Descubren un marcador para saber cuándo un tipo de cáncer de piel se prepara para provocar metástasis
Los bajos niveles de una proteína en las células de carcinoma escamoso indican que el tumor se va a propagar por otras zonas del cuerpo. El hallazgo abre nuevas vías de estudio para bloquear este proceso
Las células que forman los tumores del carcinoma escamoso cutáneo se preparan para migrar hacia los ganglios linfáticos, con lo que provocan la aparición de metástasis en otros órganos y sobreviven al proceso antes de iniciarlo. Además, dejan de consumir glucosa para sobrevivir utilizando moléculas de colesterol LDL, el llamado colesterol malo.
Así lo demuestra un estudio encabezado por investigadores del Grupo de investigación en Enfermedades inflamatorias y neoplásicas dermatológicas del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas que ha publicado la revista Life Science Alliance. Este nuevo marcador puede abrir la puerta a ensayar tratamientos con inhibidores del metabolismo de los lípidos en estas células para evitar la metástasis.
Cada año se diagnostican en España 74.000 nuevos casos de cáncer cutáneo no melanoma, grupo en el cual se encuentra el carcinoma escamoso, el segundo más frecuente. El riesgo de sufrirlo a lo largo de la vida oscila entre el 7 y el 11 % y su incidencia se ha duplicado en los últimos treinta años.
En el caso del carcinoma escamoso, alrededor del 4 % de los tumores provocan metástasis. Y no hay ninguna herramienta para avanzarse. Ahora, el estudio liderado por el IMIM-Hospital del Mar permite disponer de un marcador que indica cuáles de ellos están a punto de iniciar la migración hacia los ganglios linfáticos para llegar a otros órganos.
El papel de la disquerina
Los investigadores han podido confirmar el papel de la proteína disquerina en este proceso, analizando muestras de un centenar de tumores primarios en pacientes con carcinoma escamoso. En aquellos que hicieron metástasis, comprobaron con pruebas in vitro que determinadas partículas de ARN no codificante dejaban de expresarse y bajaban los niveles de disquerina, que es la proteína que ayuda a estabilizarlos. Es decir, indicaban que las células tumorales se preparaban para migrar.
“Es un mecanismo que puede explicar la metástasis, pero no solo eso, sino que también puede ser un marcador del momento en el cual la célula tumoral se prepara para migrar e iniciar este proceso”, explica Inmaculada Hernández-Muñoz, investigadora principal del estudio.
El descenso en los niveles de disquerina induce un cambio en el metabolismo de las células tumorales, que pasan de consumir glucosa a alimentarse de lípidos, en concreto de moléculas de colesterol LDL. Esto les permite sobrevivir a la migración hasta los ganglios linfáticos y otros órganos donde proliferar. El cambio es solo temporal y recuperan sus características originales cuando completan todo el proceso. Los autores pudieron comprobarlo con indicadores del metabolismo de los lípidos en las muestras analizadas. De hecho, este marcador estaba presente en los pacientes con peor pronóstico.
Se abre la puerta a estudiar si las personas con niveles más altos de ‘colesterol malo’ tienen también más riesgo de metástasis
Inmaculada Hernández-Muñoz, investigadora principal del estudio
Hernández-Muñoz destaca que el estudio “permite disponer de un buen modelo para entender cómo se produce la diseminación de las células tumorales en los primeros estadios del tumor”. De esta manera, “se abre la puerta a estudiar si las personas con niveles más altos de colesterol LDL tienen también más riesgo de metástasis”.
El trabajo también demuestra que el tratamiento de las células afectadas con estatinas, que sirven para combatir los altos niveles de colesterol malo, permitía remitir el metabolismo de los lípidos y evitaba que el inicio del proceso de metástasis. El equipo comprobó cómo este mecanismo de cambio en el metabolismo celular también se produce en otros tipos de tumores.
Fuente: SINC