La científica mexicana Melissa Jiménez Gómez Tagle reunió fondos para asistir a la COP27; busca impulsar el cuidado de la salud del planeta

Con el propósito de estar al pendiente de las conversaciones sobre pérdidas y daños desde una perspectiva de salud y justicia climática, la científica mexicana Melissa Jiménez Gómez Tagle reunió fondos para acudir a la COP27 como representante de organizaciones de la sociedad civil que acompañan a la delegación mexicana encabezada por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

“La salud del planeta es fundamental para que este gran ser vivo siga funcionando para beneficio de todos quienes lo habitamos. Es urgente y de extrema importancia asegurarnos que nuestro paciente (el planeta) no avance a un estado crónico irreparable de enfermedad”, destaca desde Sharm el Sheij, Egipto, donde se lleva a cabo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

En agosto fue seleccionada por varias agrupaciones para asistir a la cumbre. Jiménez tuvo que buscar recursos para financiar su viaje y estancia: consiguió apoyos del Consejo Árabe de la Juventud para el Cambio Climático (AYCCC, por sus siglas en inglés) y de donaciones anónimas.

“Fue un camino muy difícil y frustrante, pero ahora que estoy aquí (en Egipto), estoy decidida a hacer todo por el planeta y los ecosistemas de mi país”, asegura la egresada de la licenciatura en Ciencias Ambientales y Salud de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).

Jiménez vigila el avance en las negociaciones sobre los pagos o compensaciones que los países en desarrollo demandan a los países desarrollados para hacer frente a los impactos del cambio climático. Su énfasis es el financiamiento y los mecanismos que permitirán la ejecución de metas.

Además es asesora de los miembros de Juventudes Embajadoras por el Clima, un grupo de cuatro jóvenes que forman parte de la delegación de México en la COP27.

“No podemos salvarnos sin colaboración de todos nosotros, pero necesitamos mayor ambición por parte de las potencias del norte global para hacer esto posible: equilibrio ecosistémico”, comenta la científica de 30 años.

Ciencia + Activismo

Si bien Jiménez aboga por el medio ambiente como científica en eventos internacionales (esta es la tercera COP a la que acude), también lo hace como activista: cofundó la célula de Extinction Rebellion (XR) en San Luis Potosí y participa en Scientist Rebellion o Rebelión Científica.

Se trata de un grupo integrado por personas con formación en ciencias que realiza actos de resistencia civil no violenta para exigir acción climática. Visten batas de laboratorio durante sus manifestaciones.

A finales de octubre, 13 integrantes fueron arrestados en Alemania tras protestar en un showroom de BMW: se pegaron dentro y fuera de un auto, colocaron artículos científicos en otros vehículos y rociaron pintura negra en spray sobre carros de lujo.

Así pretendían exponer el “greenwashing” de este tipo de compañías y demandar al Gobierno alemán una rápida descarbonización del sector de transporte.

“La política desinformada y sin fundamento científico es ir a ciegas y sin probabilidades de ganar una guerra. La ciencia ha sido clara: (…) si no realizamos cambios urgentes y significativos en el sistema de vida y económico, en la forma en la que utilizamos nuestros recursos, vamos camino a extinguirlo todo”, sostiene Jiménez, tesista de la maestría en Manejo Sustentable de Recursos de la Universidad Técnica de Múnich, en Alemania.

Fuente: uv.mx