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Se necesitan más niñas en la ciencia y las tecnologías: ONU Mujeres

En una economía mundial, cada vez más digitalizada, la brecha digital entre los géneros tiene una grave repercusión sobre los derechos de las niñas y las mujeres. A la fecha, las mujeres y las niñas siguen estando insuficientemente representadas en las disciplinas STEM (acrónimo en inglés de «science», «technology», «engineering» y «mathematics» que sirve para designar las disciplinas académicas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

En un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) se revela que las mujeres, principalmente de los países de bajos ingresos, se están quedando atrás, con alrededor del 90 por ciento de las adolescentes y jóvenes desconectadas de Internet, debido a que 9 de cada 10 niñas, adolescentes y adultas jóvenes no tienen acceso a la red. En América Latina, el 40 por ciento de las mujeres no están conectadas o no pueden pagar el acceso a Internet.

Para reducir esta brecha deben ocurrir al menos tres cosas: 1) facilitar el acceso igualitario a las tecnologías digitales y a Internet para las niñas y las mujeres; 2) alentar e invertir en ellas con miras a desarrollar sus habilidades en las TIC; 3) y permitir que las mujeres y las niñas asuman roles de liderazgo en la tecnología.

En un esfuerzo por incentivar a las niñas de todo el mundo a utilizar la innovación y la tecnología para resolver problemas, unir comunidades y promover la igualdad, ONU Mujeres entrevistó a tres niñas que están cambiando su realidad a partir de las TICs.

Kathy Gitau

Con 22 años, Kathy fue testiga de la violencia en su hogar y de las limitaciones profesionales al escuchar reiteradamente que “solo ciertos trabajos y roles eran adecuados para las mujeres”.

Después de conocer el problema mundial y creciente de la intimidación cibernética y la violencia contra las mujeres basada en la tecnología, decidió convertir a su universidad en un espacio seguro.

“La violencia basada en la tecnología es la violencia y la discriminación propagadas a través de la tecnología, como la intimidación cibernética y los ciberataques. La gente puede esconderse detrás de seudónimos y cuentas falsificadas”.

Kathy y su universidad crearon grupos de apoyo para quienes hayan sufrido abuso en línea, los cuales han trascendido a las escuelas secundarias de toda Kenya occidental.

Julieta Martínez

Con 17 años, ‘July’ conectó con niñas de todo Chile y el mundo para aprender de sus experiencias, lo que más le sorprendió fue el sentimiento de inseguridad es espacios publicos, entonces creó la plataforma Tremendas para crear espacios y oportunidades para que las niñas y las mujeres jóvenes se interrelacionaran y combinaran sus talentos y conocimientos a fin de apoyar causas sociales.

Julieta y las niñas chilenas con las que colabora reconocen que las y los jóvenes deben convertirse en la fuerza motriz de las soluciones a los problemas mundiales.

“Así como somos parte del problema, también somos parte de la solución, y estamos seguras y seguros de que el momento de actuar ha llegado. No podemos seguir desperdiciando el tiempo, porque si el futuro es verdaderamente nuestro, entonces las decisiones son nuestras”, señaló.

Mariam Lomtadze

A los 17 años, Mariam participo participó en un hackathon auspiciado por ONU Mujeres para visualizar datos de género. Ella y su equipo se centraron en los matrimonios precoces y forzados, porque son la realidad de tantas niñas en su país, Georgia.

El equipo de Mariam creó una aplicación para mostrar el modo en que el matrimonio precoz crea obstáculos a las perspectivas profesionales de las niñas. En la aplicación, las usuarias hacían de heroínas de cuentos de hadas y respondían preguntas hipotéticas para representar su futuro, que en muchos casos no tenía un final feliz.

A través del juego, las usuarias podían ver distintos escenarios de las vidas de las niñas, y el modo en que serían mejores si no existiera el matrimonio precoz y forzado.

“En la medida en que más personas estén expuestas a problemas de igualdad de género y hablen más sobre el matrimonio precoz y forzado, será más fácil encontrar soluciones. Aunque también es importante mostrarles a las niñas afectadas (que se casaron temprano o que enfrentan esa amenaza que no están solas”.

El caso de México

En nuestro país la distribución desproporcionada en las labores de cuidado, que en su mayoría desempeñan mujeres y niñas, obstaculiza sus posibilidades de participar en el mercado laboral del mañana, que cada vez es más digital y está más vinculado a la tecnología.

En se constata con los datos de Unicef, respecto a que en México el 63 por ciento de las mujeres que no usan Internet dicen que la principal razón es porque no tienen los conocimientos para hacerlo. Esto es grave ya que no saber usar las TICs se ha convertido en una nueva forma de exclusión social equivalente a lo que hace 30 años era no saber leer y escribir.

En el ciclo escolar 2021-2022, solo 23.67 por ciento de las personas inscritas en licenciaturas del área de Tecnologías de la Información y Comunicación, fueron mujeres.

Para los organismos internacionales parael desarrollo, es absolutamente necesario abogar por una educación digital, científica y tecnológica que erradique las desigualdades de género y que promueva la participación, el empleo y el liderazgo de las mujeres en la tecnología y en la innovación.

Fuente: cimacnoticias.com.mx