Quince días menos de nieve en las montañas que en 1992 a nivel global
Entre 1982 y 2020, el período de cobertura de nieve en las zonas montañosas de todo el mundo disminuyó en un promedio de unos 15 días, revela un nuevo estudio de Eurac Research.
Los Alpes están en línea con el promedio donde la reducción de la capa de nieve se sitúa entre 10 y 20 días. El estudio, publicado en Scientific Reports, fortalece los resultados de investigaciones anteriores al extender el período de observación y también ha ayudado a hacer que un modelo de la NASA sea más preciso.
Hace dos años, un estudio inicial de la capa de nieve global reveló que en el 78 % de las zonas montañosas, las nevadas habían disminuido en los últimos 20 años. Para reforzar estas observaciones, Eurac Research ha ampliado ahora el inicio de la recopilación de datos hasta 1982, cubriendo así un período de 38 años hasta 2020.
“Desafortunadamente, no hay negaciones de estas tendencias, solo confirmaciones”, explica en un comunicado Claudia Notarnicola, física, subdirectors del Instituto de Observación de la Tierra de Eurac Research y autora del estudio. “Con algunas excepciones, los datos sobre la extensión y la duración de la capa de nieve están disminuyendo claramente”.
Específicamente, hay un promedio de 15 días menos que la nieve permanece en el suelo, con picos de 20 o incluso 30 días menos en las provincias occidentales de Canadá. La cobertura ha disminuido en un total de 4%, lo que cuando se multiplica por la extensión de las áreas afectadas por tendencias negativas presenta un conjunto de datos alarmante.
Las pocas cifras contratendencia existentes son poco alentadoras. Por ejemplo, a principios de la década de 1980, la erupción del volcán El Chichón en México provocó un ligero enfriamiento que contrarrestó la disminución de las nevadas, pero este fenómeno no ha durado mucho.
“En general, a lo largo de estos 38 años de análisis también hay algunos casos de incrementos tanto de cobertura como de días de nieve Específicamente en partes de Asia Central y algunos valles de Estados Unidos”, continúa Notarnicola. “No hay explicaciones consensuadas para estos fenómenos, pero podrían ser otros efectos del cambio climático, por ejemplo, variaciones en las corrientes y vientos o condiciones microclimáticas específicas. En cualquier caso, estas son algunas excepciones en un contexto global muy negativo”.
El estudio en sí adoptó un enfoque híbrido al combinar series temporales de datos satelitales MODIS desde 2000 hasta 2020 con una resolución de 500 metros y modelos matemáticos. “Elegí un modelo global de la NASA altamente certificado como base y luego lo perfeccioné. De hecho, durante el período en que los datos del modelo y las imágenes satelitales más precisas se superpusieron, pude calibrar mejor el modelo gracias a los llamados ‘redes neuronales artificiales’, un sistema computacional que cae bajo la égida de la inteligencia artificial”, explica Notarnicola.
Fuente: europapress.es