Descubren enorme santuario maya nunca antes visto en Yucatán
Arqueólogos han descubierto un importante santuario maya, con cientos de objetos rituales de más de un milenio de antigüedad, en una cueva del entorno de Chichen Itzá.
En uno de los hallazgos más importantes en la historia de la investigación de esta antigua ciudad maya, especialistas del proyecto Gran Acuífero Maya (GAM) han documentado que este espacio es Balamkú, ‘la cueva del dios jaguar’.
La cueva de Balamkú, ubicada a 2,7 kilómetros al este de la famosa Pirámide de El Castillo o Templo de Kukulcán, fue descubierta fortuitamente hace más de 50 años. Sin embargo, el arqueólogo que fue enviado por el INAH a explorar ese sitio decidió sellar su entrada para que no sean saqueadas o perturbadas antes de poder ser estudiadas a fondo. Pero, luego de presentarse un breve informe, el sitio quedó en el olvido.
Cuando de Anda leyó el informe no creyó que fuese de mayor relevancia; sin embargo, la cueva llamó su atención el año pasado cuando se encontraba explorando otro sitio cercano. “Lo que encontramos allí fue increíble y estaba completamente intacto”, declaró.
De acuerdo a AFP, el arqueólogo Guillermo de Anda calificó a esta cueva como un “tesoro científico” durante una conferencia de prensa. Además, agregó que el hallazgo podría ayudar a los científicos a comprender mejor los orígenes, la vida y las creencias de los residentes de Chichén Itzá, la impresionante ciudad maya que fue fundada alrededor del año 750 d.n.e.
Los avances de la investigación fueron revelados esta semana por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) junto con la National Geographic Society (NatGeo) como parte de “Gran Acuífero Maya”, el proyecto de exploración subacuática más importante en la historia de México.
La cueva se ubica a 24 metros bajo tierra y contiene múltiples cámaras conectadas por pasajes tan estrechos (40 centímetros de circunferencia) que solo permiten el paso de una persona que se arrastre. Por el momento, el equipo solo ha explorado unos 460 metros de la cueva y se desconoce la total extensión de esta.
“El acceso a la cueva está muy limitado, no hay más de cuatro personas al interior trabajando. Además el oxígeno es muy escaso y cada vez es más difícil entrar para registrar todo”, comentó.
Los investigadores encontraron cientos de reliquias, que incluyen 200 quemadores de incienso en perfecto estado de preservación con forma del dios de la lluvia maya Chaac. El equipo cree que se trata de ofrendas destinadas a la lluvia.
La hipótesis de la que parte el equipo del GAM, es que hacia los periodos Clásico Tardío (700-800 d.C.) y Clásico Terminal (800-1000 d.C.), el norte de la Península de Yucatán experimentó una inusitada sequía que obligó a sus pobladores a realizar peticiones de lluvia, yendo a las entrañadas de la tierra, al inframundo, donde residían las deidades de la fertilidad.
Además, se han encontrado algunas vasijas que conservan restos carbonizados, alimentos, semillas, jade, conchas y huesos que los antiguos mayas ofrendaban también a sus dioses. “Es un lugar magnífico, algunas de las vasijas están fragmentadas y puede ser por efecto natural o a causa de un proceso de matado ritual”, explicó de Anda.
Debido al gran valor que representa la cantidad de información que puede extraerse de Balamkú, el equipo estudiará los artefactos en el sitio en lugar de removerlos.
“Balamkú ayudará a reescribir la historia de Chichen Itzá, en Yucatán. Los cientos de artefactos arqueológicos, pertenecientes a siete ofrendas documentadas hasta ahora, se encuentran en un extraordinario estado de preservación. Debido a que el contexto se mantuvo sellado por siglos, contiene información invaluable relacionada con la formación y caída de la antigua Ciudad de los Brujos del Agua, y acerca de quiénes fueron los fundadores de este icónico sitio”, expresó en conferencia de prensa de Anda.
Fuente: elespectador.com