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La mujer que va a reconducir Tesla tras el fiasco de Musk

“Estoy considerando convertir a Tesla en privada a 420$. Financiación asegurada”. Con este tuit, Elon Musk, CEO de Tesla, alborotaba Twitter el pasado 7 de agosto. “Los accionistas podrían vender a 420 o mantener acciones y salir en privado”, añadió segundos más tarde.

Un tuit que luego afirmó era todo broma, pero no le valió de nada a la SEC (la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos) las explicaciones de Musk que fue acusado de fraude y le obligaron a dimitir como presidente de la compañía de vehículos eléctricos.

Un cambio al volante, pero que mantendrá al excéntrico emprendedor como CEO. A los mandos estará, según cuentan los expertos una persona cercana al propio Musk, que estará vetado para ejercer de presidente durante los próximos tres años.

Según informa la BBC, a la presidencia de Tesla llega una persona de confianza del sudafricano y que ahora mismo ocupa un cargo en el consejo de administración de la compañía estadounidense desde hace cuatro años.

Su nombre es Robyn Denholm, australiana y economista con larga experiencia en diversas compañías. Nombrada por Elon Musk, Denholm conoce bien las entrañas de la compañía eléctrica donde en 2017 cobró cinco millones de dólares gracias a su puesto en la junta directiva de Tesla y gracias también a las acciones que posee.

“Robyn tiene una larga experiencia tanto en el sector tecnológico como en el de los automóviles y como miembro de la junta directiva ha hecho grandes contribuciones durante los últimos cuatro años para ayudarnos a convertirnos en una compañía rentable”, explicó Musk al nombrar a Denholm como su sucesora al frente de la presidencia de la eléctrica.

En la actualidad, la nueva presidenta de Tesla trabaja como directora de finanzas de Telstra, la empresa de telecomunicaciones de su país natal: Australia. Durante los próximos meses mantendrá sus obligaciones en esa empresa antes de asumir su nuevo rol en la estadounidense donde deberá tener dedicación plena y exclusiva.

“Me encanta pertenecer a la junta directiva de Tesla porque combina muchas de las cosas que me apasionan como la energía y la tecnología”, comentó Denholm en enero en una entrevista, meses antes de conocer su nuevo rol en la compañía.

Economista de 55 años, esta australiana ha estado ligado al sector del automóvil desde muy joven. Sus padres contaban con una estación de servicio de gasolina en Milperra al sur de Australia. Allí, Denholm consiguió su primer trabajo.

Perfil bajo

Su pasión por la economía le llevó hasta Sídney, donde también trabajó como contable para Arthur Andersen para pasar a Toyota Australia. Tras la compañía nipona comenzó su incursión en el sector de la tecnología al trabajar para la informática Sun Microsystems. Una década en la empresa que le sirvió para pisar Estados Unidos. Un viaje que le llevó hasta Juniper Networks, que le supuso el despegue profesional en un mundo rodeado de hombres.

En 2016 fue nombrada miembro del consejo de auditoría de la empresa suiza de generación de energía eléctrica y automatización industrial ABB.

Robyn Denholm es la antítesis de Elon Musk. Calmada y de perfil bajo en las entrevistas contrasta con las últimas apariciones públicas del sudafricano. Además, tanto Musk como la junta directiva de Tesla se han centrado en que la sucesora no tenga Twitter, de momento.

Quizá la audiencia tuitera pierde uno de los principales agitadores en los últimos meses, pero los accionistas de Tesla ganan en tranquilidad en vista de los últimos acontecimientos.

Fuente: eldiariomontanes.es