Medicamentos orales como la viagra o las inyecciones y cremas de alprostadil son algunos de los tratamientos más comunes para combatir la disfunción eréctil. Sin embargo, un equipo de investigadores daneses ha desarrollado una nueva terapia que podría suponer una gran mejora respecto a esos tratamientos: una sola inyección que resuelve el problema.

Los expertos del Danish Center for Regenerative Medicine han desarrollado un tratamiento que consiste en la inyección de células madre en la base del pene para curar esa disfunción eréctil. El método se ha ideado, en principio, para los hombres que han tenido que someterse a una cirugía de cáncer de próstata, el tipo de cáncer más frecuente entre los hombres en España, ya que se les diagnostica a 33.000 varones al año.

En muchas ocasiones, la prostatectomía puede tener como efectos secundarios la disfunción eréctil y la impotencia, en especial si los nervios y los vasos sanguíneos se dañan en el procedimiento. Además, la constricción de los vasos sanguíneos puede hacer que el pene encoja.

En una serie de ensayos, cuyos resultados aún están pendientes de publicación, los investigadores han demostrado que la inyección podría revertir el daño y restaurar la función completa del pene. Así, el tratamiento contribuye a revigorizar los nervios y los vasos sanguíneos e incluso ayuda a que vuelva a crecer el tejido perdido, por lo que ayudaría a aumentar el tamaño del pene.

Por el momento, los investigadores aseguran que han tratado con éxito a ocho pacientes, mientras esperan los resultados de otros doce en un ensayo preliminar realizado a un total de 70. Los varones han recuperado su funcionalidad plena durante más de un año, pero aún hacen falta ensayos con más participantes y en un periodo de tiempo más prolongado para probar la efectividad de esta terapia.

Ahora bien, estos científicos creen que las terapias con células madre ayudarán no solo a los hombres con disfunción eréctil por culpa del cáncer de próstata, sino también a aquellos que padecen esta incapacidad por causas como la diabetes, las enfermedades cardíacas, la presión arterial alta o el envejecimiento. Los expertos también han señalado que, aunque los resultados son positivos, aún queda un largo camino por recorrer para desarrollar una terapia real.

Fuente: tecnoxplora.com