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Identifican los 15 problemas más acuciantes para la conservación, como el declive de los invertebrados

Los investigadores han identificado los 15 problemas más acuciantes para la conservación, entre ellos el declive de los invertebrados y el cambio de los ecosistemas marinos, según publican en la revista ‘Trends in Evolution & Ecology’.

Desde 2009, la Cambridge Conservation Initiative coordina una exploración anual del horizonte, un método bien establecido para predecir qué amenazas, cambios y tecnologías tendrán el mayor impacto en la conservación biológica en el año siguiente. Este año, en la 15ª edición, 31 científicos, profesionales y responsables políticos elaboraron una lista de 96 cuestiones, que finalmente redujeron a las quince más novedosas e impactantes.

Sus conclusiones incluyen temas relacionados con la energía sostenible, el declive de las poblaciones de invertebrados y el cambio de los ecosistemas marinos.

Los quince temas identificados por el estudio incluyen nuevas fuentes de hidrógeno para la producción de energía, incluida la electrólisis del agua de mar; producción descarbonizada de amoníaco para fertilizantes y combustibles mediante microgotas de agua, malla de grafito y nitrógeno y babricación de alimentos y piensos con nutrientes similares a los de los peces a partir de bacterias autótrofas oxidantes del hidrógeno.

Además, mencionan la agricultura de interior en entornos urbanos mediante fotosíntesis artificial sin luz; el uso excesivo de polvo de roca para remineralizar grandes cantidades de carbono y poner los ecosistemas en riesgo de contaminación por metales pesados o que las poblaciones de lombrices de tierra seguirán disminuyendo, especialmente en los ecosistemas de tierras de cultivo y bosques de frondosas, debido potencialmente a los pesticidas.

Indican que la ecoacústica del suelo, que proyecta sonidos como el del agua moviéndose por el suelo, podría ayudar a controlar la ecología del suelo y las poblaciones de invertebrados; que los incendios forestales pueden cambiar los patrones climáticos, como El Niño, al liberar aerosoles atrapados; o que las impresoras de ADN de sobremesa, capaces de producir secuencias de ADN de doble cadena bajo demanda, cada vez más avanzadas, extendidas y sujetas a regulación.

La lista incluye también nuevos métodos para medir la toxicidad de las sustancias químicas antes de que se produzcan efectos adversos; los rascacielos «sostenibles» de Arabia Saudí afectarán a las aves migratorias, y los erizos de mar seguirán desapareciendo rápidamente en todo el mundo, posiblemente debido a un patógeno protista que podría amenazar los ecosistemas tropicales.

Concluyen indicando que se prueban métodos para eliminar el dióxido de carbono del océano, como la fertilización oceánica, las macroalgas y la inyección de rocas; eal umento de las temperaturas en la zona crepuscular para perturbar la bomba biológica de carbono del océano y el deshielo de la Antártida altera las corrientes oceánicas profundas, reduciendo el vuelco abisal en un 40% para 2050.

«Los problemas identificados en esta exploración siguen reflejando la yuxtaposición entre los impactos antropogénicos sobre la biodiversidad y la creciente capacidad tecnológica para mitigar esos impactos –escriben los investigadores, dirigidos por el conservacionista William Sutherland, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido)–. En algunos casos, los nuevos problemas surgen directamente de los esfuerzos por mitigar otros problemas».

Los autores identifican varios puntos en común en la lista de problemas, entre ellos las amenazas a los ecosistemas marinos. Subrayan la importancia de las recientes iniciativas de política marina para ayudar a hacer frente a estas amenazas, al tiempo que señalan que estos esfuerzos no ayudarán a resolver los problemas relacionados con el clima identificados. Asimismo, analizan la importancia que sigue teniendo la innovación en la captura de carbono y las tecnologías energéticas sostenibles.

«Prevemos seguir destacando los nuevos efectos del cambio climático y las tecnologías destinadas a mitigar el cambio climático y la transición hacia vías más sostenibles en futuras exploraciones del horizonte», escriben los investigadores.

Fuente: europapress.es