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Casi un 10% de tu ADN está formado por restos de virus

Cuando los descubrieron fueron tildados como «basura genética»: los retrovirus endógenos son una especie de virus «fosilizados» desde hace millones de años en nuestro genoma.

Son restos de infecciones virales antiquísimas, que afectaron a las células germinales de nuestros antepasados, insertándose en el material genético que después se fue pasando de generación en generación durante millones de años.

Hoy se estima que estas secuencias virales de ADN, conocidas como HERV por sus siglas en inglés (human endogenous retrovirus) conforman hasta el 8% de nuestro genoma.

A pesar de esa presencia significativa en nuestro ADN, estos restos de virus no son patógenos: no pueden replicarse porque suelen ser trazas defectuosas de material genético mutado o incompleto.

Pero ¿pueden afectar a nuestra salud? Esa posibilidad es objeto de estudio y debate entre los expertos. Algunos científicos creen que los retrovirus endógenos no son tan insignificantes como parecía.

«Un espacio» en el genoma sin una función clara

«Durante años no se conocía bien el origen, se sabía que era una especie de espacio entre lo que realmente era útil en el genoma humano», le explicó a BBC Mundo el doctor David Aldo de Luca, médico dermatólogo especializado en biología molecular que se formó con el Hospital Italiano de Buenos Aires y hoy trabaja en el centro médico de Luanda, en Angola.

Pero esa percepción empezó a cambiar hace 15 o 20 años con el estudio pormenorizado del genoma humano.

Desde entonces varios grupos de investigación concluyeron que los retrovirus endógenos pueden secretar proteínas y así potencialmente afectar aspectos como la expresión de otros genes o la progresión de determinadas enfermedades.

Aldo de Luca estudió el rol particular que los retrovirus endógenos juegan en un tipo de cáncer de piel, el melanoma.

Según el especialista en dermatología, aunque los Herv permanecen inactivos a lo largo de la vida, ciertos estímulos y mutaciones genéticas pueden reactivarlos.

Aldo de Luca sugiere que en el caso del melanoma varias proteínas aportadas por el retrovirus endógeno conocido como HERV-K podrían estar relacionadas con una mayor malignidad del tumor.

Podrían «silenciar» genes

Por otra parte, recientemente un equipo de investigación de la universidad sueca de Lund, descubrió que los retrovirus endógenos pueden afectar a la expresión de los genes de un individuo.

El estudio, liderado por el doctor Jacobsson y publicado este año en la revista científica Cell Reports, sugiere que el ADN de ciertos retrovirus endógenos influencia la producción de proteínas que a su vez regulan la expresión o silenciación de los genes «normales» adyacentes al material genético del Herv.

Y como el ADN de los retrovirus endógenos está situado en distintas partes del genoma de cada persona, ese mecanismo «silenciador» afectaría a distintos individuos de manera diferente.

Así, según las conclusiones del equipo de Jacobsson los Herv podrían servir como una especia de herramienta para la diversidad genética.

En cualquier caso, esta es una área de investigación todavía poco explorada y según Aldo de Luca es difícil hacer estudios en este campo.

Fuente: bbc.com