Los arrozales emiten gas invernadero como 600 plantas de carbón
Los arrozales inundados intermitentemente pueden emitir 45 veces más óxido nitroso en comparación con el máximo de los arrozales continuamente inundados, que emiten predominantemente metano.
Según un nuevo estudio publicado en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, aumenta la perspectiva de que el cultivo de arroz en todo el mundo podría ser responsable de hasta el doble del nivel de impacto climático en relación con lo que se calculó previamente.
Según un análisis global adjunto publicado por ‘Environmental Defense Fund’ (EDF), las emisiones de metano y óxido nitroso de las granjas de arroz podrían tener el mismo efecto de calentamiento a largo plazo que unas 600 plantas de carbón (1.900 MMT por año CO2e100). En el corto plazo, este impacto de calentamiento podría ser de hasta 1.200 plantas de carbón de tamaño promedio (3.600 MMT por año CO2e100) porque el óxido nitroso dura muchas más décadas en la atmósfera que el metano.
Los autores también encontraron una correlación inversa entre las emisiones de metano y de óxido nitroso del cultivo de arroz: las técnicas de gestión de agua y materia orgánica que reducen las emisiones de metano pueden aumentar las emisiones de óxido nitroso. Esto es crucial porque el óxido nitroso es un gas de efecto invernadero de larga vida que atrapa varias veces más calor en la atmósfera que el metano en marcos de tiempo de 20 y 100 años.
«El impacto climático total del cultivo de arroz se ha subestimado significativamente porque hasta este punto, las emisiones de dióxido de nitrógeno de las granjas inundadas intermitentemente no se han incluido –afirma Kritee, científico senior de EDF y autor principal del artículo–. El aumento de la presión sobre los recursos hídricos limitados bajo un clima cambiante podría hacer que las regiones arroceras adicionales consideren las inundaciones intermitentes para abordar las limitaciones de agua y las preocupaciones sobre las emisiones de metano. Debe calibrarse la gestión del agua en las granjas arroceras para equilibrar las preocupaciones sobre el uso del agua con los impactos climáticos de ambas emisiones de metano y óxido nitroso».
Para monitorizar y mitigar el impacto del óxido nitroso en el cultivo de arroz, los autores piden que los científicos cartografíen los regímenes de inundación y midan las emisiones de óxido nitroso en una diversidad de granjas arroceras de todo el mundo; que los países reporten sobre estas emisiones; y que los productores de arroz optimicen el uso de agua, nitrógeno y materia orgánica para reducir las emisiones de estos dos importantes gases de efecto invernadero.
«Es esencial para los científicos medir tanto el óxido nitroso como las emisiones de metano de los campos de arroz con el fin de desarrollar políticas efectivas para satisfacer la demanda de alimentos y al mismo tiempo mitigar los impactos climáticos del cultivo de arroz», afirma Kritee.
El arroz es una fuente fundamental de nutrición para la población en rápido crecimiento del mundo, que proporciona más calorías a los seres humanos que cualquier otro alimento. Pero cultivar arroz también requiere muchos recursos: el cultivo de arroz cubre el 11 por ciento de la tierra arable y consume un tercio del agua de riego.
Centrarse en el metano deja el óxido nitroso subestimado
La mayoría de los estudios sobre los impactos climáticos del arroz han medido las emisiones de metano de las granjas de arroz continuamente inundadas. Además, las estrategias actuales de mitigación del clima para la producción de arroz se centran en la reducción de las emisiones de metano mediante humectación y secado alternos, o inundación intermitente.
La mayoría de los países productores de arroz, incluidos Estados Unidos y los mayores productores mundiales de arroz (China, India, Indonesia, Vietnam y Bangladesh), no informan de las emisiones de óxido nitroso asociadas con la producción de arroz como parte de sus inventarios nacionales de gases de efecto invernadero presentados a Naciones Unidas.
Los hallazgos del estudio sugieren que bajo las inundaciones intermitentes las emisiones de óxido nitroso de las granjas de arroz en todo el mundo podrían ser de 30 a 45 veces el máximo de las estimaciones actuales, equivalente a la contaminación climática anual de 200 plantas de carbón a nuestra atmósfera sin considerar las emisiones de metano.
Con la ayuda de socios locales, los autores investigaron las emisiones de gases de efecto invernadero de granjas arroceras en el sur de India y descubrieron que las emisiones de óxido nitroso del arroz pueden contribuir hasta al 99 por ciento del impacto total del cultivo de arroz en una variedad de granjas inundadas intermitentemente. Estas emisiones contribuyeron sustancialmente a la contaminación del calentamiento global, mucho más que la estimación del 10 por ciento sugerida anteriormente por múltiples organizaciones globales de investigación del arroz.
Soluciones para reducir el metano y el óxido nitroso
Los autores encontraron que las técnicas agrícolas cuidadosamente elegidas en granjas individuales redujeron las emisiones netas de gases de efecto invernadero del cultivo de arroz hasta en un 90 por ciento al integrar las inundaciones superficiales (intermitentes leves) con el manejo conjunto del nitrógeno y la materia orgánica.
Si todos los productores de arroz de regadío solo utilizaran la inundación superficial propuesta en lugar de la continua o formas intensas de inundación intermitente, las estimaciones en el análisis muestran que las granjas arroceras con riego tienen el potencial de reducir su impacto climático global en un 60 por ciento (450-550 MMT CO2e100 años).
«Ahora sabemos que las emisiones de óxido nitroso del cultivo de arroz pueden ser grandes e impactantes –afirma Richie Ahuja, coautor de este estudio–. Ahora también sabemos cómo manejar el problema. Las principales naciones productoras de arroz en Asia están invirtiendo para mejorar el sector agrícola y podrían beneficiarse de las estrategias de mitigación sugeridas que conducen al ahorro de agua, mejores rendimientos y menor contaminación climática».
Fuente: europapress.es