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Descubren una nueva causa de los aneurismas y una posible forma de frenarlos sin cirugía

Un estudio con participación del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz Descubre una nueva causa de los aneurismas en la aorta y una posible vía para prevenirlos sin cirugía

Un equipo de investigadores españoles ha avanzando en el conocimiento sobre los aneurismas de la aorta y en la forma de frenar una enfermedad peligrosa que muchas veces se detecta tarde y suele requerir cirugía. Estos aneurismas se producen cuando la pared de la aorta, la arteria más grande del cuerpo, se debilita y se ensancha como un globo, con riesgo de romperse y causar la muerte en minutos.

El hallazgo, que ha sido liderado por los doctores Jorge Oller Pedrosa y María Mittelbrunn, investigadores del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM-CSIC-UAM), el Instituto de Salud Carlos III y el Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD), y publicado en la revista científica European Heart Journal, abre una vía para posibles tratamientos farmacológicos que podrían evitar operaciones y salvar vidas.

Concretamente, los investigadores han descubierto que, en personas con aneurismas, se acumulan azúcares complejos en la pared de la aorta. Estos azúcares, conocidos como proteoglicanos y glicosaminoglicanos, forman una especie de “pegamento” que, en exceso, acaba dañando la estructura de la arteria y favorece que se ensanche.

“Si logramos trasladar estos hallazgos a la práctica clínica, podríamos prevenir muchas complicaciones graves y mejorar la calidad de vida de los pacientes”

Lo más novedoso es que han encontrado la causa de esta acumulación: una vía celular llamada vía biosintética de hexosaminas (HBP), que usa nutrientes como la glucosa y la glutamina para producir estos azúcares. Aunque esta vía es necesaria en nuestro cuerpo, el exceso de actividad provoca estrés en las células de la aorta, las debilita y facilita que se forme el aneurisma.

“Estos resultados abren una nueva vía terapéutica en una enfermedad para la que no existen actualmente tratamientos farmacológicos eficaces”, explica el Dr. Oller, añadiendo: “Si logramos trasladar estos hallazgos a la práctica clínica, podríamos prevenir muchas complicaciones graves y mejorar la calidad de vida de los pacientes”.

Resultados en ratones y potencial para pacientes

Para confirmar este hallazgo, el equipo lo comprobó en ratones con el síndrome de Marfan (una enfermedad genética que predispone a aneurismas) y en modelos animales con aneurismas provocados. Además, analizaron muestras de pacientes humanos con aneurismas en la aorta. En todos los casos, se observó la misma activación excesiva de la vía HBP y la acumulación de azúcares en la aorta.

Lo más prometedor es que los investigadores lograron frenar el crecimiento de los aneurismas en ratones utilizando dos fármacos experimentales. Uno de ellos, llamado DON, bloquea la enzima clave de esta vía metabólica, mientras que otro, llamado ISRIB, bloquea la respuesta de estrés celular que daña la aorta. Los dos tratamientos consiguieron reducir la inflamación, mejorar la estructura de la arteria y devolverla a su tamaño normal. Esto sugiere que, en el futuro, se podrían desarrollar medicamentos para pacientes con riesgo de aneurisma, evitando la necesidad de una cirugía de alto riesgo.

Otro aspecto importante del estudio es que identificaron posibles marcadores en sangre que podrían utilizarse para diagnosticar aneurismas antes de que sean peligrosos. Estos marcadores son derivados de la vía HBP y de los azúcares acumulados, lo que podría facilitar un análisis de sangre que detecte a tiempo el riesgo de aneurisma y permita vigilar su evolución.

Los investigadores lograron frenar el crecimiento de los aneurismas en ratones utilizando dos fármacos experimentales

Este avance ha sido posible gracias a la colaboración entre investigadores del CBM, el Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz, el Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) y varios hospitales universitarios de Madrid, Barcelona, Santander y Lisboa.

Aunque todavía faltan ensayos clínicos para confirmar estos resultados en humanos, este descubrimiento abre una puerta de esperanza para prevenir y tratar una enfermedad que, hasta ahora, solo podía controlarse con cirugía y vigilancia, y que puede costar la vida si no se detecta a tiempo.

Fuente: consalud.es