Así escapa el cáncer del sistema inmune
El cáncer es un auténtico experto en escapismo. Consigue burlar a las distintas defensas del organismo para sobrevivir, crecer y propagarse sin que, hasta ahora, se conozcan en profundidad cuáles son los trucos que utiliza.
Una investigación firmada por el investigador español Juan Carlos Izpisúa y publicada en el último número de Nature Cell Biology ha conseguido desvelar una de estas estratagemas que ayudan a los tumores a eludir la acción del sistema inmunitario. Concretamente, el investigador del Instituto Salk (EEUU) y catedrático de la Universidad Católica de Murcia ha descubierto dos moléculas que contribuyen directamente a limitar la respuesta inmune antitumoral, por lo que su acción da alas al cáncer.
Los investigadores han centrado su estudio en tumores que crecen en condiciones de ausencia de oxígeno (hipoxia). Esto se produce en algunas ocasiones, cuando el cáncer crece tan rápido que el riego sanguíneo es incapaz de cubrir toda la demanda. En lugar de morir, algunos tumores consiguen aprovecharse de esa falta de oxígeno y se valen de esa circunstancia para lograr una especie de escudo frente a la respuesta inmunológica humana.
En el laboratorio, los científicos liderados por Izpisúa han podido determinar en detalle cómo consigue el tumor protegerse en ese microambiente carente de oxígeno. Según sus datos, el tumor activa cascadas de señalización celular en las que es clave el papel de microRNAs; es decir, moléculas de ARN que participan en la regulación de la expresión natural de los genes.
El equipo ha identificado dos microRNAs (denominados miR25 y miR93) cuyos niveles están elevados en los tumores hipóxicos. En un análisis de 148 pacientes con cáncer, encontraron que aquellos que presentaban niveles elevados de miR25 y miR93 se relacionaban con un peor pronóstico de la enfermedad. También observaron que con otra molécula, denominada cGAS, ocurría justo lo contrario. Era una concentración baja en el tumor lo que se asociaba con una mala evolución.
«Estamos muy ilusionados con nuestro hallazgo y esperanzados de que alterando esta vía podamos modificar la respuesta inmune para luchar contra el cáncer», asegura Juan Carlos Izpisúa a EL MUNDO.
Estudios previos habían demostrado que cGAS funciona como una señal de alarma para activar la respuesta del sistema inmunitario, por lo que los científicos quisieron comprobar la existencia de una posible interrelación entre ellos.
Experimento en ratones
En varios experimentos observaron que, ante un ambiente de hipoxia, se elevaban los niveles de miR25 y miR93, lo que a su vez creaba una cascada de señalización celular que finalmente se traducía en una disminución de los niveles de cGAS.
Los científicos quisieron dar un paso más en el trabajo y corroborar la citada interrelación. Para ello, hicieron un experimento en ratones e inhibieron la acción de miR25 y miR93, con lo que se produjo una ralentización del crecimiento tumoral en los animales. En ratones inmunodeficientes, el efecto de la inhibición fue menos acusado lo que, según los científicos, pone de manifiesto que miR25 y miR93 promueven el crecimiento del tumor a través de un freno en el sistema inmunológico.
En el trabajo, los científicos señalan que su análisis puede tener potenciales implicaciones para desarrollar inmunoterapias contra el cáncer, si bien reconocen que sus datos aún son preliminares.
Fuente: elmundo.es