Descubren una nueva señal que usan los cánceres para evitar ser detectados y destruidos por el sistema imnunitario
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) han descubierto una nueva señal que los cánceres parecen utilizar para evadir la detección y destrucción por parte del sistema inmunitario, según publican este miércoles en la revista ‘Nature’.
Los científicos han demostrado que bloquear esta señal en ratones implantados con cánceres humanos permite que las células inmunes ataquen los cánceres. El bloqueo de otras señales de ‘no me comas’ se ha convertido en la base de otras posibles terapias contra el cáncer.
Normalmente, las células inmunes llamadas macrófagos detectarán células cancerosas, luego las engullirán y devorarán. En los últimos años, los investigadores han descubierto que las proteínas de la superficie celular pueden decirle a los macrófagos que no las coman y las destruyan. Esto puede ser útil para ayudar a las células normales a evitar que el sistema inmunitario las ataque, pero las células cancerosas usan estas señales de ‘no me comas’ para esconderse del sistema inmunitario.
Los investigadores habían demostrado previamente que las proteínas cancerosas PD-L1, CD47 y la subunidad beta-2-microglobulina del complejo principal de clase 1 de histocompatibilidad son utilizadas por las células cancerosas para protegerse de las células inmunes. Los anticuerpos que bloquean CD47 están en ensayos clínicos. Los tratamientos contra el cáncer que se dirigen a PD-L1 o al receptor PDL1 se están utilizando en la clínica.
Los investigadores de Stanford ahora han descubierto que una proteína llamada CD24 también actúa como una señal de ‘no me comas’ y es utilizada por las células cancerosas para protegerse.
«Descubrir que no todos los pacientes respondieron a los anticuerpos anti-CD47 ayudó a impulsar nuestra investigación en Stanford para evaluar si las células que no responden y los pacientes podrían tener señales alternativas de ‘no me comas'», señala el doctor Irving Weissman, profesor de Patología y Biología del Besarrollo y director del Instituto Stanford de Biología de Células Madre y Medicina Regenerativa y del Centro Ludwig para la Investigación de Células Madre del Cáncer.
Los científicos comenzaron buscando proteínas que se produjeran más en los cánceres que en los tejidos de los cuales surgieron los mismos. «Sabes que si los cánceres están creciendo en presencia de macrófagos, deben estar haciendo alguna señal que evite que esas células ataquen el cáncer –añade Amira Barkal, estudiante de doctorado–. Desea encontrar esas señales para poder interrumpirlas y liberar todo el potencial del sistema inmunitario para combatir el cáncer».
La búsqueda mostró que muchos cánceres producen una abundancia de CD24 en comparación con las células normales y los tejidos circundantes. En otros estudios, los científicos demostraron que las células de macrófagos que se infiltran en el tumor pueden detectar la señal de CD24 a través de un receptor llamado SIGLEC-10.
También mostraron que si mezclaban células cancerosas de pacientes con macrófagos en un plato, y luego bloqueaban la interacción entre CD24 y SIGLEC-10, los macrófagos comenzarían a atiborrarse de células cancerosas como si estuvieran en un buffet de todo lo que pueda comer.
«Cuando tomamos imágenes de los macrófagos después de tratar los cánceres con bloqueo de CD24, pudimos ver que algunos de ellos estaban rellenos de células cancerosas», recuerda Barkal.
Por último, implantaron células de cáncer de mama humano en ratones. Cuando se bloqueó la señalización de CD24, los macrófagos carroñeros del sistema inmune atacaron el cáncer.
De particular interés fue el descubrimiento de que el cáncer de mama de ovario y triple negativo, ambos muy difíciles de tratar, se vieron muy afectados al bloquear la señalización de CD24. «Esto puede ser una vulnerabilidad para esos tipos de cáncer muy peligrosos», aventura Barkal.
El otro descubrimiento interesante fue que la señalización de CD24 a menudo parece funcionar de manera complementaria a la señalización de CD47. Algunos cánceres, como los de sangre, parecen ser altamente susceptibles al bloqueo de la señalización de CD47, pero no al bloqueo de la señalización de CD24, mientras que en otros tipos de cáncer, como el cáncer de ovario, sucede lo contrario.
Esto aumenta la esperanza de que la mayoría de los cánceres sean susceptibles de ataque al bloquear una de estas señales, y que los cánceres pueden ser aún más vulnerables cuando se bloquea más de una señal de ‘no comerme’. «Probablemente hay muchas señales mayores y menores de ‘no me comas’, y CD24 parece ser una de las principales», dijo Barkal.
Los investigadores ahora esperan que las terapias para bloquear la señalización de CD24 sigan los pasos de las terapias anti-CD47, siendo probadas primero por seguridad en ensayos preclínicos, seguidas por ensayos clínicos de seguridad y eficacia en humanos.
«CD47 y CD24 fueron descubiertos por estudiantes graduados en programas de doctorado en Stanford junto con otros compañeros –destalla Weissman–. Comenzaron como descubrimientos básicos fundamentales, pero la conexión con los cánceres y su escape de los macrófagos carroñeros llevaron al equipo a realizar pruebas preclínicas de su potencial. Esto demuestra que la combinación de investigación y capacitación médica puede acelerar descubrimientos que pueden salvar vidas».
Fuente: infosalus.com