cuatro semanas, quienes tomaron las dosis más altas presentaron reducciones significativas en los niveles de ansiedad. Doce semanas después, el 65% de los pacientes que recibieron la dosis más efectiva (100 miligramos) seguían mostrando mejoría y casi la mitad estaban en remisión.

Efectos secundarios y limitaciones

Los efectos secundarios más frecuentes fueron alucinaciones, náuseas y dolores de cabeza. Sin embargo, los investigadores reconocieron limitaciones: muchos participantes adivinaron si habían recibido LSD o placebo, lo que puso en duda el efecto “ciego” del estudio.

Además, hubo deserciones en ambos grupos, lo que redujo la muestra final.

Una nueva etapa para los psicodélicos

El interés científico por estas sustancias vive un resurgimiento. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ya ha designado como “terapias innovadoras” a la psilocibina, el MDMA y ahora al LSD, tras observar resultados prometedores en el tratamiento de depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático.

No obstante, el camino no ha estado exento de tropiezos. El año pasado, la agencia rechazó el uso del MDMA contra el TEPT, citando fallas metodológicas y posibles sesgos.

A diferencia de ensayos con otros psicodélicos, donde se combina la sustancia con largas sesiones de terapia, el estudio de Mindmed optó por un modelo más sencillo: una sola dosis de LSD administrada bajo supervisión médica, sin acompañamiento terapéutico.

Esta decisión buscó aislar los efectos de la droga en sí, aunque expertos como Frederick Barrett, del centro psicodélico de la Universidad Johns Hopkins, advierten que las experiencias intensas pueden requerir acompañamiento psicológico para ser procesadas.

De la prohibición a la reconsideración

La posibilidad de emplear LSD como tratamiento médico no es nueva. Entre 1950 y 1960 se publicaron más de mil artículos científicos sobre su uso contra la depresión, la adicción al alcohol y otros trastornos. Pero la ola contracultural de finales de los sesenta y la ley de 1970 que clasificó al LSD como droga de alto riesgo frenaron la investigación durante décadas en Estados Unidos.

Hoy, el panorama es distinto. Mindmed ya prepara dos ensayos clínicos de etapa avanzada que seguirán a los pacientes por más tiempo. Si confirman los resultados, la compañía solicitará la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).

Fuente: sipse.com

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