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Rusia se niega a aclarar algunos datos sobre las pruebas de seguridad de su vacuna contra la covid-19

El mes pasado Rusia anunció oficialmente el descubrimiento de una vacuna efectiva contra el coronavirus causante de la covid-19. La vacuna, bautizada como Sputnik-V ya ha entrado en producción, pero un grupo de científicos no las tiene todas consigo y ha pedido explicaciones sobre algunos puntos oscuros.

En una carta abierta dirigida a los científicos responsables del Instituto de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya (los creadores de la vacuna), un grupo de 26 expertos en medicina, microbiología y epidemiología de diferentes países ha solicitado la aclaración de algunos puntos extraños en la investigación que ha terminado con el desarrollo de la vacuna. Los científicos rusos responsables de Sputnik V han publicado los resultados de su investigación para la correspondiente revisión por parte de la comunidad científica.

Esa revisión se ha saldado con el hallazgo de algunos datos repetidos que no concuerdan y que podrína ser fruto de algún error. La carta expresa precisamente la preocupación por posibles errores. Asimismo critica la falta de datos precisos sobre los ensayos clinicos a los que se ha sometido la vacuna antes de su aprobación. El estudio publicado en The Lancet cita que la vacuna es segura y se tolera bien “tras haber sido probada en unas pocas docenas de voluntarios”.

Una portavoz de la revista en la que se ha publicado el estudio explicó que son conscientes de la carta y que la han remitido a los creadores de la vacuna para su debate. Lamentablemente, los creadores de la vacuna no parecen estar muy por la labor de discutir los detalles de su creación. En un comunicado hecho público por la agencia de noticias rusa RIA Novosti, el Director adjunto de desarrollo del Instituto Gamaleya ha rechazado categóricamente las acusaciones sobre errores y discrepancias en los datos estadísticos del estudio. Según declaraciones del asistente del Ministro ruso de Salud, Alexey Kuznetsov, los creadores de la vacuna han remitido respuestas detalladas al editor de The Lancet. Aparentemente, y a juzgar por lo publicado en esta revista científica, entre esas respuestas detalladas no están las que buscan los firmantes de la carta.

En medio de este cruce de acusaciones, la Sputnik V ha pasado a la fase tres de los ensayos clínicos, lo que significa que será administrada a 40.000 personas en Rusia. Se supone que el remedio a la pandemia estará disponible al público general en algún momento de 2021.

La vacuna rusa contra el coronavirus no usa ninguna tecnología misteriosa. Sencillamente es una vacuna de vector de adenovirus que se aprovecha de investigaciones preexistentes sobre vectores adenovirales, que son esencialmente otros virus diseñados mediante bioingeniería para actuar como vehículos para la cura. Vacunas similares están en desarrollo en otros países también. El problema es que la historia ha demostrado que, aunque más rápidas de desarrollar y de producir, no son muy efectivas. Desgraciadamente, dar con una nueva vacuna es un proceso largo y ardúo que a menudo termina en callejones sin salida y pruebas infructuosas. Recientemente, La Universidad de Oxford ha tenido que suspender los ensayos clínicos de su vacuna contra la covid-19 precisamente porque uno de los voluntarios ha experimentado efectos adversos. Esperemos que en Rusia tengan más suerte ya que parece que se están encomendando a ella. [Cattivi Scienziati vía Science Alert]

Fuente: es.gizmodo.com