Las tasas de hundimiento de la Ciudad de México, desde 1950, han sido constantes y alcanzan los 50 cm al año, aproximadamente. En la actualidad, aquel ritmo sigue acelerándose
Un equipo de investigadores, liderados por Estelle Chaussard, de la Universidad de Oregon (Estados Unidos), reevaluó el estado de la tierra en la Ciudad de México y reveló que continúa experimentando un hundimiento registrado desde la década de 1950.
Tras más de 24 años de análisis por parte del Radar Interferométrico de Apertura Sintética (InSAR) y 14 años de entrega de datos vía GPS, se demuestra que el hundimiento “es casi completamente irreversible”, tal y como se señala en un artículo de la revista JGR Solid Earth.
El lecho del lago donde está la Ciudad de México se ha vuelto más seco luego de siglos de drenaje de agua mediante acuíferos subterráneos. Ello genera que las capas de arcilla se agrieten cada vez más a prisa.
“Nuestros datos muestran que, por cada metro adicional de arcilla, la tasa de hundimiento aumenta en 3 mm/año. A partir de 2020, en promedio, el acuitardo superior (formación geológica capaz de almacenar agua) está compactado en un 17%, y estimamos que, en las condiciones actuales, puede llevar unos 150 años alcanzar la compactación completa, lo que provocará un hundimiento adicional de hasta 30 m”, explican los firmantes del documento en línea.
En el sector noreste de la ciudad, específicamente dentro de un área no urbanizada, los investigadores han determinado una tasa de hundimiento de hasta 50 cm al año.
El 6 de mayo de 2004, el ingeniero geotécnico Eddie Bromhead, de la Universidad de Kingston, en Londres, dijo en una nota de The Guardian que “México está en caída libre relativa”, porque se ha hundido unos 10 metros en el último siglo.
“Si pones edificios pesados en ese tipo de terreno y usas cimientos poco profundos, el suelo se compacta (…). Podrían trasladar toda la ciudad a otro lugar, pero eso no es práctico. O podrían apuntalar todos los edificios, pero eso tampoco es práctico”, había aseverado Bromhead aquella vez.
A principios del siglo XX, los científicos se fijaron en que la Ciudad de México se hundía a 8 cm por año. Luego, en 1958, esta incidencia se aceleró a 29 cm en un mismo periodo.
Cuando se limitó la cantidad de agua que se podía extraer de los pozos, la tasa de hundimiento retrocedió a los 9 cm; sin embargo, en los últimos 20 años, la cifra de caída se ha mantenido en 40 cm.
Hasta el 2021, el 70% del agua potable proviene de pozos de agua subterránea, y eso está agotando los acuíferos.
Por ahora no hay un sistema de recolección de agua de lluvia o residual, pese a que 1,1 millones de hogares de la ciudad no tienen acceso al agua potable.
“Estos resultados sugieren que el hundimiento influye en gran medida en el panorama socioeconómico e incluso en la viabilidad urbana futura de la Ciudad de México”, dicen los firmantes.
Finalmente, recomiendan acciones drásticas de gestión, como un buen plan de riego agrícola y de paisajes urbanos, si es que no se quiere enfrentar una doble crisis.
Fuente: larepublica.pe