En dos años será posible producir hueso y cartílago en impresoras 3D/4D para implantarlos en personas
La investigadora pionera en la impresión de tejido humano con impresoras 3D, Nieves Cubo, y profesora del área de Salud de la Universidad Internacional de Valencia (VIU) (España), ha destacado que “en 2 años será posible producir hueso y cartílago en impresoras 3D (o 4D si varía con el tiempo ante estímulos externos) y en unos 10-15 años estará disponible esta técnica en los hospitales, ya que aunque está todo muy avanzado, hay que hacer los ensayos clínicos oportunos, que incluyen estudio de los efectos secundarios a corto y largo plazo, antes de sacarlo al mercado”.
La experta de la VIU ha resaltado que “no se trata de ciencia ficción, actualmente ya se están aplicando las ventajas de las impresiones en 3D en la medicina, personalizando los procesos de fabricación en este campo y haciéndolos más efectivos”.
Nieves Cubo ha explicado que “antes era un proceso natural pero hoy en día se está imprimiendo piel humana y prótesis con las impresoras 3D. Estas se hacían con metal y ahora se hacen con plástico, reduciendo su peso, disminuyendo su coste de fabricación y acoplándose mejor al cuerpo, por ejemplo, en niños se van adaptando a su crecimiento”.
“Posteriormente, -ha continuado-, en los estudios observamos que si se ponían las condiciones adecuadas se podían hacer estas prótesis en 3D para colocarlas también dentro del cuerpo humano. Ya se han hecho conexiones a modo de puente entre conductos del cuerpo, que al invadirse de células, resolvían problemas de roturas con materiales menos invasivos”.
La profesora de la VIU ha indicado que “otra de las aplicaciones de esta técnica en la medicina es la fabricación de férulas, donde se están utilizando cada vez más en sustitución de las escayolas al tener más ventajas y ser más cómodas. Son modelos a medida, se pueden mojar, son transpirables y permiten las curas”.
Además, gracias a la impresión 3D “se están planificando previamente las intervenciones quirúrgicas, como por ejemplo, en el Hospital Universitario del Gregorio Marañon, en el grupo de Rubén Pérez Mañanes, donde se hace el modelo del cuerpo del paciente y se preparan los instrumentos, las técnicas y todo lo necesario para que la operación sea lo menos invasiva posible”, añade.
Finalmente ha destacado la necesidad de avanzar en esta línea, ya que “la revolución tecnológica que estamos atravesando no se está trasladando a la biología, originando un cuello de botella, que afortunadamente empieza a resolverse. Esto demuestra la importancia de invertir en biología, ya que todo lo que se invierta ahora nos servirá para el futuro. Además de la financiación, los límites serán los que te proporcionen la propia biología y las leyes, ya que hay que ajustarse a las regulaciones a la hora de estudiar y de aplicar los avances”.
Respecto a conceptos como la Biología DIY, el biohacking, tissue-on-a-chip y la impresión 4D ha explicado que lo que se está buscando en la actualidad es “volver a la artesanía, al hazlo tú mismo, ya que a la hora de investigar necesitas cosas nuevas, que no existen o que tienen que adaptarse a nuevos procesos y hay que crearlas”.
Respecto al Biohacking o modificación de un ser vivo ha indicado que “ya no estamos hablando de ciencia ficción, se trata de aplicar las nuevas tecnologías en la medicina y en esa línea está habiendo muchos avances”. En cuanto a las impresoras 4D ha señalado que son como las 3D, pero con una cuarta dimensión, el tiempo, materiales que se puedan desarrollar con el tiempo y que pueden aplicarse en campos tan diversos como la medicina, el arte o la domótica”.
Durante su intervención ha resaltado también la importancia de la formación continua, simultánea y online que “han acabado con las limitaciones y gracias a ello he podido formarme en diferentes materias, desde cómo desarrollar una máquina a cómo programarla, a entender cómo funcionan las células humanas, qué materiales necesitan las células para desarrollarse, etc.”.
“El perfil que se demanda en la actualidad –ha concluido- es de jóvenes proactivos y capaces de adaptarse a las nuevas necesidades que puedan surgir, con capacidad de cambiar de un sector a otro dentro de un mismo campo. No hay que dejar nunca de aprender”.
Fuente: noticiasdelaciencia.com