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Científicos chinos utilizan implantes de estimulación cerebral para combatir la adicción a las drogas

Dos pequeños electrones, insertados en la profundidad del cerebro de un paciente en China, podrían ser la solución a una vida de adicción a las drogas. Al menos así lo cree el «Paciente Número Uno» que desde hace seis meses utiliza un implante insertado en medio de un programa experimental que pretende «apagar» la adicción.

El tratamiento, que se basa en estudios de profunda estimulación cerebral, se ha utilizado ampliamente en pacientes con Parkinson hasta la fecha. Algo que los científicos esperan cambiar con este intento por un efecto en un paciente con adicción a la metanfetamina, y posibles implicancias en la investigación de los opioides.

La cirugía involucra el implante de un dispositivo que actúa como una suerte de «pacificador» para el cerebro que es capaz de estimular eléctricamente algunas áreas este órgano y que utiliza una batería que es insertada en el pecho del paciente.

Hasta ahora, centros de investigación en Europa y Estados Unidos han intentado utilizar esta técnica en pacientes con adicciones a las drogas, sin embargo, el alto costo de los implantes -hasta 100 mil dólares por dispositivo- y los cuestionamientos éticos han frenado diversas iniciativas.

El paciente, del que sólo se conoce su apellido, Yan, asegura que esta es fue «primera vez en la mesa de operación». Este hombre inició su consumo de metanfetamina en 2011 tras el nacimiento de su hijo, una adicción que también le significó una conducta de apuestas de cartas lo que, él estima, finalmente se tradujo en pérdidas cercanas a los 150 mil dólares. Con esto también se alejó de su familia, terminando su matrimonio.

Sobre la técnica que utilizada en Yan, algunos expertos aseguran que no debería ser permitida ya que se trata de experimentación humana prematura, además de dudas sobre su real impacto en los pacientes y los problemas éticos de la intervención, particularmente con el consentimiento informado.

A seis meses de la intervención, Yan asegura que se mantiene sobrio y que el dispositivo funciona en su cerebro ayudándolo incluso a negarse a drogas cuando le han sido ofrecidas.

Fuente: emol.com / Ap