Silicon Valley apuesta por un Trump inspirado en Musk que desate un ‘boom’ de startups
La industria tecnológica prevé un repunte gracias a la elección esta semana de Donald Trump como futuro presidente estadounidense
Algunos inversores de capital riesgo esperan que el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reduzca la regulación y que, a su vez, eso facilite el desarrollo de nuevas tecnologías y la actividad empresarial en Silicon Valley. Muchas de estas esperanzas están puestas en la implicación de Elon Musk en la nueva Administración.
«Lo más emocionante de todo será poner a Elon a cargo de la eficiencia del Gobierno», ha asegurado Ben Narasin, fundador y socio general de Tenacity Venture Capital, a Business Insider, haciendo referencia al resultado de las elecciones estadounidenses. «Va a pasar una motosierra por la mantequilla calcificada y va a ser impresionante atacar la hinchazón y la extralimitación que hemos tenido en el Gobierno».
Tal como han publicado varios medios de comunicación, Trump estaría considerando la posibilidad de implicar a Musk en las funciones en la Casa Blanca, incluidas las que auditarían diversos programas y organizaciones federales.
Por su parte, el consejero delegado de Tesla ha propuesto la creación de un Departamento de Eficiencia Gubernamental»(cuyas siglas en inglés serían DOGE, un claro guiño a la criptomoneda Dogecoin), que supuestamente se encargaría de las regulaciones que han frenado las fusiones y adquisiciones —M&A, por sus siglas en inglés— en el sector tecnológico en los últimos años.
Aunque a buena parte de Silicon Valley no le gusta Trump, muchos fondos de capital riesgo y fundadores de startups estaban ansiosos por tener más libertad para desarrollar nuevas tecnologías más arriesgadas sin el lastre de la regulación. En resumen, el sector tecnológico está entusiasmado.
«La de Trump y Vance es la primera presidencia descaradamente favorable a la tecnología en la historia de nuestro país», ha afirmado Augustus Doricko, CEO y fundador de la startup Rainmaker. Doricko espera una avalancha de innovación tecnológica durante la Administración Trump.
Este medio de comunicación se ha puesto en contacto con más de una docena de inversores de capital riesgo y directivos de Silicon Valley tras las elecciones de EEUU y muchos de ellos se han hecho eco de este sentimiento, incluidos aquellos que apoyaron a Kamala Harris.
«Con un gran impulso para eliminar la burocracia innecesaria y el exceso de regulación en áreas clave, realmente podríamos tener un siglo de construcción loca, innovación y aceleración», publicaba este miércoles en la red social X el CEO de Box, una compañía de computación en la nube, y partidario de Harris, Aaron Levie. «Emocionado por los esfuerzos de Elon aquí».
Mark Pincus, uno de los primeros inversores de Facebook y fundador de Zynga, le respondía en la plataforma anteriormente conocida como Twitter: «¡Aceleracionismo efectivo! E-acc», refiriéndose así al reciente movimiento de Silicon Valley que estaría intentando que los avances tecnológicos en materia de inteligencia artificial se desarrollen lo más rápido posible, sin ningún tipo de barrera.
La regulación ha frenado a Silicon Valley en los últimos años
Durante la presidencia de Biden, las empresas de capital riesgo se han quejado de lo difícil que ha sido cerrar acuerdos. La Administración saliente se dedicó a hacer cumplir la legislación antimonopolio y suspendió muchas compraventas de empresas tecnológicas que consideraba contrarias a la competencia. Esto resulta especialmente irritante para los fondos de capital riesgo, puesto que dependen de la venta de startups para llegar a percibir buena parte de su rentabilidad.
Los límites a las fusiones y adquisiciones tecnológicas han «provocado una drástica caída de la tasa de retorno de los ingresos distribuidos por el capital riesgo, haciendo casi imposible la formación de nuevo capital», ha señalado Louis Lehot, uno de los principales abogados especializados en tecnología del bufete Foley & Lardner. Silicon Valley estaría buscando una relajación de la postura del Gobierno «para permitir las salidas y la captación de capital nuevo, que es el ciclo de la innovación».
Por ejemplo, la presión reguladora ha frenado las operaciones de Google, que este año ha renunciado a dos posibles compras, entre ellas la de la compañía de ciberseguridad Wiz, que habría sido una de las mayores adquisiciones del gigante tecnológico.
A principios de año, Estados Unidos también abrió sendas investigaciones antimonopolio contra Microsoft y Nvidia por su dominio en el boyante sector de la inteligencia artificial. La Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) está investigando la compra de Inflection AI por parte de la firma de Redmond y el Departamento de Justicia (DOJ) está estudiando la adquisición de la startup israelí Run:ai por parte del famoso fabricante de chips.
Mientras algunos legisladores defienden que permitir que unas pocas empresas influyan en la mayor parte de la investigación, el desarrollo y la monetización de la inteligencia artificial supone un riesgo económico, muchos fondos de capital riesgo han puesto el grito en el cielo y han acusado a la comisaria de la FTC, Lina Khan (que ha interpuesto varias denuncias para bloquear distintas operaciones), de tener una tendencia contraria a las empresas y han expresado que esto también se ha traducido en el cierre de menos acuerdos con startups.
Los inversores también han criticado lo que denominan normas poco claras para las criptomonedas en virtud de la normativa de Biden. Muchas compañías de capital riesgo y fundadores del sector hicieron donaciones a la campaña de Donald Trump y a las de otros candidatos republicanos, quienes consideraban que eran más favorables a las tecnologías y mercados de criptomonedas.
El capital riesgo ahora tiene la esperanza de que Trump pueda revertir algunas políticas antimonopolio y con relación a las criptomonedas a las que una supuesta Administración Harris podría haber dado continuidad, aunque nada es seguro con respecto al enfoque del nuevo Ejecutivo.
El compañero de papeleta de Trump y antiguo inversor de capital riesgo, JD Vance, ha declarado públicamente que Khan está «haciendo un trabajo bastante bueno», refiriéndose a su aplicación antimonopolio para las grandes tecnológicas. Al final del primer mandato del republicano, los reguladores bajo su mando también lanzaron investigaciones antimonopolio sobre las Big Tech, incluida Amazon, y presentaron demandas antimonopolio contra Google y Meta.
«A un alto nivel, esperamos que Trump reduzca los impuestos corporativos y las regulaciones, ayudando a las compraventas de startups y a la inversión», ha indicado Mason Angel, socio general de Industrious Ventures. «Podríamos ver nuevos esfuerzos de compra por parte de las grandes tecnológicas con un nuevo director de la FTC».
La influencia de Musk también podría ayudar a reducir la participación del Gobierno en los acuerdos tecnológicos, según han explicado estos inversores de capital riesgo a Business Insider.
«Elon es una fuerza positiva que ha tenido que dirigir múltiples empresas que están fuertemente reguladas, por lo que tiene una visión realista; como lo ha vivido, puede ser influyente», ha argumentado Narasin, haciendo referencia a la trayectoria del empresario en la creación de Tesla, SpaceX y xAI. «Está a favor de las startups, de las organizaciones y de todo lo que ayude a la población estadounidense. Una economía buena y saludable es buena para todos».
Los fondos de capital riesgo prevén un auge de la innovación
EEUU es un país de emprendedores y eso es especialmente cierto en Silicon Valley. Algunos inversores y fundadores de startups sostienen que tener a un magnate como Musk influyendo en la Administración Trump y potencialmente borrando regulaciones traerá prosperidad a la industria.
De hecho, el mercado bursátil respondió con exuberancia a la decisiva victoria de Trump del pasado martes, algo que, a la larga, podría ser una bendición para las firmas de capital riesgo que buscan inversiones. Los grandes inversores, como los fondos de pensiones, se han mostrado más reticentes últimamente debido a los altos tipos de interés y a las escasas opciones de salida para las startups. Sin embargo, su regreso al capital riesgo significaría, a su vez, que más fundadores están construyendo y obteniendo financiación.
«Me gustaría que el presidente tuviese el poder de eliminar unilateralmente, o al menos de racionalizar, las regulaciones en torno a grandes proyectos o áreas económicas que hagan posible construir cosas nuevas», aseguraba el especialista tecnológico, Ben Thompson, tras las elecciones. «Tiene que haber una forma de acabar con toda la burocracia que se ha acumulado».
«Creo que los próximos cuatro años estarán impregnados de megaproyectos aspiracionales e iniciativas visionarias sin precedentes», ha afirmado Doricko, de Rainmaker. «Nuevas ciudades. Exploración lunar y marciana. Electricidad gratuita. Control del clima».
Angel, cuyo fondo de capital riesgo invierte en los sectores espacial, industrial y de defensa, también ha apuntado que esas industrias experimentarán un fuerte crecimiento.
«Trump creó la Fuerza Espacial en 2019 y su estrecha relación con Musk traerá una renovada atención e inversión gubernamental a ese campo», ha señalado el socio general de Industrious Ventures. «Lo mismo ocurre con las bases industriales y de defensa de Estados Unidos».
En un momento en el que varios sectores de la industria tecnológica fluctúan, los fondos de capital riesgo se muestran optimistas ante la idea de contar con uno de los suyos para llevar la voz cantante a nivel federal.
«Elon va a ser un monstruo enormemente positivo, que va a conseguir un Gobierno limpio, adelgazado y favorable a las empresas, y habrá prosperidad para todos», ha adelantado Narasin, fundador de Tenacity Venture Capital.
Fuente: businessinsider.es