Reconocida científica asegura que «ya no existe opción de vivir en un planeta limpio»
Hope Jahren ha sido reconocida por diversas organizaciones como una de las personas más influyentes en el mundo, incluso es la única mujer a la que se le ha otorgado la Medalla para Jóvenes Investigadores en Ciencias de la Tierra, y la revista Time la ha incluido en su lista de las 100 personas más influyentes. Ahora, la científica lamenta que el planeta no puede volver a ser «limpio y virgen» como lo fue en el pasado.
Esta científica originaria del medio oeste rural de Estados Unidos, y que actualmente reside en Oslo, Noruega, sostiene que el verdadero reto «es vivir dentro de las contradicciones, porque ya no existe la opción de vivir en un planeta limpio y virgen, lo que no significa, sin embargo, que tengamos que seguir talando todos los árboles que hay en el camino».
«Yo soy una chica de laboratorio, era allí adónde iba cuando salía de la escuela y allí empecé a tomar gusto por las plantas, los árboles», comenta. Tras residir en varios países y finalmente recalar en Oslo, donde actualmente dirige su propio laboratorio dentro del Instituto de Biología de la Universidad de la capital noruega, deja claro que su rol en la vida «no es decirle a la gente lo que debe pensar y hacer», sino compartir lo que sabe y confiar en que esas personas tomen sus propias decisiones.
Jahren detalla que le produce «una gran incomodidad que quienes hablan del cambio climático sean a menudo personas que tienen mucho que ver con esta problemática, con la huella del carbono en la tierra. Yo no quiero implicarme en ese tipo de discurso», señala.
Según la investigadora, si todos «estamos de acuerdo en que no hay nadie que le pueda decir a una mujer el número de hijos que debe tener, también debemos aceptar que el mundo que ahora tiene 7 mil millones de habitantes dentro de veinte años tenga unos 9 mil».
«Si todos estamos de acuerdo en que tenemos derecho a tener electricidad para poder leer cuando llega la noche y así aprender, y luego un servicio sanitario correcto, una buena alimentación o una buena vivienda, lo que vemos también es que necesitamos muchísima energía para ello y yo realmente no sé cómo se puede cambiar la dirección que llevamos», agrega.
Consultada sobre la esperanza en el futuro, Jahren no duda en indicar que en las sociedades occidentales muchos tienen hoy muy buenas vidas; «somos las personas que más suerte hemos tenido en el mundo si miramos todas las generaciones que nos han precedido. Pero como todas las generaciones estamos condenados a la lucha y en nuestro caso tiene que ver con el cambio climático. Por eso, deberíamos tomarlo seriamente y no reducirlo a centrarnos en si es bueno o malo, porque quizá no vayamos a sobrevivir», indica.
«Mi destino no es decirle a nadie si el cambio climático es bueno, malo o terrible, sino que les debo mostrar lo que he aprendido y luego confiar en que la gente tomará decisiones diferentes con respecto a talar árboles, porque habrán entendido realmente lo que es un árbol», finaliza la científica.
Fuente: EFE