Los nestorianos, los herejes que impulsaron la ciencia en la Edad Media
El camino seguido por el conocimiento científico desde que los griegos dieron los primeros pasos hasta el desarrollo de la Ciencia Moderna de los siglos XVI y XVII, fue largo y difícil, condicionado por muchos eventos históricos en los que hubo diferentes protagonistas.
El desarrollo y evolución de las Universidades a partir del siglo XIII fue el impulso definitivo que permitiría establecer las bases y la metodología para preparar la llegada de la Ciencia Moderna. Las Universidades partieron del conocimiento griego que llegó a Europa, básicamente a través de Bizancio y el Islam. En el camino de las traducciones islámicas que llegaron desde Oriente hay unos protagonistas que incomprensiblemente han sido unos desconocidos en la Historia de la Ciencia: los cristianos nestorianos.
Desde los primeros siglos del cristianismo la naturaleza de Cristo dio origen a numerosas controversias que condicionaron fuertemente la evolución de los que hoy conocemos como Europa y Oriente Próximo y Medio. Especialmente significativas fueron las controversias entre la ortodoxia cristiana del credo niceno-constantinopolitano con dos “herejías”: el difisismo o nestorianismo y el monofisismo. De manera resumida, podemos decir que el nestorianismo creía en la doble naturaleza de Cristo, humana y divina, que aunque unidas en Cristo, forman dos realidades distintas. Tomaron el nombre de Nestorio, que fue obispo de Constantinopla e impulsó dicha corriente en el siglo V. El monofisismo, en cambio, creía que Cristo tenía una única naturaleza, la divina, ya que la naturaleza humana era como un espejismo y estaba absorbida por la naturaleza divina. Ambas “herejías” contradecían la doble naturaleza de Jesucristo, humana y divina, no separadas ni confundidas, que propugnaba el credo niceno-constantinopolitano. Los concilios de Efeso (431) y Calcedonia (451) supusieron la condena del monofisismo y nestorianismo, respectivamente.
Aunque este tipo de debates y controversias puedan parecer extraños en el pensamiento actual, eran muy importantes y vitales para los intelectuales de aquellos siglos y originaban profundas divisiones en las sociedades de la época.
La condena de las tesis nestorianas originó la emigración de sus seguidores desde el Imperio Romano de Oriente al Imperio persa, donde fueron bien recibidos, estableciéndose allí y contribuyendo a impulsar en Persia el conocimiento científico griego, influyendo decisivamente en todo el desarrollo intelectual persa y en sus clases gobernantes. Aunque hay ciertas lagunas históricas sobre este periodo, es conocido que en diferentes centros y ciudades persas, gracias a los nestorianos, se podía obtener una buena formación en todas las disciplinas griegas, especialmente en Medicina.
La casa de la Sabiduría de Bagdad
Un hecho decisivo en la historia de la Ciencia Medieval fue la llegada de los abasíes al poder y la fundación de Bagdad en el siglo VIII. Los primeros califas, especialmente Al-Mansur y sus descendientes, impulsaron notablemente el conocimiento científico e intelectual y transformaron una aristocracia de corte guerrero en un estado centralizado. La presencia de nestorianos en la corte abasí fue habitual; por ejemplo, Al-Mansur fue tratado por un médico nestoriano que consiguió ser una figura importante de la corte. La traducción de obras griegas al árabe, directamente o a través del siríaco (lengua derivada del arameo), tomó un fuerte impulso con los califas que sucedieron al Al-Mansur y alcanzó su máximo con la fundación de la Casa de la Sabiduría en Bagdad. Dicha institución estuvo dirigida por Hunayn ibn Ishaq (808-873) un médico cristiano nestoriano; muchos nestorianos trabajaban también en dicha institución especialmente vinculados a la Medicina.
La labor traductora de Hunayn fue impresionante, hablaba siríaco y árabe y fue en su juventud a la “tierra de los griegos”, posiblemente Alejandría, aprendiendo y dominando el griego. También es conocido que formó parte de una expedición a Bizancio en busca de manuscritos griegos. Ejerció de traductor para varios califas y acabó su carrera como médico real. Su labor traductora fue excepcional y fue ayudado por su hijo y sobrino. Es conocido que era exigente, comprobando las traducciones de sus discípulos. Realizó decenas de traducciones del griego al siríaco y del griego al árabe. Aunque puso especial énfasis en la medicina, también tradujo obras que incluían cuestiones de Filosofía Natural (Física) y Astronomía como el Timeo de Platón y diversas obras de Aristóteles. Su hijo Ishaq, también nestoriano, tradujo más obras de Aristóteles, así como los Elementos de Euclides y el Almagesto de Ptolomeo, obra capital de la Astronomía. Aunque la Medicina era la Ciencia más importante por su contenido práctico, la Filosofía Natural y la Astronomía fueron las disciplinas clave para generar la Ciencia Moderna, de ahí que las traducciones griegas de estas materias y su llegada a Occidente fueran decisivas.
Toda esta labor traductora de los nestorianos y otros traductores contribuyó a que en torno al año 1000 d.C. casi todo el núcleo de la medicina griega, filosofía natural y matemáticas se encontrara traducida al árabe, alcanzando posteriormente Occidente donde se realizaron las traducciones al latín. La labor de traducción científica de estos “herejes” fue intensa y muy importante aunque sea prácticamente desconocida en Europa.
Nestorianos en la actualidad
Los nestorianos realizaron la difusión del cristianismo en su forma difisita hacia Oriente, llegando a India y China, a través de la ruta de la Seda. Su difusión y expansión por Asia se fue reduciendo con el paso de los siglos, entre otras cosas, por las persecuciones que sufrieron y diferentes escisiones propias, que en algún caso incluso llevó a su unión con Roma. En la actualidad, se les conoce de diferentes maneras (principalmente como cristianos asirios) ya que el término nestoriano, utilizado en Occidente, no es aceptado y utilizado por los seguidores actuales de dicho credo. Una de las iglesias nestorianas más extendidas es la Iglesia Asiria de Oriente, encontrándose nestorianos en la actualidad en lugares como India, Irak y Siria y comunidades dispersas por EE.UU.
Los nestorianos representan uno de los ejemplos de comunidades minoritarias cuya labor científica fue vital para Occidente y, aunque casi desconocidos, su legado merece la pena ser recordado.
Fuente: abc.es