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Quién fue el mexicano que descubrió un elemento químico pero fue subestimado por error en el extranjero

Esta es la verdadera historia del descubrimiento del vanadio y cómo se originó una disputa internacional

Pocos saben que uno de los elementos químicos tiene origen mexicano. Se trata del vanadio (V), que se encuentra en el lugar 23 de la tabla periódica y que es un metal blando, poco abundante y dúctil. Por supuesto, es un elemento con importancia y utilidad, pues sus usos son diversos, por ejemplo, se ocupa en industrias como la del acero.

De forma oficial, la humanidad supo de la existencia del vanadio en el año 1830, cuando un químico originario de Suecia, llamado Nils Gabriel Sefström, encontró en las minas de Svalbard, actualmente abandonadas, lo que él identificó como un nuevo elemento, y al cual bautizó como vanadio en honor a Vanadis, una diosa escandinava que representa a la belleza.

No obstante, el verdadero descubridor del elemento químico no era de Suecia, tampoco europeo, sino mexicano, y ya se había topado con el vanadio tiempo atrás: no obstante, pese a que él estaba seguro de que se encontraba frente a un gran suceso, sus pretensiones de pasar a la historia fueron truncadas cuando eminencias en la materia desestimaron sus investigaciones por error.

Andrés Manuel del Río, el verdadero descubridor del vanadio y los nombres extraños que le puso

29 años antes de que el suecia se volviera oficial que existía otro elemento químico más en el planeta tierra, Andrés Manuel del Río se encontraba en la mina Purísima del Cardonal ubicada en Zimapán, una localidad que se encuentra en el estado de Hidalgo. Ahí se topó con un extraño mineral donde identificó lo que en su juicio era un elemento químico nunca antes visto.

Entusiasmado, el hombre, que era científico, especialista en minerales y naturalista, recogió el mineral, lo examinó y extrajo la sustancia, misma que nombró de muchas formas. En primer lugar, el nuevo elemento químico fue bautizado como zimapanio, por el lugar donde lo había encontrado; después decidió que le quedaba mejor pancromio, esto por los colores diversos que tenía; y finalmente se decantó por eritronio, pues sus sales se tornaban de color rojo cuando era expuesto al calor de la lumbre.

La forma en la que Andrés Manuel del Río descubrió el vanadio fue analizando los colores que se formaban cuando hacía que el mineral encontrado en Hidalgo reaccionara a distintos ácidos, como el sulfúrico, el nítrico y el clorhídrico.

Europeos dudaron de que el eritronio de Andrés Manuel del Río fuera real y lo rechazaron

Tras estar seguro de su descubrimiento, el científico contactó en 1803 a Alejandro von Humboldt, un colega naturalista de Alemania para que le diera el visto bueno al nuevo elemento químico. Fue entonces cuando el europeo dudó de que en México pudiera existir una sustancia pura como la que proponía Andrés Manuel.

Por esta razón, fragmentos del mineral fueron enviados a Francia para que el químico Hippolyte Victor Collet-Descotils lo analizara y descartara cualquier confusión. Lamentablemente, el francés cometió un error muy grande y concluyó que en las muestras tan sólo existía cromo.

Por supuesto, la noticia no fue muy bien recibida por el mexicano, quien estaba muy seguro de lo que había encontrado; no obstante, terminó por resignarse. Años después, colegas de Del Río intentaron que éste recibiera el crédito que merecía, pero nadie lo logró.

Por ejemplo, en 1831, George William Featherstonhaugh manifestó su deseo de que el vanadio se llamara rionium, en honor al mexicano. En 1847, un historiador llamado Arturo Arnaiz y Freg, y un físico de nombre Manuel Sandoval Vallarta se comunicaron con la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada para que se rebautizara al vanadio como Del Río le había puesto en primer lugar, eritronio. Sobra decir, que ninguno de estos científicos tuvo éxito.

Fuente: infobae.com