Coronavirus no está mutando tan rápido como se temía y es una excelente noticia hacia crear la esperada vacuna
Todos los virus evolucionan con el tiempo. Es algo consustancial a la vida. Un toma y daca entre células, bacterias, virus y otros patógenos que toma la forma de una larguísima de sucesión de barreras defensivas y estrategias para superarlas. Por eso, todo el mundo miraba al SARS-CoV-2 con recelo.
Sobre todo, porque el coronavirus es un virus de ARN y, como tal, presenta altas tasas de mutación hasta el punto en que hay múltiples variantes de cada virus dentro de una misma persona. De hecho, en las últimas semanas hemos visto noticias sobre cepas diferentes o sobre lo mucho que había cambiado en su viaje de Wuhan a España. Sin embargo, a medida que vamos conociendo mejor al SARS-CoV-2 todo parece indicar que el patógeno cambia menos de lo que esperábamos.
«Mucho menos que la gripe»
Peter Thielen, genetista molecular en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, está estudiando más de 1.000 muestras diferentes del virus y sus conclusiones, como explicaba en el Washington Post, son tranquilizadoras. No existen más de diez diferencias genéticas significativas entre el virus original y las cepas que están circulando por Estados Unidos y Europa.
Y eso, según Thielen, significa que «en este punto [de la investigación], la tasa de mutación del virus sugiere que la vacuna para el SARS-CoV-2 podrá ser una vacuna única, en lugar de una vacuna nueva cada año». Es decir, se parecería más a la vacuna del sarampión o la varicela que a la de la gripe. No es algo que esté claro. Otros expertos señalan que lo más probable es que nos encontremos en un punto intermedio: el coronavirus «sorteará» la vacuna, pero tardará años en hacerlo.
Lo que está claro es que nos alejamos del escenario estacional. Hace unos días, el Servicio de Secuenciación y Bioinformática y el grupo de investigación en Epidemiología Molecular de FISABIO publicaron la primera secuencia de un SARS-CoV-2 ‘español’ y, como explicaba el coordinador del proyecto, Fernando González-Candelas, los datos «aún no revela información sobre si están cambiando la agresividad, la virulencia o los patrones de transmisión del virus».
Sin embargo, «con estas secuencias se sabe ya que el virus muta menos que el de la gripe», explicaba González-Candelas en SINC. Incluso 10 veces menos, señalan algunos estudios. Pero más allá de las cifras exactas, que cambiarán en los próximos días, parece una conclusión clara. Tanto Stanley Perlman de la Universidad de Iowa y Benjamin Neuman de la Universidad de Texas A&M coinciden en que «el virus no ha mutado de manera significativa» y que eso es una excelente noticia para la búsqueda de la vacuna.
Fuente: xatakaciencia.com