El colombiano que revoluciona la educación en zonas de bajos recursos
Juan Manuel Lopera, fundador de Aulas Amigas, habló sobre TOMi 7, la nueva versión de su ‘computador’, especialmente diseñado para ayudar a los profesores de instituciones de bajos recursos a dictar clases interactivas.
TOMi 7 permitirá impartir lecciones educativas con realidad aumentada y convertir cualquier tablero en una superficie táctil. ¡Hasta será capaz de llamar a lista y calificar cuestionarios!
El año pasado, Lopera fue galardonado como el innovador colombiano del año, de menos de 35 años (tiene 30), por parte de la publicación MIT Technology Review.
¿Cómo empezó ‘Aulas amigas’?
A mis 12 años, mientras crecía en un barrio de Medellín, donde las drogas son algo normal, me estaba dejando permear por toda esa situación y apareció un maestro, al que yo llamo maestro inspirador. Él me alejó de las drogas y me puso a pensar en crear empresa desde muy temprana edad. Yo no tenía dinero para ir a la universidad, pero ya soñaba con una empresa que integrara la tecnología.
¿Cuándo inició la compañía y en qué lugares tiene presencia?
Nació hace 10 años y fue creciendo paulatinamente. En Colombia tenemos oficinas en Medellín, Bogotá, Cali, Barranquilla, Ibagué. Tenemos otras que están en Buenos Aires, Quito, Ciudad de México y la India. Todo el equipo lo conformamos 250 personas.
¿Cómo nace la invención de TOMi?
Teníamos claro que la tecnología no puede sustituir al maestro, sino hacerle la vida más fácil para que él se dedique a lo que realmente está llamado a hacer que es inspirar la vida de sus estudiantes. Más que lograr que entiendan matemáticas o español es entenderlos y cambiarles la vida.
Así que pensamos en un dispositivo que le hiciera la vida más fácil a los maestros. TOMi es la primera computadora pensada 100 por ciento para ellos. No solo es una computadora, sino que también califica exámenes, ayuda a experimentar la realidad aumentada el aula de clase y a llamar a lista.
¿El desarrollo fue hecho acá?
La invención, el desarrollo, la inyección de los plásticos, los circuitos y el software son producto colombiano. Está montado es un sistema operativo estándar, pero todo lo demás es creado en el ámbito local.
¿Cuáles son las diferencias entre esta versión de TOMi y la anterior?
La diferencia es abismal. La versión anterior, que fue por la que comenzamos, duró casi siete años y gracias a ella nos ganamos el premio a la empresa más innovadora.
Una de las diferencias más fantásticas es que las escuelas o las aulas que no tienen acceso a internet ahora no tienen inconveniente, pues con este dispositivo solo necesitan precargar los contenidos conectándose previamente a internet, puede ser al inicio de la semana en un punto de café internet o un punto de Vive Digital. Pueden llevar contenidos de Wikipedia, por ejemplo, previamente almacenados en el aparato y compartirlos con sus estudiantes en el aula.
¿Qué empresas los apoyan?
Acabamos de firmar un acuerdo con Intel Educación. Ellos tienen chips de conexión inalámbrica muy buenos que pueden mejorar nuestra siguiente versión. La versión actual cuenta con procesadores Samsung, la siguiente manejará componentes de Intel.
Intel cuenta con excelentes equipos comerciales y con una red de distribución fenomenal, así que esperamos llegar a cada rincón del planeta.
¿Cuánto cuesta la TOMi 7?
El computador cuesta 1’700.000 pesos. Es un buen precio, ya que un computador convencional puede costar un millón; un tablero digital está costando alrededor de tres millones y un sistema de calificación automatizada vale otro millón. TOMi 7 agrupa todas esas tecnologías en un solo dispositivo.
También tenemos un programa de formación que cuesta 49.000 pesos el mes. Para los profesores que se están preparando con nosotros, el computador tiene un costo de 590.000 pesos.
¿En qué otras innovaciones han trabajado?
TOMi se ha convertido en el centro de todo. Pero también hemos trabajado en otras cosas como una mesa interactiva, que permite que hasta cuatro niños interactúen al mismo tiempo alrededor de contenidos interactivos y colaborativos.
Lo más importante detrás del dispositivo es que hay una plataforma que le entrega al maestro no sólo tecnología para que su vida sea más fácil, sino que trae un programa de desarrollo profesional docente que los certifica como maestros innovadores.
¿Qué significó el premio que recibieron por parte del MIT Technology Review el año pasado?
El premio que me gané representa visibilidad y validación de lo que estamos haciendo. Que la universidad más importante del mundo te reconozca como el innovador del año es bastante gratificante y motivador. Esto también me reta a innovar sin precedentes.
¿Cuál es su sueño como empresa?
Nuestro gran sueño es llegar a 800.000 maestros antes del 2020. Con la versión anterior de TOMi hemos llegado a 87.000 en siete años, pero en estos momentos tenemos el producto más innovador del sector educativo y confiamos mucho en nuestro producto.
¿Qué consejos le da usted a los jóvenes emprendedores?
En primer lugar, debemos entender que emprender en Colombia ya no es un problema. Podemos hacer innovaciones de talla mundial. Debemos pensar en crear empresas con visión global.
Pero una de las cosas más importantes es no creernos el cuento de que solo es cuestión de ponerle pasión. La pasión no trabaja sola, uno debe trabajar incansablemente todos los días por su proyecto.
Y también hay que tener un equipo porque son las personas quienes hacen la diferencia. Hay que tener buenos socios, buenos colaboradores: un ejército de buenas personas que compartan tu mismo sueño.
Fuente: eltiempo.com