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Los mitos que alejan a las niñas de las carreras tecnológicas

Astronauta, ingeniera o programadora, los sueños de miles de niñas de realizarse en áreas tecnológicas dejan de ser vistos como realizables tan tempranas como a los siete años. Así lo muestran estudios de universidades en EE. UU. como la New York University o Princeton, que encuentran que las niñas perciben que los niños tienen ventajas en materias como la matemática.

Según cifras de la Ocde, para cuando las niñas alcanzan los 15 años las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, en inglés) son una opción que considera tan solo un 4,7 por ciento por ciento de las estudiantes. ¿Por qué pasa esto?

En el marco del Día internacional de las Niñas en las TIC, que se celebra este jueves, expertas con iniciativas en género y tecnología hablan sobre los mitos y obstáculos que desaniman a las niñas en esas áreas. En la infancia, regalos como muñecas, planchas, cocinitas o maquillaje son mucho más comunes que carros, robots, dinosaurios o drones, elementos que pueden afianzar habilidades de pensamiento lógico, científico y matemático.

La cuestión, como concuerdan las analistas, es que, más allá del género, la industria requiere talento humano en el sector tecnológico. Solo en América Latina, para el 2019, según datos de Cisco, el déficit de talento en tecnologías de la información (TI) alcanzará los 450.000 profesionales.

La autopercepción

De acuerdo con Juan Ernesto Maragall, especialista de Educación en el Banco Interamericano de Desarrollo, “no hay ninguna evidencia de que hombres y mujeres tengan diferencias en el aprendizaje de estas materias. Se trata de un tema cultural”. A pesar de ello, según el experto, estudios que analizan las opiniones de las niñas frente a carreras STEM en las redes sociales encontraron una autopercepción negativa de las mujeres frente a las ciencias que es “preocupante”.

“Todo ser humano tiene una visión de sí mismo en el futuro. Las niñas están construyendo esa visión en función de interacciones con padres, maestros y pares”. Las opiniones familiares, las actitudes de los docentes y hasta los comentarios en las redes inciden en su percepción.

El análisis de más de 500.000 mensajes en redes mostró que de cada seis imágenes de referentes de éxito en áreas STEM, solo una corresponde a una mujer. Lo que para Maragall “es algo delicado porque la falta de visibilización de mujeres exitosas en esas áreas refuerza negativamente la autopercepción”.

El peso cultural

En opinión de Claudia Gómez, presidente de WIT Network Colombia, uno de los principales obstáculos para que las niñas escojan carreras relacionadas con la tecnología es, en pocas palabras, vivir en una sociedad machista.

“Esa es la parte externa que más afecta el involucramiento femenino en el sector. En muchas familias no se le inculca a la niña el anhelo de la innovación, y se cree que los hombres están mejor en áreas de vanguardia y las mujeres más en labores de cuidado”, expresa.

Sandra Rozo, directora de la revista Gamers-On, afirma que ese machismo se evidencia en el trato diario. “Muchos hombres son crueles y piensan que no somos capaces”. En su camino en el mundo de los videojuegos, por ejemplo, cuenta que algunos hombres la interpelan por haber llevado a cabo una idea que ellos también habían pensado.

Esa reacción, cree Rozo, se debe a un temor frente a la presencia femenina en ambientes tradicionalmente masculinos. “Ver a mujeres hablando y desarrollando videojuegos representa el conquistar territorios que antes no teníamos, y eso genera choques”.

Para Maragall, además de las familias, los colegios y la comunidad docente tienen un papel en el asunto. El experto en educación cuenta que en clases como matemáticas o ciencias, los docente tienden a interactuar más con hombres que con mujeres. “Es importante que los educadores tomemos conciencia de que hemos sido criados con un sesgo de género y discriminación. Hay que identificar los elementos culturales discriminatorios y corregirlos”, indica.

Para Gómez, la participación de las adolescentes en carreras de TIC es “mínima frente a las oportunidades que existen”.

Libertad de elección

A pesar del panorama de las necesidades en la industria, resulta evidente que no se trata de obligar a las niñas a formarse como talentos técnicos.

Gómez plantea que no se busca forzar un 50-50. “No todas las niñas tienen que estudiar este tema si no les gusta. Lo importante es que gobiernos, empresas, universidades y familias generen condiciones favorables para que las que tengan el interés puedan hacerlo sin ser acosadas o tildadas de ser menos inteligentes por ser mujeres”, apunta.

Para Rozo, también es importante que la presencia femenina no solo se necesita en los laboratorios. Roles como abogadas, administradoras, comunicadoras y psicólogas pueden aportar mucho al sector STEM. “Necesitamos abrir el espectro, vincular nuevos saberes. Áreas como la psicología o la música tienen mucha cabida en los videojuegos, por ejemplo. Es genial que existan más mujeres ingenieras, pero para ello hay que mostrarles el camino afín a sus gustos, no imponer un oficio”, puntualiza.

Fuente: eltiempo.com