Un estudio demuestra que los inmigrantes no aumentan la criminalidad
Un grupo de criminólogos recopila estadísticas de un período de cuatro décadas y determina que no se puede establecer una conexión directa entre delincuencia e inmigración.
En un momento en el que la inmigración centra el debate político en Estados Unidos tras la llegada a la Casa Blanca del presidente Donald Trump, un grupo de investigadores de varias universidades (Buffalo, Alabama y Atlanta, entre otras) ha publicado un estudio que sugiere que la entrada de extranjeros en un país no está relacionada de ningún modo con un aumento de la criminalidad.
Para llegar a esta conclusión, los autores recabaron información estadística de 200 áreas metropolitanas aleatorias de Estados Unidos. Los investigadores diferenciaron adecuadamente entre poblaciones grandes (más de un millón de habitantes) y pequeñas (de 75 mil a un millón) y se analizaron los datos de un período de 40 años, entre 1970 y 2010, teniendo en cuenta las características particulares de cada localización.
Comparando estas estadísticas con datos económicos y de delincuencia, los autores llegaron a la conclusión final del estudio: la ausencia de conexión entre inmigración y criminalidad. Los investigadores destacan que en las ciudades en las que había aumentado la población extranjera se había reducido considerablemente la incidencia de delitos de asesinato, robo con violencia, allanamiento y hurto.
Según se desprende de estos datos, el supuesto aumento en el número de delitos cometidos en Estados Unidos no estaría vinculado al fenómeno migratorio. Es más, según la investigación, la inmigración podría incluso reducir la delincuencia. Esta información vendría a corroborar la tesis, expuesta en otros estudios, de que las ciudades estadounidenses grandes con una significativa población extranjera gozan de un menor índice de criminalidad.
¿Por qué una mayor población de inmigrantes podría reducir la criminalidad?
Tras la publicación de estudios como el expuesto anteriormente, que defienden la idea de que la inmigración podría reducir la delincuencia, varios criminólogos estadounidenses han tratado de explicar este fenómeno.
La tesis más común defiende que el aumento de la población extranjera revitaliza los barrios de las ciudades, ya que crean comunidades más diversas. Además, la inmigración podría dinamizar la economía local al incluir nuevos perfiles de trabajadores en la zona.
Fuente: tecnoxplora.com