El Reiki no te puede ayudar en nada frente al covid porque es un timo
«Los expertos en esta terapia complementaria (el Reiki) reconocida por la OMS defienden que puede contribuir a minimizar los efectos de la enfermedad», publica descaradamente el periódico La Vanguardia.
Y también que puede ayudar a combatir la COVID-19.
Pseudociencia en medios
«El Reiki es una terapia complementaria reconocida por la Organización Mundial de la Salud, que ayuda a paliar el estrés, la angustia, la ansiedad y los dolores físicos», se afirma desde un medio de comunicación masivo que, presuntamente, tiene la intención de informar a sus lectores.
«El Reiki aumenta nuestro sistema inmunológico y es por eso que ayuda mucho a minimizar los efectos provocados por la Covid-19.» Pues tampoco.
Todo esto es falso. Ni el Reiki está reconocido por la OMS (solo se limita a afirmar que hay gente que la usa, pero no dice nada sobre su efectividad o utilidad, e incluso la incluye en el conjunto de tratamientos basados en la fe), ni tampoco se ha demostrado que tenga algún efecto en la salud.
Que un periódico de tirada nacional vierta tales afirmaciones es comparable a afirmar que existen los extraterrestres y nos visitan a menudo, o que la Tierra es plana.
Es grotesco que a estas alturas aún haya medios que deslicen estos contenidos y no entren a formar parte de inmediato en una especie de lista negra de medios no confiables. Porque no es la primera vez que este periódico, La Vanguardia, chapotea hasta la corva en el lodazal de las pseudociencias, como ya denunciaba Pere Estupinyà.
El reiki, el feng shui, el ayurveda o la medicina tradicional china son, en su conjunto, un timo. Incluso una simple niña de nueve años lo ha demostrado con un sencillo experimento. Pero los medios de comunicación en los que debemos confiar publican tales mentiras por el simple hecho de que venden, o por respetar las creencias de cada uno.
Como un político que una vez propuso construir una pista de aterrizaje para ovnis sencillamente porque mucha gente decía estar avistándolos.
Fuente: xatakaciencia.com