Descubre cómo la dopamina altera tu percepción del tiempo
El cerebro humano está formado por una compleja serie de redes neuronales, que se comunican entre sí gracias a la actuación de los llamados neurotransmisores. Una de estas sustancias, una de las más conocidas, es la que llamamos dopamina.
Esta juega un papel muy importante en enfermedades como el Párkinson, ya que el factor principal por la que se desarrolla es precisamente la carencia de este neurotransmisor. Un reciente estudio ha comprobado que la dopamina podría realizar una función muy importante en nuestra percepción del paso del tiempo.
Todo es subjetivo
Como bien sabemos, el paso del tiempo es algo bastante subjetivo. Una hora puede parecernos 10 minutos, o 4 horas, dependiendo de qué hagamos durante ese periodo de tiempo. Dicho esto, unos investigadores han descubierto algo que relaciona a la dopamina con estas sensaciones subjetivas.
Los cientificos, pertenecientes al Centro Champalimaud de Portugal, creen que la dopamina modifica nuestro reloj interno. Su estudio ha sido recientemente publicado en la prestigiosa revista Science, confirmando una relación directa entre la actividad neuronal y la sensación de paso del tiempo.
Para llegar a estas conclusiones, analizaron la actividad neuronal de un grupo de ratones. Mediante distintas pruebas, consiguieron averiguar si el intervalo entre dos sonidos distintos era concebido como más largo o más corto por los propios animales.
La dopamina está relacionada con las sensaciones amorosas, la motivación, la recompensa y en general, los sentimientos agradables. Por lo tanto y, según el estudio, cuando disfrutamos algo sentimos que todo pasa más deprisa, precisamente por la actuación de las neuronas. La dopamina nos hace sentir bien, pero también altera nuestra percepción del tiempo.
Otra prueba a favor de esta teoría, sería el hecho de que los pacientes con Párkinson, sienten el paso de tiempo como muy lento. Esto estaría causado por el claro déficit de dopamina que sufren, debido a las pequeñas lesiones cerebrales que padecen.
Fuente: Science