La mexicana que vivió la experiencia de habitar en Marte
“Siempre va a haber obstáculos pero no por ello cambies tu objetivo. Encuentra la manera de darle la vuelta a la situación”, recomienda la astronauta análoga, Julieth Contreras
Durante cinco días, Julieth Contreras Venegas experimentó cómo sería vivir en Marte. La estudiante de la carrera de ingeniería mecatrónica de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tec de Monterrey Campus Sonora participó en el programa Hábitat Marte, ubicado en la zona rural de Caiçara do Rio do Vento, muy cerca de Natal, Brasil.
Junto con otros cuatro estudiantes de América Latina exploró un volcán, cuidó de un invernadero e hizo investigación para futuras misiones espaciales y más.
Esta estudiante platica a Tec Review cómo descubrió que la ingeniería espacial es su pasión y los próximos proyectos internacionales en donde representará a México.
Astronauta análoga: la vida que podría ser
Una astronauta análoga es una persona que vive en sitios de la Tierra bajo condiciones similares a cómo viviría el ser humano en la Luna o en Marte.
La NASA y otras agencias internacionales tienen planes para crear bases humanas en el satélite y en el planeta más cercano a la Tierra y, la idea, es inspirar a jóvenes a ser ingenieros y astronautas para que formen parte de las misiones.
En este caso, Julieth fue elegida para convivir y sobrevivir con otros jóvenes de la región, bajo una rutina estricta de dieta, ejercicio y actividades de investigación establecidas por el proyecto Hábitat Marte.
El día a día de una astronauta
La rutina del día era levantarse a las seis de la mañana, vestirse, anotar en una bitácora parámetros de salud como la presión arterial y el peso, hacer ejercicio (en complemento con otra actividad como dibujar mandalas o pintar planetas), salir a buscar frutas y verduras al huerto para preparar el desayuno, la comida y la cena y, después, cumplir con alguna tarea asignada.
Así fue como Julieth Contreras Venegas, de 20 años de edad, vivía un día normal en la estación espacial análoga Hábitat Marte, en la misión 121, realizada del 26 y 31 de mayo de este año, en Natal, Brasil.
“Fue interesante estar a miles de kilómetros de distancia de mi hogar, con personas que no conocía”.
Los estudiantes eran de Brasil, Chile y México. Julieth comenta que una vez que platicó con ellos y conoció sus historias, al pasar de los días, ya los veía como una familia “con quienes tengo la misma pasión y con quienes persigo el mismo fin”.
En la semana en que duró la experiencia, cada tripulante tenía una tarea asignada para coordinar a los demás.
Julieth fue la directora de proyectos de investigación, pero hubo quien fue responsable del invernadero BioHabitat, otra persona estuvo a cargo de monitorear la salud del equipo o ser el capitán de la misión.
Cuando realizaban expediciones fuera de la estación, que llaman “actividades extravehiculares”, debían salir con un traje especial y casco.
Caminaron dos horas para conocer el Pico do Cabugi, que es un volcán, tomaron muestras rocosas para analizar su composición, visitaron el Lago Ceres, realizaron observación astronómica y satelital, contribuyeron a mantener vivo el huerto y ayudaron a construir un nuevo refugio para futuros tripulantes.
Participación en congreso internacional
Como directora de los proyectos de investigación en Hábitat Marte, Julieth –junto con sus compañeros– propusieron temas que aporten conocimientos a la exploración espacial en misiones reales.
En la estación había una biblioteca y acceso a internet, así que también debieron investigar. Un tema propuesto fue sobre horticultura, otro sobre la relevancia de las misiones y cómo la tecnología espacial contribuye a mejorar la vida en la Tierra, y otro sobre cómo cambia la percepción de las personas sobre el planeta cuando viajan al espacio.
De ser aprobados, la estudiante del Tec de Monterrey asistirá al Congreso Internacional de Astronáutica en París, Francia, en septiembre, para presentar los resultados de su investigación.
Simular las condiciones de la Luna
Julieth Contreras también fue seleccionada para participar en una misión que simulará las condiciones de vida en la Luna. Se llama Analogue Astronaut Training Center y será en Cracovia, Polonia.
“Voy a convivir con compañeros de Europa, es una cultura mucho más diferente a la latinoamericana”.
En este hábitat todas las actividades serán al interior de la estación, pues tanto los niveles de CO2 como la temperatura serán similares al ambiente lunar.
“Cuando termine la misión algunos experimentos se llevarán a vuelos que logren la microgravedad. Está padre poder probar tus proyectos de investigación en esas condiciones”.
Vocación por la ingeniería espacial
Julieth relata que, desde niña, jugaba a que era la maestra de sus muñecos, les explicaba temas de ciencia y les decía que debían subirse a una nave espacial para salvar a la humanidad, porque la vida en la Tierra ya no era viable.
Siempre se le facilitaron las matemáticas y la física, así que desde la secundaria sabía que se quería dedicar a algo relacionado con la ciencia, pero en el camino se encontró con algunos obstáculos pues en México no existe la carrera de ingeniería espacial, que es lo que ella quería estudiar, además de que se quedó en la carrera de medicina.
“Estuve yendo tres semanas, pero decidí cambiarme a mecatrónica y me ha servido mucho porque he hecho un poco de electrónica, mecánica y programación”.
Cuando termine la carrera quiere hacer un posgrado en ingeniería aeroespacial y buscará ser becaria de alguna empresa especializada para irse de intercambio.
Y a las mujeres que quieren ser ingenieras les dedica este mensaje:
“Busca el camino que más te guste y en donde seas feliz. Siempre va a haber obstáculos pero no por ello cambies tu objetivo. Encuentra la manera de darle la vuelta a la situación. Si eres persistente, llegarás a la meta”.
Fuente: tecreview.tec.mx