Las células T colaboradoras reaccionaron exclusivamente a la secuencia de la proteína de la cepa de la vacuna y apenas mostraron reactividad cruzada con las variantes del patógeno natural
Científicos del Centro Alemán de Investigación del Cáncer (DKFZ) han investigado contra qué componentes proteicos se dirigen las células T inducidas por la vacuna contra la malaria y han descubierto que han reaccionado exclusivamente a la secuencia de la proteína de la cepa de la vacuna y apenas han mostrado reactividad cruzada con las variantes del patógeno natural.
Para mejorar la vacuna, necesitamos entender qué anticuerpos protectores son inducidos por la inmunización. Pero la producción de dichos anticuerpos depende en gran medida de la ayuda de las llamadas células T auxiliares foliculares”, ha comentado el investigador Hedda Wardemann.
Para estudiar en detalle la respuesta de las células T auxiliares contra la proteína CSP, el equipo dirigido por el inmunólogo Wardemann del DKFZ ha examinado la sangre de voluntarios infectados con esporozoítos de P. falciparum muertos de la cepa vacunal.
Los voluntarios eran descendientes de europeos y no habían tenido contacto previo con patógenos de la malaria. Los investigadores han analizado las células T auxiliares foliculares específicas de Plasmodium inducidas a nivel de células individuales. En particular, han centrado su investigación en qué secuencias de CSP son reconocidas por los receptores de las células T colaboradoras.
Los análisis han revelado que los receptores de células T se han dirigido principalmente a los aminoácidos 311 a 333 de la CSP. Sin embargo, los investigadores se han sorprendido porque no hubo reactividad cruzada entre los clones de células T individuales.
“Los receptores se unen de manera altamente específica solo a los epítopos CSP de la cepa vacunal utilizada. En algunos casos, incluso las desviaciones de un solo componente de aminoácido no fueron toleradas”, ha explicado el investigador.
Fuente: infosalus.com