Quiénes son “los vagos” de Silicon Valley, ingenieros millonarios que cobran sueldos exorbitantes y apenas trabajan
Cuentan que Elon Musk, el visionario fundador de Tesla, tenía en su despacho un saco de dormir para no perder tiempo en su frenético ritmo de trabajo.
Probablemente esta no sea ya la situación de Musk, pero la imagen da una idea de la cultura de adicción al trabajo que se asocia al entramado de gigantes tecnológicos que es Silicon Valley.
Pero, ¿es así para todos?
La verdad es que algunos de los ingenieros y programadores del paraíso de la tecnología trabajan menos horas que tú pese a tener sueldos anuales de siete dígitos.
¿Cómo lo hacen?
Descansar y recoger los frutos
El concepto de los “vagos” de las empresas tecnológicas se dio a conocer casi como una broma gracias a la comedia de HBO Silicon Valley.
En ella, el personaje Nelson “Big Head” Bighetti, interpretado por Josh Brener, es promocionado en su empresa, la ficticia Hooli, que se dice está inspirada en Google.
Bighetti no es asignado a ningún proyecto y se une a un grupo de trabajadores que pasan los días en la azotea de la empresa, charlando, haciendo bromas, bebiendo o jugando.
El fenómeno se bautizó como “rest and vest”, que se puede traducir como descansar y recoger dividendos, en referencia a los beneficios que los altos ingenieros obtienen de las acciones que les brindan sus compañías.
Y como no podía ser de otra manera tratándose de Silicon Valley, en redes se popularizó la etiqueta #restandvest.
En qué consiste
Los empleados que aprovechan estos ciclos de descanso y dividendos suelen ser ingenieros sénior que rebajan su carga de trabajo sin renunciar a un salario completo más paquetes de acciones.
Tienen que estar físicamente presentes y se los espera en la oficina, aunque sin necesidad de llegar a una hora fija.
Se pueden dedicar a asistir a conferencias de tecnología, trabajar en proyectos menores, hacer contactos o planificar el siguiente paso de su carrera.
También pueden disfrutar de las conocidas diversiones que suelen ofrecer las empresas tecnológicas, como videojuegos, videoconsolas, deportes, o incluso un spa, como es el caso de Microsoft.
¿Realidad o leyenda?
Estos ingenieros están claramente en el extremo opuesto de la realidad que vive la mayoría de los trabajadores de Silicon Valley, una realidad compuesta por largas jornadas de trabajo y la presión de cumplir los plazos acordados.
Y para Jan English-Lueck, profesora de antropología y autora del libro Cultures@Silicon Valley, la existencia de los ingenieros que funcionan en piloto automático no es algo tan extendido.
“He estudiado los lugares de trabajo de Silicon Valley por mucho tiempo y la verdad es que nunca lo he visto como simple vagancia”, le dice English-Lueck a BBC Mundo.
“Los casos que he visto no son tanto una broma, sino trabajadores que están quemados y deben ser protegidos durante su recuperación.
“No creo que se trate de personas que pasan el tiempo jugando hasta recoger dividendos. Estamos hablando de un talento en el que la empresa ha invertido mucho dinero y recursos, también para su formación.
“¿Quieres dejar marchar a esa persona simplemente porque la has exprimido o prefieres darle tiempo para que se recupere?”, plantea la profesora.
Distintos motivos
¿Cómo pasa un ingeniero acostumbrado a trabajar noches y fines de semana de esa actividad a dedicar menos de cuatro horas diarias a su profesión?
Los casos son variados:
Los quemados: son aquellos que quedan agotados tras un período de mucho trabajo y mucho estrés hasta el punto de sentirse enfermos. Para evitar que estos empleados, a veces considerados imprescindibles, se vayan a la competencia, la empresa les ofrece la posibilidad de descansar sin desvincularse. Y no sólo es una medida de defensa, también puede ser una suerte de premio o reconocimiento.
Los ingenieros 10x: se los conoce así porque son trabajadores excepcionales que hacen en una hora lo que otros hacen en 10. Son personas extremadamente brillantes que quizá no trabajen muchas horas pero cuando las necesitas te arreglan un gran fallo o saben cómo reactivar el sistema si se cae.
Los “institucionales”: son aquellos que, con una larga experiencia, saben cómo hacer la cantidad correcta de trabajo para tener una revisión anual positiva y recibir además un paquete de acciones como bono extra.
Los peligros del piloto automático
Antes de que todos tomen nota para seguir estos ejemplos, hay que tener en cuenta que la opción de restandvest tiene sus riesgos.
Puede suponer el fin de una carrera en una industria que sigue venerando a los adictos al trabajo con un CV lleno de éxitos en startups y aplicaciones.
Además, English-Lueck insiste en que sólo una minoría puede permitirse esta “pereza”.
“El costo de la vida en Silicon Valley no deja de subir”, sostiene.
“Tenemos la imagen de que los ingenieros cobran grandes fortunas pero la realidad es que la mayoría de ellos no lo hacen. Tienen buenos salarios, sí, pero teniendo en cuenta el precio de la vivienda, apenas son clase media”.
Los ingenieros que han logrado dedicarse a contemplar y recoger sus frutos definitivamente no pertenecen a dicha clase media.
Y mientras descansan, sus fortunas no hacen más que crecer.
Fuente: bbc.com