Descubren cómo se expanden las células cancerosas del glioblastoma
Las células cancerosas del glioblastoma utilizan mitocondrias del sistema nervioso central para crecer y formar tumores más agresivos, según los nuevos hallazgos dirigidos por la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, publicado en la revista ‘Nature Cancer’.
La investigación demostró que es habitual que los astrocitos sanos –un tipo de célula glial con importantes funciones en el sistema nervioso central– transfieran los orgánulos productores de energía a las células cancerosas del glioblastoma. Cuando se produce este proceso, el cáncer es más letal y los tumores tienen más probabilidades de crecer.
Los investigadores descubrieron que la adquisición de mitocondrias aumentaba la producción de energía y amplificaba las células madre cancerosas, unas células con propiedades que ya de por sí hacen que el cáncer sea más difícil de tratar.
«Definir las complejas interacciones de las células del glioblastoma con el cerebro y el sistema nervioso es fundamental para desarrollar nuevos tratamientos contra esta forma tan agresiva de cáncer cerebral –afirma Justin Lathia, doctor en Ciencias Cardiovasculares y Metabólicas y titular de la Cátedra Melvin H. Burkhardt de Investigación Clínica en Neurooncología–. Sabíamos que este tipo de transferencia era teóricamente posible, pero desconocíamos su relevancia y peligrosidad en los tumores cerebrales».
Los cánceres, incluido el glioblastoma, son resistentes en parte gracias a los recursos del entorno, aprovechando las defensas naturales del organismo para proteger a las células cancerosas. Al determinar cómo interactúan las células cancerosas con las sanas para sobrevivir, los investigadores pueden diseñar nuevos tratamientos para impedir que el cáncer crezca o se resista al tratamiento.
Este estudio investigó la transferencia de mitocondrias en el glioblastoma, el tipo más común y mortal de cáncer cerebral primario.
Las mitocondrias son componentes esenciales de las células normales, las llamadas «centrales energéticas», que también desempeñan un papel importante en procesos de señalización como la muerte celular. En cada célula hay miles de mitocondrias. La transferencia de mitocondrias entre células forma parte de un tipo emergente de interacción entre células que aún se está explicando.
Las mitocondrias también son esenciales para las células cancerosas; la quimioterapia y la radiación pueden dirigirse a las mitocondrias para destruir tumores. Estudios anteriores demostraron que la transferencia de mitocondrias también puede producirse en otras afecciones neurológicas, como el ictus, pero las investigaciones en curso están tratando de averiguar el impacto de la transferencia en la enfermedad y cómo se produce.
Cuando las células cancerosas reciben mitocondrias, esto afecta a los procesos que producen energía. Según el doctor Lathia, el estudio ha descubierto que, en el glioblastoma, este impulso favorece las propiedades de las células madre cancerosas, como la autorrenovación y la tumorigenicidad.
«El cáncer y su tratamiento no existen en el vacío –afirma–. No se trata e investiga únicamente los tumores, sino que se aprovecha un ecosistema diverso. Seguir investigando esta vía puede identificar nuevas estrategias para tratar el glioblastoma, pero también tiene potencial para comprender otros tipos de cáncer».
Fuente: infosalus.com