Llegan los abogados robot
Cuando pensamos en abogados-robot no hay que imaginar un humanoide de movimientos torpes, aunque con una prodigiosa capacidad. Con una carpeta bajo el brazo con documentos en papel, pero que lleva todo el poder de la computación en su cerebro.
La ciencia ficción del cine nos ha inoculado una imagen irreal de la inteligencia artificial. No todo lo inteligente tiene que tener forma de robots humanoides, muchas veces no se necesita una representación humana. Es el caso de los abogados-robot. La firma británica Case Cruncher , producto aún inmaduro de unos estudiantes de Derecho de la Universidad de Cambridge, lo demuestran.
Su programa Case Cruncher Alpha ha obtenido mejores resultados que abogados de algunos de los bufetes más prestigiosos de Londres en un caso de reclamación relacionada con el ámbito de las finanzas. La comparación se hizo en base a un pequeño concurso.
Se reunió a más de 100 abogados y, por otro lado, se trajo al programa Case Cruncher Alpha. A todos los participantes se les dieron los hechos básicos de cientos de casos de incumplimiento de pagos. Se trataba de casos que contaban con un producto asegurador, que garantiza el cobro de la cantidad prestada al arrendador en caso de muerte del arrendatario o cualquier circunstancia que le impida proceder con la devolución del dinero.
Los abogados tenían que estudiar los casos y determinar si cada uno de ellos tendría éxito en su reclamación. Esta se impondría ante la autoridad británica reguladora de este tipo de contingencias, la Financial Ombudsman. Eran casos que ya habían sido resueltos previamente, con lo que el acierto de las predicciones se podía comprobar.
Con las 775 predicciones que los abogados y el programa hicieron, los primeros salieron peor parados. Los humanos obtuvieron un 66,3% de acierto , mientras que el software alcanzó el 86,6%. Son 20 puntos más de precisión al predecir cuál sería el resultado de las reclamaciones.
Es cierto que el programa no realizó la labor activa de un abogado. No buscó fórmulas para hacer las reclamaciones, ni las redactó. Pero lo cierto es que supo determinar, en su mayor parte, cuáles iban a tener éxito.
El programa de inteligencia artificial, que solo está en una fase alpha, como indica su nombre, ofrece grandes oportunidades. Sus capacidades demuestran que los robots –pese a no tener forma humana– podrían desarrollar tareas de cierta altura intelectual , que hasta ahora se pensaban reservadas a las personas.
Fuente: blogthinkbig.com