Dietas saludables, cada vez más lejos de la población de menor ingreso: investigadores
La inflación y un cambio en los costos de producción amplió la brecha entre el consumo de alimentos nutritivos y los menos nutritivos, concluyeron investigadores en nutrición de la UNAM y del Instituto Nacional de Salud Pública en una presentación académica conjunta.
Mishel Unnar Munguía, jefa del Departamento de Nutrición Materna del Instituto Nacional en Salud Pública destacó que en México los alimentos con mayor valor nutrimental han aumentado más su precio y se han vuelto menos asequibles, mientras que aquellos con menor valor nutrimental se mantuvieron estables. “La brecha entre los más nutritivos y los menos nutritivos se ha agrandado”.
Citó un estudio realizado en México sobre el modelo de dietas saludables y sostenibles en el que se simularon una serie de dietas y se asociaron con un precio del mercado para estimar el costo. Se observó que el de las saludables y sostenibles, similar al que propone el parámetro EAT-Lancet, fue 21 por ciento menor en comparación con la prevista en las Guías Alimentarias Mexicanas publicadas en 2015.
EAT-Lancet es el primer estudio científico completo acerca de lo que constituye una dieta sana procedente de un sistema alimentario sostenible.
Unar Munguía advirtió que uno de los desafíos para transitar hacia dietas saludables y sostenibles en el mundo es el costo, aunque su asequibilidad depende en gran medida del contexto y del país. En México existe evidencia de que son más baratas.
En México se vive una transición nutricional que implica el paso de la dieta tradicional hacia el consumo de productos procesados y ultraprocesados, consideraron especialistas en la sesión mensual del Seminario Permanente de Agricultura, Alimentación y Sostenibilidad, organizado por el Programa Universitario de Alimentación Sostenible (PUAS), de la UNAM.
La profesora en nutrición Ana Gabriela Ortega Ávila, y el investigador Quetzalcóatl Orozco Ramírez, ambos de la UNAM, explicaron que en la actualidad el país cruza por una transición nutricional, parte de ello involucra los cambios de dietas tradicionales altas en leguminosas, maíz, frutas y verduras hacia dietas más industrializada, globalizadas, occidentales, que se caracterizan por tener productos altos en azúcares refinada, grasas saturadas, productos de origen animal.
Concluyeron que 50 por ciento de la población mexicana tiene dietas que no necesariamente son saludables. “Los patrones de dieta que vemos en la actualidad son occidental, moderno, alto en azúcares y grasas, comida rápida, industrializados: refrescos, carnes procesadas, alimentos altos en sodio, fritos, alcohol, pastelillos, etcétera”.
Fuente: pulsoslp.com.mx