Cambios religiosos preceden a los cambios económicos de una nación
Luego de recopilar y analizar datos de un siglo, tres investigadores británicos demostraron que el declive de la actividad religiosa precede al fortalecimiento económico de las comunidades.
Hay una pregunta que por muchas décadas ha dividido a los sociólogos y economistas: ¿Es cierto que un declive de la actividad religiosa, o secularización, detona el desarrollo económico? Tres investigadores británicos de la Universiad de Bristol decidieron zanjar el asunto revisando y analizando datos de una gran variedad de países a lo largo de un siglo entero.
“Aunque es evidente una correlación entre desarrollo económico y secularización, en los países que son altamente religiosos tienden a ser los más pobres, no es obvio qué cambio precede a lo largo del tiempo: si el desarrollo causa secularización, o viceversa, o si ambos cambios son impulsados con diferentes tiempos de retraso, por un factor como la educación o los avances en la tecnología”, escribieron los autores en un artículo publicado en la revista Science Advance donde presentaron los resultados de su trabajo.
La revisión histórica de variables económicas y de secularización, bajo un complejo modelo estadístico, llevó a los tres investigadores a proponer que existen suficientes razones para considerar que un declive en la fe religiosa precede el crecimiento económico.
Pero algo más apareció en su modelo. “Nuestro análisis indica que la tolerancia por los derechos individuales predijo el crecimiento económico del siglo XX incluso mejor que la secularización. Estos hallazgos se mantienen cuando controlamos la educación y el patrimonio cultural compartido”, concluyeron.
Steven Pinker, el famoso psicólogo de la Universidad de Harvard, aplaudió el nuevo estudio a través de Twitter: “Desenredar la causalidad de la correlación en datos históricos y transnacionales es difícil pero no imposible. Un nuevo estudio inteligente muestra que la secularización precedió al crecimiento económico en el siglo XX”.
Fuente: elespectador.com