Un estudio proyecta qué países de AL perderán y ganarán más población en el futuro … y sus consecuencias
¿Cómo será América Latina y el Caribe en el futuro?
Un nuevo y amplio estudio de más de veinte expertos del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington proporciona posibles escenarios sobre el mundo que nos espera.
El planeta experimentará una notable reducción de la población para 2100, un cambio que pondrá a la sociedad ante importantes desafíos, señalan los investigadores.
Y América Latina y el Caribe no será diferente.
En la región habrá «cambios de población de manera importante», subraya en diálogo con BBC Mundo el profesor Rafael Lozano, director de Sistemas de Salud en el IHME y uno de los autores del estudio, publicado en la revista especializada The Lancet.
«Brasil dejará de crecer en 2043 y México en 2062. Y a partir de eso viene un declive. Eso es fundamental en términos económicos y si no lo anticipamos para países tan grandes, particularmente México, que es expulsor de mano de obra a los Estados Unidos, sí va a generar consecuencias que pueden traer pobreza, carencias, el sistema de salud se puede presionar más, etc.».
El análisis de los expertos del IHME sitúa la población global total para finales de siglo en 8.800 millones de personas, 2.000 millones menos que los pronósticos de la ONU; si bien no tiene en cuenta el impacto del coronavirus, que «alterará las tendencias», apunta Lozano, y llevará a que tengan que rehacer sus estimaciones en el futuro.
Según sus proyecciones, habrá países como Japón o España que reducirán sus poblaciones a la mitad, mientras que la población en África subsahariana se triplicará en los próximos 80 años.
El nuevo escenario «tendrá consecuencias económicas, sociales, ambientales y geopolíticas», advierten.
En entrevista con BBC Mundo, el profesor Lozano hace un repaso a lo que está por venir en nuestra zona del mundo, de acuerdo al estudio del IHME.
Claves: la fecundidad y la emigración
Latinoamérica y el Caribe tendrán su punto poblacional más alto en 2055, con 715 millones de habitantes, y se reducirá hasta los 575 millones para 2100.
A 80 años vista, «habrá un 20 por ciento menos de población en la región», destaca Lozano.
Como ocurre en otras partes del mundo estudiadas, la clave está en la caída de la tasa de fecundidad, es decir, el número promedio de niños que tiene una mujer en su vida.
No obstante, esa bajada se produce mayoritariamente por una buena noticia: el aumento de niveles educativos de las mujeres y el mayor acceso a anticonceptivos.
Si esa tasa cae por debajo de 2,1, entonces el tamaño de la población comienza a disminuir.
Actualmente, en la región «a día de hoy tenemos siete países que ya están por debajo de la tasa de reemplazo» (en 2,1), subraya Lozano, en referencia a que una pareja pueda tener dos hijos que «reemplacen a la pareja».
«En cinco años, vamos a tener 12 países, con excepción de Perú y Bolivia, que ellos tendrán su cambio de tasa de reemplazo después de 2050. El resto lo tendrá antes».
En la dinámica de la región, además, el papel de la migración es fundamental.
«En términos absolutos -incide Lozano-, los países que más perderán población por migración son Perú, México, El Salvador, República Dominicana, Venezuela. En términos relativos, es decir, en relación con su población, El Salvador va a perder muchísima población porque es una población actualmente menor».
En ese último caso, «emigrará muchísima gente y se reducirá también su fecundidad, porque se da una salida de personas en edad reproductiva».
Pese a que eso puede ser una buena noticia en términos de medio ambiente, por la reducción de las emisiones de carbono o en los recursos, también genera graves consecuencias económicas, sociales y políticas.
A la baja
Aparte de El Salvador, algunos de los casos que destacan en las estimaciones del IHME por su descenso poblacional para finales de siglo son Cuba, Brasil o Puerto Rico.
Para explicar el impacto que puede tener esta caída y el consecuente envejecimiento de la población, Lozano ahonda en el caso de Brasil.
Y expone varias claves: el país «cruzó por debajo de la tasa de reemplazo en 2008» y va a bajar en un 20% la fecundidad en un periodo de 80 años.
¿Qué significa esto?
«La pregunta es quién va a sostener a los jóvenes, a los niños y a los viejos», responde Lozano.
¿Quién pagará impuestos? ¿Quién pagará por sostener un sistema de salud? ¿Podrá la gente jubilarse?
«Los que estamos en edad productiva [entre 15 y 64 años], nuestra solidaridad es financiar o sostener económicamente a los menores de 15 años y a los mayores de 65 o más. Esa relación tiene que ser baja, es decir, mientras la proporción de dependientes es menor con respecto a los que son económicamente activos, la economía se mueve».
Y cuando esa balanza se hunde, la presión en el sistema crece.
En ese sentido, el caso de El Salvador -continúa- «es dramático».
De la población que se queda en el país, «la dependiente va a aumentar dos veces más en relación a la que produce».
En el caso de Nicaragua, Colombia o Cuba, un país expulsor y que por su nivel de escolaridad y control de la natalidad se sitúa a los bajos niveles de fecundidad de Europa, es similar, apunta el profesor.
«Cuba es una sociedad que tiene todos los elementos para que, si no cambia su política, va a entrar en problemas de orden económico, y eso no tiene que ver con el bloqueo», el embargo económico de Estados Unidos sobre la isla.
En el caso de Puerto Rico, la complejidad de su situación como territorio asociado de Estados Unidos le seguirá pesando en términos de migración: «No va a recibir inmigración, va a bajar muchísimo».
Al alza
Entre los países de la región que experimentarán subidas, Lozano comenta los casos de Perú, Bolivia y Panamá.
Bolivia es un país que está en una fase de crecimiento poblacional y cuenta con la tasa de fecundidad más alta de la región, en 3,24.
El país, añade Lozano, no es «exactamente expulsor» y su tasa de reemplazo «cambiará hasta 2060».
«El caso de Perú -ahonda- es muy interesante, porque Perú, en términos de población de 65 años o más, no va a dejar de crecer, va a seguir creciendo hasta el año 2100. En cambio, la población menor a 15 años sí va a empezar a disminuir en más o menos 8 años».
Según sus estimaciones, la población productiva peruana seguirá creciendo unos 50 años. En el caso de Perú, la baja mortalidad infantil y el hecho de que su fecundidad baje de forma más lenta jugará a su favor.
Panamá es uno de los países más destacados por el estudio a nivel global, pues es uno de los muy pocos territorios del mundo que seguirán creciendo consistentemente hasta el año 2100.
«Es el único de la región», incide Lozano.
Medidas
Algunos países han utilizado la migración para suplir sus caídas en fecundidad, si bien esto dejará de servir como solución si todos los países empiezan a experimentar caídas.
«Pasaremos de un periodo en el que abrir las fronteras es una opción a una competición abierta por migrantes, porque no habrá suficientes», incide a la BBC el autor principal del estudio, Christopher Murray.
En opinión de Lozano, una cuestión urgente que América Latina debería abordar es las implicaciones que tiene «la política de inmigración desordenada como región».
«Yo buscaría una cumbre para discutir esto», considera el experto, y plantea tres puntos clave a discutir: cambios de fecundidad, políticas de población como región e implicaciones de las epidemias.
Quedarse sin hacer nada no es una opción, según Ibrahim Abubakar, profesor de epidemiología de la University College London, que no participó en la investigación.
La migración «puede ser una solución potencial», pero para que sea exitosa, «necesitamos reconsiderar a fondo la política global», urge en un comentario sobre el estudio publicado también en The Lancet.
«Un mayor multilateralismo y un nuevo liderazgo global debería propiciar que los países receptores y exportadores de migrantes se beneficien, al mismo tiempo que se protegen los derechos de los individuos», señala.
«Los países necesitarán cooperar a niveles que no hemos logrado hasta la fecha para apoyar estratégicamente y financiar el desarrollo del exceso de capital humano cualificado en países fuente de migrantes».
Los riesgos
En su análisis, el equipo de investigadores también alerta de un riesgo: la posibilidad de que ante los cambios poblacionales algunos gobiernos apuesten por políticas que minen los derechos reproductivos.
«La baja fecundidad (…) puede convertirse en un gran desafío para progresar en los derechos y las libertades de la mujer», recoge el estudio del IHME.
Al respecto, el profesor Lozano, no obstante, se muestra optimista: «Los avances logrados en términos de la lucha por la causa de las mujeres en el mundo y particularmente en Latinoamérica van a ser muy difíciles que se pierdan».
La investigación, por otro lado, también ha sido recibida con reservas por parte de algunos sectores.
Los profesores de demografía y ciencia de datos Brienna Perelli-Harris y Jason Hilton, no involucrados en la investigación, pidieron cautela en un artículo en The Conversation ante la complejidad de predecir un escenario de manera exacta durante un tiempo tan extendido.
A ese respecto, Murray, el investigador que lideró el estudio, subraya la conclusión con la que cerraron su informe.
El análisis mostró -cita el experto- «que para ningún país o territorio su futuro demográfico está grabado en piedra».
Fuente: BBC