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Ministra de ciencia de Colombia defiende su nombramiento y apuesta por los saberes ancestrales

Mabel Torres, ministra de Ciencia, defiende su nombramiento y apuesta por los saberes ancestrales

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación era uno de los acontecimientos más esperados por la comunidad científica colombiana, la cual vería cómo por fin tendrían una representación contundente en el Gobierno. Incluso hay quienes aseguran que este se convertiría en una de las cartas más importantes del mandato del presidente Iván Duque.

Sin embargo, su arranque estuvo muy lejos de lo esperado. Todo por las polémicas en las que se ha visto envuelta la recién nombrada jefa de esta cartera debutante, la bióloga chocoana Mabel Torres, señalada de saltarse los estándares científicos al ofrecer a enfermos de cáncer una bebida a base de ganoderma (un hongo con supuestas cualidades medicinales).

Desde su nombramiento, el 11 de enero, Torres ha pasado más tiempo respondiendo estas y otras acusaciones que ponen en duda su idoneidad para el cargo, algunas relacionadas con su interés por vincular la ciencia con los saberes ancestrales.(Le recomendamos: Colombia ya tiene nueva Ministra de Ciencia)

¿Por qué el presidente Duque la escogió cómo Ministra si usted no estaba en el listado de las diez personas postuladas por la Academia de Ciencias?

Creo que el presidente Duque me escoge como Ministra de Ciencia porque, además de mi experiencia en el área académica y científica, yo he estado en estos últimos 12 años conectando ciencia, tecnología e innovación con temas de desarrollo local, muy enfocado también en el emprendimiento.

También he hecho un trabajo muy importante para que a través de la ciencia, la tecnología y la innovación se pueda reconstruir el tejido social de los territorios.

Entonces, el Presidente de alguna manera consideró que el Ministerio necesitaba un líder en estos aspectos, pero que también fuera un líder social. Esa experiencia e integridad hizo que él se fijara en mí. Yo no me lo esperaba, pero el Ministerio necesita proyectarse desde la articulación de los diferentes sectores.

¿Considera que fue acertado? Teniendo en cuenta que usted no tenía experiencia en política y administración pública

Tuve experiencia en administración pública, pues fui directora del Icbf en el Chocó, y creo que fue una decisión muy acertada en el sentido de que podemos aportar mucha experiencia y también hacer un llamado a esos actores que por alguna circunstancia no han sido muy afines al Ministerio.

Pero, lo más importante es la inspiración. Yo creo que el Ministerio debe ser un ministerio de inspiración y esa fue otra de las cosas que el Presidente pidió. Lo técnico es muy importante y uno no puede dejarlo de lado, pues también es muy importante esta conectividad y esta empatía que se puede generar con el territorio, y eso es algo que yo he hecho durante estos últimos diez o doce años.

La propuesta es que este sea un Ministerio para todo. Si bien es cierto que uno no es bueno en todo, uno tiene la facilidad de aprender y poder articular este conocimiento con la experiencia que ya se tiene. Entonces, como el Presidente lo ha dicho muchas veces, yo no soy política en el sentido estricto de la palabra, pero soy muy política en el sentido de que he hecho que el conocimiento se democratice, que las herramientas de ciencia y tecnología se democraticen, y para hacer una política de ciencia, tecnología e innovación que sea incluyente y diferencial se necesita democratizar eso. En eso es lo que yo tengo muchísima experiencia, y eso también es política.

Sin embargo, es importante ‘despersonalizar’ la ciencia, porque sus aportes van más allá de las personas ¿Usted no considera que, en esa medida, si se escoge a una persona por su rol inspirador, el aporte de alguna manera queda opacado por ese culto a la personalidad?

No, porque creo que lo importante es sentirse parte de, porque cuando te sientes parte empiezas a poder expandir esa onda de conocimiento. Entonces, la inspiración es el punto inicial, es el detonante, pero para eso vamos a necesitar muchas cosas; y tú sabes que muchas personas no se han integrado a temas de ciencia, tecnología e innovación porque sienten que son algo muy lejano a ellos.

Es más, Colombia tiene un reto muy grande porque los niños, las niñas -sobre todo- no entran en este campo porque hay muchos estereotipos, y el Ministerio puede romper eso para que la ciencia sea más accesible y para que la gente lo vea al alcance de sus manos.

En ese sentido, siempre necesitamos un punto de partida para que la gente empiece a hacer esto parte de su cotidianidad, parte de su vida, y ese es el punto donde toca iniciar, pero obviamente después de que tengamos toda esa empatía con todos los sectores, que ha sido muy importante en estas dos semanas. Hemos llamado a la cooperación, hemos llamado al sector privado, a las universidades, de hecho hicimos un evento en la Universidad de Antioquía, y la Universidad del Valle está planeando otro, entonces se está viendo que este es un sitio de confluencia.

También me reuní con el movimiento de Jóvenes Rurales, el cual reúne más de tres mil jóvenes con toda la esperanza del mundo diciendo ‘tenemos un Ministerio al que podemos llegar’, entonces estamos haciendo que los actores confluyan y eso es muy importante para el Ministerio.

Usted ha reiterado su interés por vincular los saberes ancestrales con la ciencia, pero ha recibido críticas por eso. ¿Cuál es la relación y por qué son necesarios?

Tenemos diversas formas de conocimiento: desde las artes, desde la ancestralidad y la ciencia misma tiene sus métodos para producir conocimiento. Creo que lo que tenemos es un poco de miedo a afrontar estas otras formas de producción de conocimiento. He recibido muchas críticas porque no hemos interiorizado que podemos nutrirnos de ese conocimiento, que podemos tener los insumos de base para seguir haciendo ciencia.

No es ningún invento mío, porque en el documento de la Misión de Sabios se ponderan y se valoran esas otras formas de producción de conocimiento. Teníamos incluso un foco de ciencias sociales que plantea esas otras formas de producción de conocimiento y hay una corriente que es la ciencia abierta y la innovación transformativa, los cuales nos están haciendo un llamado a decir, ‘miren, como sociedad necesitamos dialogar, poner en contexto y valorar estas formas de producción de conocimiento para generar soluciones acertadas y el mismo Ministerio lo contempla’. Tenemos un Viceministerio de apropiación social del conocimiento, ahí ya estamos llamando a que ese conocimiento se articule.

También hay un programa específico del Ministerio que se llama fórmulas de cambio, y lo que hace es articular ese conocimiento que hay en las comunidades, ese conocimiento ancestral y luego llama y dice, ‘aquí los científicos podemos aportar para producir un cocimiento robusto’ y se han generado proyectos muy bonitos. Por ejemplo, un proyecto en el que a través de toda la investigación y las entrevistas que hicieron los niños de nuestra comunidad, encontraron que las abuelas utilizaban unas plantas para separar los sólidos del agua y con este principio fueron al Sena y pidieron ayuda.

Entonces ya había un principio, y era la ancestralidad, plantas que aglomeraban las partículas de los sólidos. Aquí, el único llamado que estamos haciendo es cómo nos alimentamos de estas formas de producción de contenido.

Pero este es un ministerio de Ciencia…

Hay una estrategia: nosotros tuvimos, durante dos años, expertos en un comité conformado por sabedores, gente de la comunidad, del sector rural, y esta estrategia es el insumo para convertirla en una política de apropiación social, el conocimiento ancestral…No es ciencia, pero se genera conocimiento, y en eso es donde no debemos generar discusión, la ciencia produce un conocimiento formal.

Volvemos al punto, esto es un Ministerio de ciencia…

Pero mira que el ministerio de Ciencia lo contempla. Te doy este ejemplo: que el conocimiento ancestral sirvió de base para desarrollar la potabilización del agua. Ese es un caso y hay varios casos, por ejemplo, los de la arena volcánica en las poblaciones indígenas donde 800 mujeres están haciendo trabajo, y lo que han hecho a través de la ciencia es confirmar que eso pasaba.

Lo que pasó con este tema de potabilización es que cuando fueron al laboratorio se dieron cuenta de que el agua era potable, y tú dices ‘es una creencia’. No, en muchos casos hay muchas creencias y tal como ocurre con el ensayo y el error de método científico que hay cosas que no han funcionado, en los conocimientos ancestrales hay cosas que están completamente sistematizadas, y no todo el conocimiento ancestral que se produce es válido, porque también hay cosas que no suceden, pero hay otras comprobadas por la práctica.

Por ejemplo, la práctica indígena de utilizar jagua. Y esta yo la menciono porque es uno de los ejemplos más bonitos, para protegerse de la luz ultravioleta y para espantar los mosquitos, y ahí hay una comprobación de ellos -que claro- luego tenemos que ir a mirar qué moléculas hay ahí y generar el conocimiento robusto.

Pero yo no estoy diciendo aquí que vamos a validar el conocimiento ancestral. Yo vuelvo al punto, es reconocer que hay esas formas de producción desde el arte, de las ciencias sociales, desde los saberes tradicionales, es reconciliar esos saberes y nosotros en el Ministerio no nos vamos a salir de la generación de ciencia y conocimiento, y ahí también podemos replantear que estas cosas van evolucionando y no son la última palabra en lo que podamos decir. Ahí es donde debemos hacer un llamado a empezar a ver qué elementos hay en estas formas de conocimiento, o sea, ¿por qué negar un conocimiento que está ahí?

Pero en el conocimiento ancestral encajan, sobre todo, creencias: cosas como la superstición y la religión, las cuales no son reproducibles o comprobables y no se someten a pruebas; entonces ¿por qué esa insistencia en conciliar esos mundos cuando la ciencia es una?

Sí tienen que ver y está demostrado. Si no fuera por la partería tradicional, muchos niños hubieran muerto, y estas mujeres no fueron a la universidad…o sea ¿por qué no reconciliarlo cuando podemos generar un diálogo con estas personas y cuando se considera que su conocimiento es valioso, se incorpora al sistema, se sienten reconocidas y es una forma de hablar?

Yo pienso que los científicos tenemos que llegar más a estos saberes y preguntarnos qué está pasando ahí, porque eso nos permite crecer como científicos y nos permite dialogar y mirar a los ojos un conocimiento que nosotros no hemos valorado.

Pero no está sometida a los cánones de la ciencia… Mucha gente piensa que la astrología es verdad y no implica que tenga que ser aceptada como una forma de conocimiento equiparable a la astronomía…

Hay un sincretismo en las formas de vida también. Yo crecí con muchas cosas que son de mi vida personal y que no tienen que ver nada con el Ministerio, pero hay una convicción en mí de que para democratizar conocimiento; primero debemos ver a los otros, o sea ¿por qué ponernos nosotros como los únicos dadores de conocimiento? Ahí va mi punto y nosotros no vamos a negar que la ciencia es ciencia y que ese es el punto focal de este Ministerio, pero yo vuelvo al punto, el Ministerio y la Misión de Sabios consideraron que esos conocimientos eran valiosos para crecer, para poder generar más conocimiento y hay múltiples ejemplos de esto, los cuales nos han demostrado que cuando un sabedor o una persona de conocimiento popular te dice ‘mire que esto sirve para la gripa y quita la gripa’, porque está comprobado en esa comunidad que quita la gripa.

Eso es un primer paso y son hipótesis, el método científico son hipótesis y nosotros partimos de las hipótesis y quizás esto que está haciendo el saber popular es una hipótesis, ¿Qué tiene que hacer el método científico? Comprobar esa hipótesis, no es una creencia, es una hipótesis, y de esa hipótesis pueden salir muchas cosas.

Mejor dicho, esto puede ser usado en mi contra, pero muchos de los fármacos que se han hecho han salido de ese conocimiento, y es un proceso muy largo que los saberes populares y tradicionales han hecho durante 200 años y que nosotros después decimos, ahí sí, aquí estaba la molécula que quitaba la gripa, eso es de ayuda inclusive para el método científico porque hay una comprobación que se ha hecho durante muchísimos años y ha sido a través de la práctica, y el Ministerio no pone en discusión eso.

Pero hace parte del discurso… ¿Por qué la necesidad de vincular la ciencia con otras cosas?

Porque nos va a permitir reconciliar el país, poder incorporar a esos otros actores que nosotros no consideramos.

Es una gran hipótesis…

Sí, es una gran hipótesis, y, precisamente, ¿por qué nos cerramos a comprobar una gran hipótesis si el método científico ha tenido muchas hipótesis, que al final nos pueden decir que sí o que no, nos pone más de lo que nos quita…Es una posibilidad de probar esa hipótesis, busquemos un método que nos permita articular estas dos cosas y ver si Colombia crece, y ese es el llamado.

Si generamos un método nuevo, le damos un mensaje al universo entero…Colombia fue el primer país que a través de la articulación de distintos pensamientos nos generó eso, y quizás eso nos va a llevar por un camino distinto.

Estamos ya en una época en que se habla de la cuarta revolución industrial, en la que herramientas como la inteligencia artificial están llamadas a dominar el discurso sobre ciencia y tecnología, y estos saberes tradicionales no van en el camino en el que va el mundo…

No van en el camino que va el mundo, porque está allí y no lo hemos visto. Además hay unas cosas muy importantes para el universo y es que nosotros debemos generar armonización, y sí lo hemos hecho de esta manera y estamos abatidos con toda la tecnología que tenemos… el cambio climático es una realidad, y lo hemos generado nosotros con toda la tecnología que tenemos ¿Por qué no abrir nosotros otros diálogos?

El Ministerio era algo muy esperado por la comunidad científica y la sociedad ¿Qué piensa sobre el hecho de que el artículo de El Espectador desviara la atención hacia los cuestionamientos a Mabel Torres?

Hay una cosa que tengo clara y es que yo sé quién soy y qué soy capaz de hacer. Lo segundo es que yo soy una persona íntegra y súper transparente, y no tengo ningún miedo de mostrarle al mundo lo que he sido, porque mi reconocimiento internacional no ha sido solamente como científica; ha sido por poner la ciencia al servicio de la humanidad, y es algo de lo que me siento muy orgullosa.

Yo sé que se ha desviado la atención, pero yo no lo he hecho. Mi foco sigue en que el discurso de la ciencia, la tecnología y la innovación se conviertan en el discurso que nosotros hemos tenido siempre, y es poner estos tres componentes en el top y a eso nos estamos dedicando, y en eso nos vamos a concentrar.

Y sí, yo lamento mucho que la discusión se haya centrado en una persona y no en el Ministerio, y eso lo lamento porque el país estaba esperando esto, y creo que es algo egoísta que el discurso se centre en una persona cuando realmente como sociedad y como actores de este sistema nos deberíamos centrar en sacar el Ministerio adelante sin importar quién sea la persona.

A mí me genera mucho cuestionamiento que se diga que yo no soy la idónea porque no hago parte de una lista que alguien recomendó. Eso realmente manda un mensaje profundo a la sociedad y es cómo nosotros estamos viviendo los acontecimientos en Colombia; pero, como te digo, yo sigo concentrada en sacar este Ministerio adelante y lo hemos demostrado en estas dos semanas.

Tenemos un montón de aliados y de mecanismos financieros que pensamos cómo articular, algo que no se pensaba antes, empresas o asociaciones del sector privado que nos están diciendo cómo logran participar. La gente está viendo una esperanza en este Ministerio y se está acercando, a pesar de todo el ruido que hay. Tenemos un cúmulo de gente, de agrupaciones que están pensado en el país y ahí me tengo que concentrar, en que la ciencia, la tecnología y la innovación se conviertan realmente en el eje estructurante del desarrollo productivo y sostenible del país, y que reconozcamos que este país es inequitativo y que cuando la ciencia se acerca a las regiones, que es uno de mis retos, puede empezar a bajar esas brechas. Si nosotros dejamos el conocimiento concentrado en un solo sitio, pues esas brechas de inequidad no las vamos a abrir.

La telemedicina, por ejemplo, es una oportunidad para los territorios que no tienen un puesto de salud, entonces yo no me voy a concentrar en los ataques personales, si no en las dificultades que tiene el país y en generar soluciones con los actores que estén dispuestos. Nosotros tenemos una gran parte del país donde no hay conectividad y tenemos que estar pensando en eso, en vez de pensar si Mabel Torres es una u otra persona.

¿Usted misma se ha planteado la posibilidad de renunciar al Ministerio?

Esa pregunta ya me la habían hecho, y no, yo no voy a renunciar porque yo no tengo ningún problema ético ni nada que haga que yo no pueda ocupar este Ministerio. Si hubiera algo contradictorio, incoherente en mi actuar que me dijera usted no está ahí, que no pruebe mi idoneidad, mis títulos, si mi integridad, mi transparencia no estuvieran probadas yo digo me voy. Entonces, no hay nada que diga éticamente que yo no puedo estar aquí y yo aquí tengo una misión y es más la misión de los colombianos y del universo.

Yo siempre he creído que esto no es casualidad, si yo estoy aquí es porque estoy en esta conspiración y armonización universal para poder hacer cosas del Ministerio, y si yo tuviera algún problema con las cuatro cosas que te dije anteriormente no habría aceptado el Ministerio.

¿Usted se arrepiente de algo que ha dicho o hecho en las últimas semanas, incluso desde antes de su nombramiento?

Yo lo podría decir de dos maneras: podría decir que me arrepiento en el sentido de que esto me quitó tiempo, que si no lo hubiera dicho estaría más tranquila…Me arrepiento de los comentarios, de cosas que no son verdad. Por ejemplo, todo lo que generó el ruido fue que en el periódico El Espectador dijeron que yo estaba haciendo pruebas en humanos, lo cual no es verdad; dijeron que yo estaba comercializando un producto, que no es verdad. Esas dos cosas fueron las que despertaron todo el ruido, porque eso inmediatamente lleva a la gente a un tema ético, que no es verdad. Entonces, yo no lo dije, por eso digo que yo no me arrepiento, yo nunca dije que yo comercializo productos, que yo hago experimentación en humanos, fue una interpretación.

De lo que sí me arrepiento fue de haber dado una entrevista que dijo estos datos que no son ciertos. Me arrepiento en el sentido de que todo este ruido no deja de alguna manera en estas primeras etapas que lo que tenga que hacer suceda, que hubiera podido hacer mucho más rápido y eso genera distracción y discusión. Pero hay otra cosa súper importante en esta discusión y es que muchos actores entraron, gente que nunca había hablado habla, en ese sentido…

¿Como quiénes?

Hay muchas personas que se han expresado, no solo de un lado, es la voz de dos lados, de gente a quienes no se le habían escuchado sus voces, entonces yo no me arrepiento de lo que dije o lo que he hecho, solo que sí me parece es que se dieron datos de esa entrevista que centraron una discusión donde no la hay y fue eso, un tema comercial, que yo estaba comercializando y que yo vendía el producto, y que tú puedes corroborar que yo no vendo el producto en ningún lado. Pero bueno, yo quiero dejar esa discusión en el pasado. Así como esta discusión se generó, tenemos que abrir los canales para cuando tengamos los resultados.

Ya pensamos una estrategia que no se había hecho y que se llama ‘Toma Territorio’ y es irnos a acompañar a los gobernadores a su territorio y ayudarles a construir su agenda de ciencia, tecnología e innovación. Si tú revisas los planes de desarrollo esto no ha sido priorizado, no porque los gobernadores no quieran, sino porque muchas veces no tienen las herramientas en el territorio para generar estas agendas.

Entonces, ahora en lo que estamos concentrados es en abrirle un campo a la academia a que pueda articularse con las necesidades del territorio, a generar soluciones y ayudar a construir estas agendas de ciencia, tecnología e innovación en los territorios, y esto nos va a permitir conectar la academia, lo que hay en el territorio, los emprendedores, las empresas, el sector privado, las instituciones de educación superior, los centros de desarrollo tecnológico y todos los dirigidos a poder construir este país que necesitamos articulado. Estamos trabajando en las estrategias que nos van a permitir que estos sectores se articulen y que utilicemos estas herramientas.

Entonces, yo estoy centrada en elevar este discurso, en poder mundializar nuestro Ministerio y traer organismos internacionales para hablar y conocer las experiencias de otros ministerios.

¿Qué opinión tiene usted de que la Academia de Ciencias, las asociaciones de medicina, las oncológicas y el senador autor del proyecto que crea el Ministerio no estén de acuerdo con muchas de las cosas que usted ha dicho y sientan que muchas de sus preguntas no han sido respondidas?

Yo les hago una invitación a que hablemos, a qué conozcan de primera mano la información que deben conocer. Es más, Juan Manuel Anaya estuvo aquí en mi oficina, dialogamos con él, le mostré los datos que tengo… Me gané un premio por la investigación que hice. Le mostré los datos, le di mis razones por de que no había publicado muchas de las cosas e inclusive su expresión fue ‘científica rebelde, publique esos datos, yo le ayudo a publicarlos’ y me dijo que puede llamar a la sociedad de médicos a que hagamos un diálogo de saberes en el Ministerio.

Entonces lo que yo creo es que tenemos que acercarnos, porque estamos en un planteamiento y en un universo de la separación, en las cosas que nos hacen ruido y que no nos dejan vernos frente a frente a los ojos. Colombia no puede seguir en este estado de la separación, tenemos que seguir construyendo y tratando de que nuestras voces, así sean divergentes, escucharlas, porque no todas pueden ser parecidas a las nuestras pero no las podemos invalidar.

La invitación es a escuchar la información de primera mano. Yo estoy aquí para escuchar, para construir, para discernir y esto no debe ser como el florero de Llorente, debe ser un espacio para construir de manera participativa.

¿Cómo planea usted implementar las recomendaciones de la Misión de Sabios?

La Misión de Sabios es una de nuestras cartas de navegación, que, claro, tienen que conversar también con esas otras necesidades y oportunidades que hay en el país. La Misión de Sabios, además de estrategias, tiene herramientas y propuestas muy valiosas, y nosotros lo que estamos haciendo es que, como el recurso no alcanza para implementar toda la Misión de Sabios, hay que hacer un esfuerzo para recaudar estos recursos: plantear algunos pilotos de los que están en la Misión y nos estamos moviendo en ese sentido para conseguir recursos y hacerlos.

Hay también recursos del Ministerio que pueden ir enfocados a los temas de la estrategia de la Misión, que tiene muchos focos, cada uno con unas propuestas y unas priorizaciones que hay que empezar a construir y darles forma.

Este lunes EL TIEMPO publicó una entrevista con el director del Invima en la que se aborda el tema de las pruebas en humanos…

Eso ya te lo respondí: nosotros no estamos vendiendo ganoderma. Esto fue un tema muy concentrado, y no hay una planta de producción de ganoderma que diga Mabel Torres. No, eso no existe y ahí era donde yo te decía que hay una malinterpretación. Ahí yo te decía que habría un problema ético si yo estuviera vendiendo un producto que no tiene el registro del Invima, pero yo no estoy vendiendo ganoderma.

¿Usted cree que esos señalamientos tienen que ver con su condición de mujer, de mujer afro?

Son relaciones de la gente….Yo no te puedo responder esa pregunta porque no sé cuál es la motivación que hay ahí. Cada quien tendrá su motivación.

Fuente: eltiempo.com