Las pruebas de ADN se tornaron multimillonario negocio y cuáles son los riesgos de entregar tu código genético
El negocio de los tests genéticos se ha disparado.
Con una simple muestra de tu saliva, las empresas que venden los kits de ADN por internet y las grandes farmacéuticas que compran esos datos, están ganando millones de dólares.
Sea para descubrir tus ancestros, hacer una dieta personalizada, o conocer tus riesgos de salud, los consumidores están cada vez más interesados en adquirir estas cajas de sorpresas que pueden revelar algunos misterios de tu pasado y de tu futuro.
La venta directa a los consumidores de estos kits genéticos, ha creado un mercado con ventas que creció desde unos US$15 millones en 2010, a más de US$118 millones el año pasado, según le dice a BBC Mundo Bruce Carlson, editor senior de la consultora Kalorama Information.
Por un lado, “los consumidores están interesados en su ascendencia y nacionalidad”, explica.
Pero también hay otros factores que potencian la industria, como el avance de nuevas tecnologías y el envejecimiento de la población.
Eso porque las personas quieren conocer qué probabilidades tienen de desarrollar ciertas enfermedades y actuar preventivamente.
“Hay cada vez más conciencia sobre los factores de riesgo para el cáncer, más interés en el bienestar y en un estilo de vida saludable”, dice Carlson.
Y las proyecciones apuntan a que para el año 2023 el total de ventas de este mercado llegaría a unos US$387 millones.
Entre las compañías más grandes dedicadas a la venta de tests, están 23andMe, Ancestry, MyHeritage, Helix o Family Tree.
Pero a ellas se suma una infinidad de empresas más pequeñas que tratan de ganarse un espacio.
La mina de oro
Algunos de los inversionistas detrás de estas empresas son grandes farmacéuticas, interesadas en tener acceso a la mayor cantidad de perfiles genéticos posible.
Esa es una mina de oro, que va mucho más allá de la venta de tests y se dirige a la compra de gigantescas bases de datos.
Por ejemplo, la farmacéutica GlaxoSmithKline compró una participación de US$300 millones en la empresa de Silicon Valley, 23andMe, el año pasado.
“Todos tenemos enfermedades o problemas de salud que nos preocupan” escribió la directora ejecutiva de la firma Anne Wojcicki, después de que se anunciara la operación comercial con GlaxoSmithKline.
“23andMe ha creado una plataforma de investigación para que los clientes que están interesados participen en estudios”.
Efectivamente, las firmas que venden los kits de ADN, le dan la opción a los consumidores de consentir o rechazar, que sus datos se utilicen para propósitos de investigación.
Sin embargo, los más escépticos, advierten sobre el peligro de filtraciones de datos.
“Potencialmente peligrosos”
Es muy fácil comprar un kit de ADN.
Lo ordenas online, envías una muestra de saliva y recibes los resultados en pocas semanas.
Tienen un valor que puede ir desde los US$50 (para indagar sobre tu origen) hasta más de US$500 (para saber cosas como qué deportes te conviene practicar, qué dietas debes seguir según tu perfil genético y cuáles son las probabilidades de padecer ciertas enfermedades).
“Estos tests son potencialmente peligrosos si los datos no son interpretados por profesionales”, advierte Bru Cormand, investigador del Departamento de Genética de la Universidad de Barcelona, en diálogo con BBC Mundo.
“A veces los resultados que ofrecen algunas de estas empresas no están respaldados con evidencia científica”.
“Hay enfermedades que se pueden predecir a partir del ADN, pero la mayor parte de las patologías que ofrecen estos tests, como la probabilidad de afectaciones cardiovasculares o de tener Alzheimer antes de los 50 años, son trastornos que no se pueden predecir al 100%”, apunta.
“Resultados falsos”
Una investigación publicada en la revista científica Nature en 2018, realizada por investigadores del laboratorio de diagnóstico clínico Ambry Genetics Corporation, con sede en California, encontró que hasta un 40% de los resultados de los tests que se venden a los consumidores en Estados Unidos, son falsos.
Esto deja en evidencia, señala el estudio, “las limitaciones de los datos genéticos en bruto” y “demuestra la importancia de confirmarlos en un laboratorio de diagnóstico”.
Desde el punto de vista del negocio, “lo que está claro, es que la oportunidad de mercado es enorme”, agrega Cormand.
“Hace unos cinco o 10 años se activó este mercado y ahora están naciendo compañías una detrás de otra”.
Nicole Fisher, presidenta de la organización estadounidense Health & Human Rights Strategies y consultora en temas de salud en el Capitolio, escribió recientemente en la revista Forbes que el negocio de los tests de ADN “debería preocuparnos”.
Las farmacéuticas y la compañías biotecnológicas necesitan grandes bases de datos genéticas para desarrollar nuevos medicamentos, explica.
El problema es que “muchos no saben que los resultados de su muestra de saliva o sangre son vendidos a terceras partes por grandes sumas de dinero”, dice Fisher.
Y advierte que además de la privacidad, hay potenciales amenazas a las personas como discriminación por parte de las compañías de seguros o de empleadores, que pueden tener acceso a los datos genéticos.
¿Dónde está creciendo el mercado de los tests de ADN?
Según los estudios de mercado realizados por Kalorama Information, el mercado con mayor crecimiento de los tests de ADN es la región Asia-Pacífico.
Específicamente en China, donde hay cerca de 150 empresas genómicas y cerca del 70% ofrece los kits.
Entre ellas, destacan firmas como DaAnGene, Gese DNA y WeGene.
Y en Europa, el mercado más grande es el de Reino Unido, mientras que países como Francia y Alemania tienen regulaciones restrictivas.
En este escenario, América Latina es un mercado poco desarrollado hasta ahora, “pero con posibilidades de crecimiento”, dice Bruce Carlson.
¿Llegará a crecer la demanda en Latinoamérica tanto como en otras partes del mundo?
Habrá que esperar unos años para ver cómo las empresas que venden los tests de ADN entran a los grandes mercados como Brasil, México o Argentina, y si efectivamente los consumidores siguen las tendencias de consumo que ahora dominan otros mercados.
Fuente: BBC